¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
El comediante que se opuso a la Supervía
MÉXICO, D.F., (proceso.com.mx).- Preso desde el pasado 2 de octubre,
el comediante Alejandro Bautista podría pasar una década de cárcel,
acusado de ultrajes a la autoridad y ataques a la paz pública en
pandilla. Esta semana, un juzgado del Distrito Federal emitirá su
sentencia.
Aun cuando a través de videos demostró que su detención
ocurrió en un lugar distinto al que indica la acusación, que los
policías que fungen como testigos del caso no son quienes lo detuvieron,
que iba solo y no en pandilla, la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal (PGJDF) insiste en obtener una condena que lo mantenga
preso.
Interno en el Reclusorio Norte, Alejandro Bautista concedió a Proceso
una entrevista vía telefónica el pasado martes 26 de noviembre para
rechazar las imputaciones y acusar la criminalización del gobierno
capitalino a quienes se oponen a sus intereses y proyectos, en su caso, a
los planes urbanísticos del gobierno capitalino al sur de la Ciudad de
México.
“Esta forma de administrar justicia, criminalizando a
dirigentes sociales parece ya una patología, con un ministerio público
que se presta a procesar inocentes y facilita, en el ámbito legislativo,
la aprobación de reformas contra la protesta social”, denuncia
refiriéndose a la reforma que, dos días después de su detención,
convirtió en delito grave los ultrajes a la autoridad.
Bautista
–quien en los últimos años ha encabezado la oposición a la Supervía y ha
apoyado la resistencia al Arco Sur, dos megaproyectos urbanísticos en
el sur de la Ciudad de México–, fue detenido el 2 de octubre en
Bucarelli y Reforma, cuando videogrababa los excesos policiacos durante
los enfrentamientos que se registraron en la marcha conmemorativa del 2
de octubre.
La posibilidad de una larga condena radica en el
agravante de pandilla, pues, conforme a la fiscalía, agredió policías y
participó en los disturbios junto con diez personas más.
Las órdenes de Argos
En
la red social Facebook la cuenta de Alejandro Bautista exhibe un
trabajo frecuente de documentación: circulan videos y fotografías de
marchas, protestas y represiones.
Alejandro Bautista asegura que
al momento de su detención había documentado una serie de agresiones a
defensores de derechos humanos, periodistas y ciudadanos que
participaban pacíficamente en la marcha, cuando fue privado de su
libertad por policías vestidos de civil.
Los agentes, sin
identificación de adscripción ni nombre visible, lo habrían conducido
hasta avenida Juárez, donde lo golpearon e intentaron borrar los videos.
No le regresaron la cámara, pues supuestamente sería utilizada como
prueba, pero hasta ahora, video y cámara, no han aparecido en el juicio.
La
inconsistencia en las condiciones de modo, tiempo y lugar que se
asentaron en la grabación fueron evidenciadas a través de videos que su
defensa aportó durante la etapa probatoria del juicio. De nada ha
servido, sigue preso.
En el video presentado por su defensa se le
observa caminando solo con su cámara de video por Bucarelli, cuando un
agente lo toma por la espalda, se suman otros policías y se lo llevan
con violencia del lugar.
Con esa prueba desvirtúa diferentes
aspectos de la acusación: no se configura el agravante de pandilla;
tampoco coincide el lugar ni hora de la detención, ni los hechos que se
le imputan y, sus captores no son quienes aparecen en juicio.
En
los careos realizados durante el juicio, los policías llamados por el
ministerio público caen en contradicciones y, cuando se han visto sin
salida, aseguran que recibieron órdenes de Argos, indicativo policiaco
para algún mando, quien habría identificado contra quién se dirigirían
las acusaciones.
“Como ya publicó la revista Proceso, somos
los pagadores del desmadre (del 2 de octubre), sin pruebas ni más
argumentos que el dicho de policías que no participaron en la
detención”, dice.
La comedia y el activismo
Artista de stand up,
un género de comedia que describe como “vivencial”, Bautista trabajó en
películas de María Elena Velazco, mejor conocida por su personaje de
“La India María”; estudió en los talleres de La Casa de los Comediantes
y, en teatro, participó en giras por Estados Unidos, Cuba y se presentó
en el Cervantino, hace varios años.
Una de sus últimas actuaciones
ocurrió el pasado 21 de marzo, cuando el Frente Oriente –que por su
parte se opone al Plan Urbano de Iztapalapa–, acudió a San Juan
Teotihuacán, en la zona arqueológica, para protestar contra la
presidencia de Enrique Peña Nieto, la instalación del Walmart en la zona
y otras demandas, en un acto que terminó reprimido por policías
capitalinos que actuaron de manera extraterritorial.
El activismo
de Alejandro Bautista se ha concentrado en la oposición a la Supervía,
por considerar que afectaría irremediablemente los pueblos originarios
del sur de la Ciudad de México, como en el caso de San Andrés
Totoltepec, en la delegación Tlalpan, donde nació.
De la comedia
pasó a la acción social, cuando sus vecinos y familiares decidieron
defender el avance de los proyectos urbanísticos que consideran letales
para los pueblos originarios.
La movilización ciudadana en
Tlalpan, en la que participaba activamente Alejandro Bautista, logró
frenar la construcción de un Walmart y encarcelar a un servidor público,
el director de Contratos de la delegación, de nombre Toribio Guzmán
Aguirre o Guzmán Paz, pues se ha cambiado el nombre.
Y es que
Bautista interpuso en los últimos años al menos 15 denuncias contra
Marcelo Ebrard, los jefes delegacionales y otros servidores públicos,
por los despojos, abusos de autoridad y otros delitos. Es decir,
enfrentó al Gobierno del Distrito Federal y sólo la denuncia contra
Guzmán procedió, aunque ahora está libre y activo en el mismo proyecto.
“Están despojando a la gente, robando terrenos para los negocios inmobiliarios que tienen planeados”, asegura.
Mientras
que a sus denuncias se les da carpetazo, se pierden expedientes y no
avanzan, en el caso de su detención, dice, están incriminándolo.
“Sencillamente, el gobierno capitalino me quiere preso”, concluye.
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