¡¡Exijamos lo Imposible!!
Democracia Ya
Proceso
“Guerra” indiscriminada
JOHN M. ACKERMAN
Hoy las balas no solamente se dirigen contra los individuos que
solitariamente luchan por hacer justicia a sus familiares caídos, como
Marisela Escobedo Ortiz, Nepomuceno Moreno y tantos otros luchadores
heroicos, sino que también empiezan a ser utilizadas contra los
ciudadanos que de forma colectiva se organizan para defender la paz. La
cobarde represión armada a un grupo de civiles que protestaban
pacíficamente el lunes 22 en el municipio de Los Reyes, Michoacán, demuestra que con Enrique Peña Nieto
hemos pasado a una nueva etapa en la “guerra” contra la inseguridad que
es simultáneamente más escalofriante y paradójicamente más
esperanzadora que la vivida durante el sexenio de Felipe Calderón.
Los gobiernos federales y locales continúan con la irresponsable y
fallida “estrategia” implementada desde 2006. Frente a cualquier
problema, envían más militares, policías y armamento para “apaciguar” la
zona, lo que de manera predecible solamente genera más violencia y
sangre. También continúa la táctica de “decapitación” de importantes
narcotraficantes, como el Z-40, por órdenes y a partir de información
del gobierno de Estados Unidos. Los exagerados elogios de parte de Barack Obama
y Janet Napolitano para Peña Nieto recuerdan la comparación que el
presidente estadunidense hiciera en 2010 entre Calderón y el
superpolicía Eliot Ness, de los Untouchables.
Lo que llama la atención sobre la coyuntura actual no es la supuesta
utilización de “inteligencia” por parte del gobierno de Peña Nieto, sino
la valentía y la capacidad de organización de las comunidades asoladas
por la violencia. Los manifestantes de Los Reyes pretendían tomar el
Palacio Municipal para despedir a los policías corruptos, poner fin a la
extorsión y establecer un sistema de autodefensa popular y comunitaria.
El miércoles 24, otro grupo logró ocupar la alcaldía de Aquila,
Michoacán, y tomar el control sobre la Dirección de Seguridad Pública
local en respuesta al total fracaso de las autoridades para mantener el
estado de derecho. El mismo día, en Guerrero, pobladores de Xaltianguis
bloquearon la carretera Acapulco-México para defender a su Policía
Comunitaria del acoso ejercido por el propio Ejército Mexicano,
que buscaba desarmarla. También circula un video en redes sociales que
expone la estremecedora e inspiradora historia del Consejo Ciudadano de
Autodefensa en Tepalcatepec, Michoacán (véase: http://ow.ly/nkbkK).
Durante el sexenio de Calderón atestiguamos horribles multihomicidios,
incluyendo las granadas lanzadas el 15 de septiembre de 2008 en Morelia,
la masacre en Villas de Salvárcar en enero de 2010, y el ataque al Casino Royale
en agosto de 2011, entre muchos otros incidentes. Pero hoy los grupos
armados no solamente atacan a los ciudadanos que se encuentran en
reuniones de esparcimiento, sino también a manifestaciones sociales con
demandas específicas.
La actual “politización” de la represión armada es un fenómeno sumamente
grave que nos debe preocupar a todos. Y cuando esta novedad se
concatena con la represión durante la toma de posesión el pasado 1 de
diciembre y el acoso sistemático a los disidentes políticos a lo largo
del sexenio actual, se configura un escenario de franca consolidación de
los modos más autoritarios de ejercicio del poder.
Miguel Ángel Osorio Chong
ha señalado que lo acontecido en Los Reyes fue “una respuesta al avance
que han tenido el gobierno federal y estatal en contra del crimen”.
Sugiere el secretario
de Gobernación, entonces, que conforme las autoridades tengan más
“avances” en su “estrategia”, los ciudadanos tendremos que esperar cada
vez peores ataques armados sobre grupos civiles. Por lo visto, los
“daños colaterales” de la “guerra” de Peña Nieto harán que aquellos de
la “guerra” de Calderón parezcan un juego de niños.
Si bien Calderón dejó el país en llamas, e incluso podría llegar a ser
encontrado responsable de numerosos crímenes de guerra, durante su
sexenio la sociedad por lo menos podía expresar su repudio públicamente y
de manera pacífica en las calles. Hoy, con Peña Nieto, la protesta
social cada vez se torna más peligrosa.
Así, resulta muy lamentable que destacados analistas y activistas que fueron sumamente críticos de Calderón, como Sergio Aguayo,
hoy celebren los autoelogios de Peña Nieto con respecto a su “nueva”
estrategia, supuestamente basada en la “inteligencia” criminal (véase:
http://ow.ly/nkcd9). Flaco favor hacen los líderes de opinión como
Aguayo a su propia causa aplaudiendo una estrategia cuya principal
novedad es precisamente el ataque directo a activistas sociales.
En lugar de dar un voto de confianza a gobiernos federales y locales que
ya han demostrado su verdadera faz represora e intolerante, habría que
acompañar a los valientes pobladores de las comunidades, especialmente
en poblaciones indígenas, que han tenido la valentía de auto-organizarse
en defensa de la paz y el bienestar social. En lugar de quedar bien con
el gobierno y el poder, habría que escuchar a Elsa Márquez Manríquez,
una mujer de Xaltianguis que con valor denuncia: “A mí me mataron a un
hermano, a un tío y a un cuñado, y el gobierno nada más se daba la
vuelta y se iba, nos dejaba solos (…) queremos a los comunitarios aquí,
con ellos nos hemos sentido protegidos”.
www.johnackerman.blogspot.com
Twitter: @JohnMAckerman
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