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Por Esto!
Traición y venganza
Jesusa Cervantes
MEXICO, DF, 24 de agosto.- Una fallida maniobra de los alfiles presidenciales desestabilizó a los tres poderes de la Unión.
Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación; Luis Miranda Nava,
subsecretario de la misma dependencia, y Aurelio Nuño, jefe de la
Oficina de la Presidencia de la República, intentaron controlar al
magisterio utilizando el Pacto por México. Fallaron: Los legisladores
federales tuvieron que salirse de sus recintos, edificios del Poder
Judicial fueron cercados, los profesores impusieron qué leyes se
analizaban y paralizaron zonas enteras de la capital del país,
incluyendo los accesos al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México (AICM).
Después de nueve horas de bloqueo en torno al AICM, el gobierno federal
cedió ante los maestros. En una negociación de cuatro horas con el
secretario de Gobernación, los líderes seccionales de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) aceptaron replegarse a
su campamento en el Zócalo, liberando San Lázaro y el Senado de la
República con el compromiso de iniciar negociaciones con los
legisladores, el próximo lunes.
En un intento por desinflar el movimiento contra la reforma educativa
que encabeza la CNTE –y luego de las tomas de carreteras que los
profesores realizaron en Guerrero–, el pasado 14 de mayo Enrique Peña
Nieto encomendó a Miranda Nava, Osorio Chong y Nuño realizar una serie
de ofrecimientos a los profesores, abriéndoles las puertas del Pacto por
México.
De acuerdo con personas cercanas a la negociación, Miranda Nava prometió
a la disidencia magisterial el financiamiento para que realizara nueve
foros sobre la reforma. El acuerdo era que las propuestas emanadas de
esos encuentros se incorporarían a la iniciativa federal, que buscaba
reformar las tres leyes reglamentarias del artículo tercero
constitucional.
Las leyes a modificar serían la General de Educación, la del Instituto
Nacional de Evaluación Educativa y la General del Servicio Profesional
Docente.
Por su parte, el presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz; el
del PAN, Gustavo Madero, y el del PRD, Jesús Zambrano (todos integrantes
del Pacto por México), ofrecieron apertura para recibir y
“posiblemente” incluir las propuestas de los docentes en las citadas
leyes, según contaron legisladores federales.
Pero el gobierno y los partidos políticos los engañaron.
La del gobierno
La CNTE sí recibió el financiamiento para sus foros, que se realizaron
del 31 de mayo al 12 de julio. En esos días, sin embargo, Emilio
Chuayffet Chemor, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y
César Becker, el director jurídico de la SEP, ya confeccionaban las
leyes secundarias que serían entregadas al Congreso de la Unión, aun sin
tener las propuestas de los profesores.
El 14 de agosto, Peña Nieto envió las tres leyes a la Comisión
Permanente, instancia del Poder Legislativo que opera en los periodos de
receso. Al hacerlo, dio materia a diputados y senadores para convocar a
un periodo extraordinario de sesiones, del 21 al 23 del mismo mes. El
día 16 se publicó en la Gaceta Parlamentaria que la Comisión de
Educación llama a sesionar la noche del lunes 19.
A partir de este momento los maestros de la CNTE (que estaban
concentrados en el Zócalo) comenzaron a trasladarse a las afueras de San
Lázaro.
El día que sesionó la Comisión, el PRI presentó sus tres dictámenes,
apoyado por PAN, PVEM y Panal. No obstante, esto contravenía un acuerdo
hecho con los perredistas, con quienes había pactado discutir uno solo,
relata el diputado Roberto López.
Ante esto, el presidente de la comisión legislativa, el perredista Jorge
de la Vega Membrillo, abandonó la sesión. Indignados, los perredistas
se le sumaron.
La actuación del PRI fue rápidamente conocida por los maestros, que la
calificaron de “albazo”. Enardecidos y sintiéndose traicionados al saber
que sus propuestas no aparecían en los documentos, se lanzaron contra
el cerco de 70 miembros de la Dirección de Resguardo de la Cámara de
Diputados y 35 policías federales.
Maestros y policías se enzarzaron en una pelea que acabó con 20 agentes
federales heridos y 20 autos dañados –a uno le intentaron prender fuego–. Desde ese momento la CNTE aumentó su presencia en San Lázaro
para impedir la instalación del periodo extraordinario.
La de “Los Chuchos”
El diputado perredista Roberto López recuerda que el martes 20, a la
reunión de su grupo parlamentario, los 103 diputados llegaron con la
idea de prepararse para el debate de la reforma en materia de acceso a
la información. “Pero de pronto Silvano (Aureoles, coordinador
perredista) nos plantea que hay que discutir las tres leyes de la
educativa”.
El senador Alejandro Encinas rememora también que, en reunión con
senadores, el propio Osorio Chong aseguró que todos los partidos habían
avalado las tres leyes en materia educativa, incluyendo a los
perredistas.
La noche del martes 20 y luego del enfrentamiento entre maestros y
policías en San Lázaro, la Comisión Política Nacional Única de la CNTE
se reunió con varios diputados perredistas en un hotel frente a la
Alameda, incluyendo a Aureoles y a Roberto López. “Les preguntamos cuál
ley afecta más como para sacarla de la agenda y nos dijeron que la del
Servicio Profesional Docente; Aureoles lo consulta con coordinadores y
dicen que lo ven bien”, dice López.
El diputado recuerda que, inicialmente, el PAN insistió en mantener las tres normas y el PRI estaba dividido.
Otra fuente de la Cámara de Diputados detalla que no sólo el presidente
de la Comisión “se asustó” por las tres leyes elaboradas en la oficina
de Emilio Chuayffet, “sino también Los Chuchos (como se conoce a la
corriente política del PRD llamada Nueva Izquierda). Se asustaron y
pidieron un encuentro con la gente del Pacto por México. Lo que ellos
habían avalado ahora lo querían bajar por miedo”.
“El martes, Miguel Alonso Raya (diputado perredista) y Jesús Zambrano
(líder del PRD y fundador de Los Chuchos) van a Los Pinos y ahí se echan
para atrás en lo avalado por el Pacto por México. Piden que se baje de
la discusión la Ley General del Servicio Profesional Docente.
Presidencia accede”, dice la fuente. En ese momento ya había más de 10
mil maestros en el Zócalo.
Sin embargo, la información hacia los órganos de dirección de la Cámara
fluye de manera contradictoria. De acuerdo con diputados, Emilio
Chuayffet presiona para que se mantengan los tres dictámenes y en Los
Pinos se pide valorar el impacto. Esto provocó que en la Gaceta
Parlamentaria del 21 de agosto, día en que se inició el periodo
extraordinario, todavía aparecieran las tres.
El sentimiento de traición se intensificaba entre los miembros de la
CNTE. A las 4 de la mañana de ese día ya habían tomado el control de
todos los accesos a San Lázaro y de las instalaciones del Poder Judicial
que están al lado.
Negociación fallida
Silvano Aureoles estaba presionado por su correligionarios, por la
desesperación de Los Chuchos –que pese a que habían logrado que se
bajara el dictamen éste seguía apareciendo en la Gaceta– y por la ira de
los maestros. Personas que conocieron de la reunión afirmaron que en
este contexto negoció un encuentro con Manlio Fabio Beltrones,
coordinador de los diputados de PRI; Luis Alberto Villarreal, del PAN, y
los líderes de la sección 22 de Oaxaca, Rubén Núñez; de la 18 de
Michoacán, Juan José Ortega, y la 9 del Distrito Federal, Francisco
Bravo. Se reunieron en un hotel cercano a San Lázaro.
Priistas y panistas exigían a los maestros desbloquear la Cámara. Los
maestros exigían uno o dos días para pensarlo. Los diputados reviraron:
“¡No, aquí es un tiempo fatal, ya estamos convocados al periodo
extraordinario y se tiene que decidir hoy”, reconstruye una de las
fuentes consultadas.
Los profesores pidieron tres horas para analizar la situación. Al
cumplirse, exigieron que se bajaran las tres leyes para liberar los
accesos. Los congresistas sólo estaban dispuestos a retirar la Ley
General del Servicio Profesional Docente. En este contexto se estanca el
diálogo. A las 4:30 de la tarde, justo cuando venció el plazo, los
priistas organizaron la instalación de una sede alterna en el Centro
Banamex. La ubicación de ese lugar, frente al Campo Militar Número 1 y
alejado de las sedes legislativas oficiales, lo hizo el recinto
perfecto.
Tensión
El Poder Legislativo sesionaba de forma obligada fuera de sus sedes
oficiales, y el flujo de maestros seguía aumentando. Llegaban de
Michoacán, de Guerrero, de Oaxaca.
Así, a las siete de la tarde del 21 de agosto, el Congreso de la Unión
se atrincheró en su nuevo recinto, el Centro Banamex. Ahí, diputados y
senadores trabajaron custodiados por 600 policías federales. Estaban “en
la clandestinidad y a salto de mata”, acusó el diputado de Movimiento
Ciudadano, Ricardo Monreal.
Como en los momentos más tensos de la toma de carreteras en Guerrero, en
febrero pasado, la protección de los legisladores estuvo a cargo del
comandante “Espartaco”, quien se coordinó con el comandante de la
Dirección General de Operaciones de la Policía Federal Ministerial de la
PGR, Carlos Gómez Arrieta.
Entre la noche del 21 y madrugada del 22 de agosto los legisladores
aprobaron la Ley General de Educación y la del Instituto Nacional para
la Evaluación Educativa. La Ley General del Servicio Profesional Docente
se dejaría para otro momento.
A las 20 horas del 22 de agosto –cuando estaba por clausurarse el
periodo extraordinario– llegaron al Campo Militar Número 1 los
operadores del gobierno federal Miranda Nava y Osorio Chong. Iban a
reunirse de manera urgente con Manlio Fabio Beltrones Rivera,
coordinador de diputados priistas y Emilio Gamboa Patrón, coordinador de
los senadores.
Ahí, afirman las fuentes consultadas, les exigieron incluir de nueva
cuenta la controvertida ley. Sin embargo, los priistas sostuvieron que
no existían las condiciones políticas para hacerlo. Además, desde las
nueve de la mañana del 21 de agosto ese debate se había “bajado del
orden del día” publicado en la Gaceta.
A eso se sumaba el hecho de que los maestros amenazaban con tomar el Aeropuerto Internacional de la ciudad de México (AICM).
Miranda y Osorio llamaron a los legisladores a que entonces convocaran a
otro periodo extraordinario, la semana entrante. Dijeron convencidos:
“Los maestros van a liberar San Lázaro, de eso no hay duda”.
En tanto, desde Los Pinos se exigió al titular de la Secretaría de
Educación Pública que hiciera nuevos amarres para desatorar la Ley
General del Servicio Profesional Docente. Por ello, Emilio Chuayffet
convocó la mañana del viernes 23 al líder del oficialista Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre,
para que manifestara su respaldo al gobierno.
A la misma hora, Enrique Peña Nieto hacía público su beneplácito por las
dos leyes aprobadas, pero convocaba: “Hago votos para que en breve sea
aprobada la Ley General del Servicio Profesional Docente”.
La declaración de Peña Nieto y la negociación de Chuayffet provocaron
que la CNTE cumpliera su amenaza de movilizar a miles de maestros y
bloquear las vialidades de acceso al AICM el mediodía del viernes 23.
(Proceso)
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