“Primero los pobres”: EPN
Lilia ArellanoEstado de los ESTADOS
Larga lista de incongruencias del PRI
Peligrosa la dependencia del petróleo
Penchyna pide “perdón” a los panistas
Exhorto al Ejecutivo: dé cuentas claras
Quintana Roo, a la cabeza en turismo
Por genocidio enjuiciarán a Ríos Mont
“Si los pobres empiezan a razonar, todo está perdido”.- Voltaire
La diferencia fue apenas de cinco votos. Hubo 225 a favor y 220 en contra. La aprobación emitida es la exigencia para que tanto Enrique Peña Nieto como los miembros de su gabinete, el central, el ampliado y el periférico, transparenten el monto de sus bienes y su respectiva procedencia. “Se exhorta al Presidente de la República y a los miembros de su gabinete a cumplir cabalmente con su compromiso de hacer públicas sus declaraciones patrimoniales”, sentencia el exhorto sancionado. Y en esta petición se muestra, como en muchas acciones que han ido emprendiéndose en el mandato actual, una serie de incongruencias que llegan hasta la persona de Fernando Bribiesca Sahagún, que fue de los que se impuso a los priístas primero para que fuese aceptada la exposición del exhorto en el pleno y luego para que se le envíe al mexiquense a la brevedad.
Pero esta es una de las incongruencias, de los inexplicables que van sumándose en lo que ya se revela como una larga lista. Aparece, en ese renglón, lo dicho por el senador y presidente de la Comisión de Energía del Senado, el hidalguense David Penchyna, quien manifestó su arrepentimiento por no haber aprobado a tiempo las reformas que se requerían, para que el país se situara en el camino del desarrollo y se refirió, específicamente, a la energética presentada por el equipo de Felipe Calderón. Sostuvo que “nos equivocamos pero estamos rectificando porque sin esta reforma, si no seguimos la estrategia que ha presentado Peña Nieto, el país no logrará desarrollarse y en poco tiempo estaremos mucho peor”.
En su momento, los priístas oponiéndose estaban dando cumplimiento a lo que marcan tanto sus estatutos como la propia Constitución, ahora ya no se sabe ni qué tipo de país quieren al reflejarse Peña Nieto dentro del más puro pragmatismo. Ahora que lo dicho por el legislador hidalguense, ¡vaya que es preocupante, que pone erizado el pelo! Un país que depende de un solo renglón para la satisfacción de sus necesidades, para el desarrollo, para dar certeza y seguridad a sus ciudadanos, no parece ser el ideal y menos aún cuando su muy vasto y grande territorio cuenta con campo fértil, con kilómetros de litorales, con minas, con riquezas naturales infinitas, incontables. Ahora resulta que el máximo exponente de la corrupción en el país: el petróleo, es la única tabla de salvación que poseemos.
Así las cosas ya van dos: la posición del hijastro de un ex presidente enriquecido brutalmente con su familia; el hijo de una mujer que no dudó ni un instante en convertir Los Pinos en la casa de la amante, además de ser líder en contrabando; producto de un matrimonio que fue disuelto por la Iglesia sin cumplir con los renglones establecidos para tal efecto y, por lo tanto, salpicado de acciones corruptas, mismas que ya le fueron facilitadas con la venta de las casas del Infonavit a precio de regalo, para que empezara a formar su fortuna personal, exigiendo cuentas claras al titular del Ejecutivo y su gabinete del presente. Una segunda, advierte el bamboleo priísta que sólo puede tener una explicación y referencia: el dinero que pueden embolsarse.
Pero aún hay más. La referencia hecha por don Enrique sobre su visita al Papa Francisco advirtiendo que “hay que trabajar con los más pobres”, es un claro reconocimiento a lo dicho en infinidad de ocasiones por Andrés Manuel López Obrador: “primero los pobres”, frase que los llevó a ridiculizarlo mediáticamente, cuando sabido es que desde esas cúpulas de poder, tanto la del Vaticano como la de la Presidencia de este país, nada hacen por llevar, para el día a día, el pescado y para el futuro inmediato la educación y las posibilidades de empleo que realmente ayuden a la población en esas circunstancias a salir adelante, para ofrecerle un futuro que aunque no se logre de manera óptima en una primera generación, exista la esperanza para la que viene.
También es incomprensible que se muestren aparentemente tan lejanos que hasta hablen de que no hay relaciones directas y permanentes, y sean al mismo tiempo tan cercanos. Nos referimos a don Enrique y a don Carlos. El primero como el segundo han necesitado de golpes mediáticos permanentes para hacerse presentes en el ánimo popular, con la pretensión de lograr seguidores que no tengan que comprarse tan abiertamente como se hizo con Monex o con las tarjetas de Soriana, sino que ya exista cierto convencimiento. Para ello, la figura de los Papas les ha sido imprescindible. Por eso fue Peña Nieto a invitar personalmente a Francisco, al nuevo “Pontífi…ché”, lo necesitará para poner orden si, como lo planea, lleva a cabo su reforma energética y fiscal pasadas las elecciones de julio.
Dicen los boletines oficiales de la Presidencia, que Peña Nieto habló con varios mandatarios presentes en la misa de entronización realizada en la Plaza de San Pedro. Debe haber sido todo un espectáculo que, como invitados a una ceremonia de esa naturaleza, el inquilino de Los Pinos hablara con Dilma Rousseff para quitar las visas a los brasileños, o con Joe Biden, vicepresidente de los EU, para conocer sus puntos de vista sobre la propuesta migratoria de Barak Obama. Ni qué decir que le dio gusto que Juan José Bremer recibiera el beneplácito del gobierno cubano como embajador de México.
