sábado, 7 de diciembre de 2013

Lo de libre y soberano quedará en sueños

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
El robo del siglo
Ricardo Monreal Avila

La reforma energética que aprobarán PRI y PAN a más tardar la próxima semana es el robo del siglo a la Nación.

El gobierno y el PRI inicialmente presentaron una iniciativa inspirada supuestamente en el cardenismo original de 1938, que permitía la asociación con capital privado.

Pero al aliarse con el PAN, a fin de obtener el número suficiente de votos aprobatorios en el Congreso, cambiaron el cardenismo por el porfirismo. Transitar del pretérito al pospretérito, esa es “la visión de futuro” de la reforma constitucional energética, que privatiza por igual el petróleo y la generación de energía eléctrica.

Gracias a Ramón López Velarde, la mayoría de los mexicanos sabemos que “el niño Dios te escrituró un establo y los veneros del petróleo el Diablo” (La Suave Patria). Como también sabemos que en materia de reformas constitucionales, el Diablo nunca se esconde en las reformas, sino en los detalles, es decir, en las leyes reglamentarias correspondientes.

Y la que están preparando el PRI y el PAN (PRIAN, de manera económica), tiene el aroma del azufre. De acuerdo con el borrador que circula entre legisladores y que han divulgado parcialmente algunos medios de comunicación, la propiedad pública de los hidrocarburos solo aplicará cuando estén en el subsuelo, y podrá ser transferida al sector privado a boca de pozo”. Adicionalmente, se plantea que el Estado podrá pagar con hidrocarburos y se admite todo tipo de contratos; será posible compartir producción y se permitirán las concesiones, no explícitamente con ese nombre, sino bajo el concepto de licencias.

Las compañías privadas, sin importar su nacionalidad, estarán en libertad de disponer del petróleo que les toque en sus contratos; “podrán incluso exportarlo y refinarlo, entre otras opciones”. De esta manera se abre la puerta para que haya refinerías privadas, así como oleoductos, poliductos, plantas de gas y terminales, entre otras instalaciones industriales. En el caso de las refinerías de Pemex, “se podrán vender, dar en comodato u operar en asociación con el sector privado”, como de hecho ya ocurre en algunos lugares, por ejemplo, en el complejo petroquímico de Pajaritos, donde Pemex se asoció con Mexchem, cediendo los activos de esta refinería a precios de ganga.

Se plantea también la apertura total de la petroquímica y se propone que los precios de la gasolina sean administrados al principio, “pero en el futuro fluctuarán en función de los mercados internacionales”, es decir, se institucionalizan los gasolinazos de cada mes

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