¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Pero siñor Presidente…¡No faltaba más!
Hugo Carbajal Aguilar
El PRI y sus principios
Mostrarse como entreguista a los intereses extranjeros debería causar
estupor, rubor, pudor, vergüenza…sentimientos que los distinguidos
priístas son incapaces de sentir, fieles a su espejo diario. Ni siquiera
perciben lo que están haciendo, o sus consecuencias, no se percatan de
con quién tratan, o a quién se dirigen. Nada. Son una repleta bola de
zafios que, empujada por sus patrones empresarios, ruedan con inercia
total.
En su último aquelarre cerraron filas y pidieron que la Constitución no
siga siendo más un objeto de veneración jurídica (sic). Claro, les
estorba para sus negocios, justamente a ellos que la utilizaban para
todos sus discursos de campaña y de informes anuales. Los mother-nos
priístas ya no se sienten cómodos con ese chaleco de fuerza y en alarde
de impudicia confiesan sin decirlo que aman la intervención extranjera,
que le dan la bienvenida, que la aceptan, la invitan a apropiarse de
nuestros recursos y de nuestros trabajadores.
Por cierto, señoritingos
priístas y señoras priístas (¡ah! porque también hay señoras
distinguidas que levantaron la mano en esa asamblea): ¿Han pensado
ustedes en sus propios hijos e hijas, nietos y nietas? ¿Se han imaginado
en qué condiciones van a trabajar en su propio país? ¿O los van a
colocar en una esfera de cristal a fin de que se mantengan alejados de
todo este mundanal desorden en que dejarán a su propia nación? ¿O ellos no pertenecen a la prole?
Les adelanto: Sus queridos hijos e hijas trabajarán –si tienen suerte-
para una empresa extranjera que explotará sus propios recursos y su –of
course- propia mano de obra. Y les “pagará” un salario indigno y los
despedirá cuando quiera sin ninguna defensa y sin ningún tipo de
seguridad social, o sea, ni atención médica, ni vacaciones, ni
aguinaldo, ni utilidades, ni caja de ahorro, ni sindicato, ni…
¿Qué les parece? ¿Un futuro digno de su prole?
Dijeron también que “el planteamiento presidencial se apega
estrictamente a los principios ideológicos y programáticos de nuestro
partido”. ¡Ah! ¿Tiene principios ideológicos y programáticos su partido?
¿Los conocen? ¿Y por qué no los respetan? Que yo recuerde el PRI
siempre hizo alarde del Nacionalismo Revolucionario y de la Justicia
Social. ¿Dónde quedaron?
Y, pregunto, además. ¿Se dará el caso de que algún remoto día algún
inteligente, crítico y sincero priísta se atreva a decirle a su Siñor
Presidente que está equivocado? ¡No! Ni lo mande Dios… ¿Hay alguno de
Ustedes que esté en desacuerdo con la iniciativa presidencial? ¿Qué
raro, no?
Otra perla de Zacazonapan (¿de dónde más?): “Con la reforma a los
artículos 27 y 28 se preservará la propiedad de los hidrocarburos”.
¡Zas! ¿Pus cómo los han leído? ¿Qué no dicen esos artículos exactamente
eso? ¿Aparte de mentirosos, analfabetas? ¿No saben leer? ¿Lo hacen como
homenaje a su iletrado jefecito?
Y dije “fieles a su espejo”, es decir, dóciles, flexibles, lambiscones,
sumisos, desinformados, acríticos, los priístas en pleno no escatimaron
elogios al planteamiento de su presidente: son las horas que él quiera,
debe ser el próximo Premio Nobel de la Paz (ya ven cómo la consiguió en
Atenco), nunca se equivoca, es siempre muy bien ponderado (claro, por
sus incondicionales) e invariablemente conspicuo. La competencia
consiste en ver y comprobar quién se muestra más obsecuente, es decir,
más barbero, con el Preciso.
Mas, aún no acabo: “El Ejecutivo –afirmaron, grandilocuentes y solemnes
que para eso se pintan solos- ha desmontado el patriotismo petrolero y
el mito genial del cardenismo” ¿¿??... Sí, leyó usted bien: patriotismo
petrolero dijeron… ¿entiende esto? Lo más destacado, lea despacito por
favor: el mito genial del cardenismo. ¿Qué tal? Ambas cosas o entidades
abstractas que surcan los cielos conceptuales del acendrado priísmo un
tanto cuanto más acá del agua tibia y para sensibilidades decimonónicas
–patriotismo petrolero y mito genial- han sido desmontadas (ajá!)
des-mon-ta-das por el excelso, impertérrito y heteróclito, cuasi
pluscuamperfecto Ejecutivo en funciones.
Finalmente, en pleno orgasmo masivo, uniforme y mecánico así como
simultáneo dejan caer su mendaz conclusión ofreciendo “disposición para
dialogar con el resto de las fuerzas políticas”. Me surgen
ineludiblemente más preguntas: ¿Y quién va a ser el dialogante priísta
que “ofrezca” variados argumentos que justifiquen la intención de
privatizar Pemex? ¿Bajo qué sustento lógico se ofrecerá esa discusión
que permita llegar a acuerdos? Ya que tooddooss piensan exactamente
igual… ¿Se llevarán el discurso de Peña Miento para repetirlo frase por
frase, comilla por comilla, ante sus contrapartes? ¿Prometen no caer en
contradicciones?
Y como se ve que no conocen a los empresarios aquí les dejo una breve descripción de sus actitudes:
-Son totalmente faltos de convicción sobre la función social de sus empresas…
-Nunca se comprometen con los intereses de la Nación o de su pueblo…
-Se manejan con total egoísmo en sus fines y en sus actividades…
-Muestran una absoluta ausencia de interés en la solución de los problemas de las masas…
-Su voracidad y su insaciabilidad no tienen límites.
Así que esto es una Democracia despojada de todo contenido popular; una
Democracia sin demócratas transformada en objeto de consumo, en una
mercancía más; un mero ritual de alternancia en la administración
gubernamental que incorpora la corrupción de la clase política a la cual
otorga impunidad para cometer todos sus latrocinios…(Cfr. Marcos
Roitman, Democracia sin demócratas. Sequitur, México, 2007).
Ahora, bébase –como postre- algunos de estos versos -de una de sus composiciones- que hizo hace diez años Oscar Chávez:
Se vende mi país y da coraje/ Se vende mi país, es un ultraje.
Se vende mi país y su petróleo/ y los santos Obispos y sus oleos.
Se vende mi país y yo me chingo/ Se vende al extranjero y a lo gringo.
Se venden sus memorias y recuerdos/ lo avientan a las hienas y a los cerdos.
Se vende mi país puro y entero/ por un pinche puñado de dinero.
Yo no lo vendo, no, porque lo quiero
Yo no lo vendo, no, mejor me muero…
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