Se supo y se vio que Peña Nieto no comulgó. ¿Estará en pecado mortal? ¿No se habrá confesado? ¿Tiene algún secreto que no se atreve a revelar ni a sabiendas de la existencia del secreto de confesión? ¿A qué fue al Vaticano si no es totalmente creyente? ¿A cubrir apariencias para intentar quedar bien con los católicos mexicanos? ¿Fue a las relaciones públicas porque de no ser en esos lugares no habría agenda para incluirlo? Entra esta visita en el terreno de lo inexplicable, más aún si por andar por aquellas tierras tampoco cumplió con el otro compromiso, el de la celebración el mero día de la expropiación petrolera. Eso es lo que algunos llaman “pragmatismo”, otros tenemos una definición mucho menos cálida.
Por si fuera poco, ninguna de las reformas ni de las decisiones hasta hoy tomadas tiene nada que ver con su pronunciamiento sobre los pobres. La reforma laboral está hecha para la explotación de quienes menos tienen y sólo cuentan con su juventud y su fuerza de trabajo porque para los viejos sólo hay un porcentaje de empleos. Son sólo televisivos esos avisos de rescatar a los hambrientos y están a cargo de Sedesol, con todo lo que ello acarrea que es la viva imagen de la desolación y de lo que sucede en los países donde el petróleo es su principal fuente de recursos y el apoyo para el desarrollo, o ¿ya olvidamos las imágenes de un Sha enriquecido hasta la médula y miles y miles de iraníes en la hambruna total? Lo mismo se ve ya en México. Junto a la familia “real” en pleno Vaticano, la reveladora realidad que el propio gobierno federal exhibe.
Fueron 132 las delegaciones de gobierno que estuvieron en el Vaticano. Peña Nieto, como si en verdad fuese un conocedor, llevó su solideo, el de color blanco, para entregarlo a Francisco y recibir uno igual, uno que presumirá a los mexicanos como trofeo, para que vean que está, con la “gaviota”, bendito. Dicen que hablaron en español y brevemente, tan brevemente que sólo lo invitó a visitar México y no recibió respuesta alguna ni en latín, ni en italiano, ni en alemán. Ya en lo particular, me extraña y no me explico por qué Su Santidad pide a los gobernantes paz, que no se provoquen guerras y nada dice, ni una sola mención, a quienes delinquen, a los mafiosos, a los narcotraficantes, ya que, suponemos, son esas las ovejas descarriadas del Señor, las que tiene la Iglesia la obligación de regresar al rebaño o ¿sólo se trata de inversiones en el Ambrosiano o de como decía el famoso arzobispo jalisciense: el dinero sucio cuando entra a las urnas se limpia?
Vaya, pues, con esos pronunciamientos que mucho hablaron del servicio público, del aborto y la homosexualidad de manera velada, al señalar “no dejemos que los signos de la destrucción y de la muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”; de la protección al medio ambiente y todo ello con el aval de los aristócratas de todos los tiempos: de los príncipes de Asturias, de los reyes de Bélgica, del gran duque de Luxemburgo, entre otros. Seguro que no fue Juan Carlos y Sofía por el lío de faldas que ya se traen y porque contrario a lo que dicta la Iglesia en pro de la Sagrada Familia no sólo no duermen juntos, sino que ya no existe ninguna relación que no sea de carácter oficial entre ellos.
En fin, que hay un nuevo rumbo, un nuevo PRI, un nuevo esquema de desarrollo basado en eliminar a los pobres y en el petróleo, este último liderado por don Carlos Romero Deschamps.
¿SABIA USTED QUE…?
El esbozo o borrador de reforma energética del gobierno federal ha recibido fuertes críticas no sólo de los actores políticos situados en la izquierda –los de la derecha permanecen amordazados porque ya fueron ellos los primeros en plantearla y ahora saborean al perdón que les piden los tricolores por retrasarlos-, sino del CIDE, del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas que consideran ese texto inconsistente y contradictorio. Así en tanto que Peña Nieto dice que no va a ser privatizado, lo cierto es que el planteamiento es radical. Según José Luis Calva, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, “el problema es que el diablo y Dios están en todos los detalles y si de lo que se trata es de fortalecer a Pemex, primero hay que dotarla de autonomía financiera y gestión, y eso no está plasmado en el documento, sino que se trata de transferir la renta nacional al sector privado”. José Luis Apodaca, consultor energético, advierte que primero habría que librar a la paraestatal de tanto burócrata, de una nómina pesada e inútil que se impuso al dividirla en tres empresas. Son tantas incongruencias que no se da a la CFE ninguna facultad para producir energías sustentables y tampoco se mencionan las refinerías.
Emilio Gamboa se enojó y dijo a Ernesto Cordero que no sueñe que desde su posición ejerce algún gobierno, que eso lo tiene nada más Peña Nieto, pero que ninguno de los legisladores es comparsa ni son alfiles del Presidente, que nada más lo apoyan y ya. Advierte que los panistas están desorientados, como en su tiempo lo estuvieron los tricolores, porque eso sucede cuando se pierde el poder presidencial. Asegura que no estamos en un entorno que nos lleve al autoritarismo porque hay división de poderes. Lástima, digo yo, que esa división los haga obedecer a una unidad que no tienen con los ciudadanos sino entre ellos mismos. O ¿acaso no son los mismos?
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