Hoy en el Zócalo una manta ...¡No a la PRIvatización del petróleo!
¡¡Exijamos lo Imposible!!Sin Revolución y sin institucionalidad
Jorge Canto Alcocer
En un México en el que cada vez más los partidos políticos representan menos –aunque dispongan de más recursos económicos y hayan pactado una alianza gansteril para arrebatarnos derechos y patrimonio a los mexicanos- el que se hace llamar “Revolucionario Institucional” ha regresado al máximo poder nacional para gobernar sin la menor huella de la ideología y la praxis del movimiento de 1910, y con una institucionalidad hecha harapos.
Así, el PRI de Peña celebrará este 20 de noviembre el 103 aniversario de una lucha que se hizo para lograr el sufragio efectivo, establecer derechos laborales básicos, recuperar las tierras campesinas usurpadas por los terratenientes, expandir la educación a todos los grupos sociales y arrebatar a los extranjeros el usufructo de nuestras riquezas patrimoniales, en particular la petrolera.
Pero justamente el PRI de Peña ha gestionado y sigue gestionando el país en contraposición de todos esos objetivos, e incluso ha logrado –en ocasiones muy agarradito de la mano de los conservadores del PAN- que los mexicanos hayamos perdido lo ganado durante el proceso que inició la tarde del 20 de noviembre de 1910.
Cierto es que el sufragio jamás fue efectivo, pues aún en la denominada “única elección genuinamente democrática”, la de Madero en julio de 1911, éste se presentó como candidato único, es decir, apoyado incluso por los representantes del porfirismo, además de que, en parte por debilidad y en parte por hipocresía, sus promesas de campaña se convirtieron las más de las veces en simulación.
Pero es innegable que la Revolución Mexicana estableció derechos laborales fundamentales, que ejercieron varias generaciones de obreros y empleados, aunque por supuesto siempre a costa de nuevas luchas y furiosas negociaciones. Ahora la mayoría de esos derechos han quedado abrogados, sepultados por la reciente contrarreforma laboral impulsada por Peña y su partido.
La reforma agraria fue un tema incluido por presión de las luchas populares encabezadas por Zapata, Villa y Carrillo Puerto, pese a la franca oposición de las élites urbanas. Letra muerta en los primeros lustros, realidad que costó una enorme cantidad de vidas –incluidas las de los tres líderes mencionados-, la reforma se hizo realidad en gran medida dado el irreductible compromiso revolucionario del Gral. Lázaro Cárdenas. Después de su gobierno, sus sucesores frenaron su marcha, hasta que Carlos Salinas de Gortari la revirtió con su contrarreforma de 1992. Desde esa fecha, una cantidad creciente de tierras campesinas ha sido reprivatizada, en muchos casos para dar pie a proyectos no productivos y de propiedad extranjera. Nuestro campo en la actualidad se mantiene en un devastador abandono, caldo de cultivo de miserias y carne de cañón para actividades ilegales.
Mucho se ha comentado recientemente sobre la contrarreforma educativa impulsada por Peña y sus secuaces. Digamos aquí nada más que es atentatoria de los derechos laborales de los trabajadores de la educación, y se basa en el paradigma de ir “aligerando” los contenidos educativos y fortaleciendo el predominio del mercado y los patrones. En otras palabras, en vez de escuelas se busca crear maquiladoras para formar mano de obra barata, a la medida de las necesidades del capitalismo salvaje.
Peña y “su” PRI, en alianza con el PAN y otros grupos similares, han empeñado su palabra en entregar nuestro patrimonio energético al extranjero, para que volvamos a estar en las condiciones del porfiriato. A ello nos oponemos la enorme mayoría de los mexicanos, aunque, como también se ha comentado ampliamente en esta y otras tribunas, nuestras acciones deberán ser más enérgicas y creativas si queremos efectividad. Lo importante es no bajar los brazos, pues por nuestras presiones hemos logrado quebrar las primeras fechas límite del peñismo y los hemos obligado a reposicionarse.
Sin Revolución y sin institucionalidad, esto último porque lo que vemos es una descarada lucha de ambiciones personales y robos en despoblado, en donde desde el alcalde del pueblo más abandonado hasta quien detenta la presidencia de la república se dedican a hincharse los bolsillos sin el menor sonrojo, aliándose sin tapujos con empresarios, conservadores y criminales. Contrarrevolucionarios y pandilleros, pero eso sí, muy atentos a los avatares del mediocre equipito al que le regalaron su pase a Brasil 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario