¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Imposible una Constitución a modo
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
Si así, sin reformar la Carta Magna, Pemex ha sido un botín inacabable
del grupo en el poder, no es difícil imaginar lo que habría de suceder
de ponerse en práctica una explotación sin las ataduras
constitucionales. Cada nuevo sexenio, los jerarcas del Ejecutivo
compiten por ver quién tiene más ingenio y desvergüenza para saquear a
la paraestatal. Así ha sucedido, en una carrera interminable, desde
1983, cuando Miguel de la Madrid llegó a Los Pinos con la encomienda
expresa de sentar las bases, “jurídicamente viables”, para entregar
nuestro petróleo a inversionistas privados.
Para no ser menos, los panistas pusieron su grano de arena, Vicente Fox
con los llamados contratos incentivados hizo su agosto junto con sus
amigos y los hijos de Marta Sahagún. Felipe Calderón, decidido a superar
a sus antecesores, creó una tesorería paralela de Pemex, en la que
depositan sus ganancias las 39 empresas filiales de la paraestatal que
operan en el extranjero, como lo descubrió la Auditoría Superior de la
Federación (ASF). El negocio no es cualquier cosa, pues el año 2011
obtuvieron ingresos por cerca de 434 mil millones de pesos que no fueron
reportados a la Secretaría de Hacienda.
Dichas empresas no están sujetas al marco constitucional ni a la Ley de
Petróleos Mexicanos, mucho menos a la legislación que regula a las
empresas de participación estatal mayoritaria. La ASF ha venido
señalando la existencia de esas empresas extralegales desde 2007, como
señaló la senadora del PRD Dolores Padierna, quien puntualizó que las
utilidades del holding denominado PMI, con sede principal en Holanda,
deben ser muy superiores, pues al operar en el extranjero es difícil
auditarlas correctamente, y además se rigen por las leyes de los países
donde están asentadas.
Sin embargo, tal situación anómala continúa ahora con el PRI en Los
Pinos, razón por la cual Calderón no va a ser llamado a cuentas. Se
tendría que cancelar tan magnífico negocio, y eso no está contemplado
por la camarilla gobernante. No hay ley que valga para evitar el saqueo
mediante tal maquinación, y Calderón se da el lujo de pasear por la
Ciudad de México como si no hubiera hecho un daño patrimonial al país
comparable al que hicieron Salinas con el TLC y Zedillo con el Fobaproa.
Al fin que todo queda en familia y el pueblo aguanta eso y mucho más,
de ahí la firmeza para ir con todo para reformar la Constitución y
vender de una buena vez Pemex a las grandes trasnacionales petroleras,
vía un grupo selecto de miembros del Consejo Mexicano de Hombres de
Negocios, quienes se llevarían su muy buena tajada.
En cambio, el secretario de Gobernación se muestra muy estricto en
acatar la Carta Magna, al afirmar que la consulta popular que demandó
Cuauhtémoc Cárdenas para que sea el pueblo el que decida el rumbo de
Pemex, no está contemplada en el marco constitucional. Puntualizó que
habría que reformar los artículos correspondientes. Véase el concepto
que tiene Miguel Ángel Osorio Chong de la democracia: en ella no cabe la
participación de la gente, aun cuando así lo garantiza el artículo 35
constitucional, referido a las prerrogativas del ciudadano, en su
fracción tercera que dice: “asociarse libre y pacíficamente para tomar
parte en los asuntos políticos del país”. ¿Se necesita una reforma a
pesar de tan claro ordenamiento?
Cuando la ciudadanía demanda algo en su favor, de inmediato saltan los
leguleyos al servicio del grupo en el poder para frenarla; pero cuando
un miembro de la elite comete algún delito, entonces no hay ley que
valga para castigarlo, como sobran ejemplos de ello a lo largo y ancho
del territorio nacional. Y hasta tienen el descaro de decir, como lo
hizo el domingo César Camacho Quiroz, que la Constitución no debe ser
objeto de “veneración jurídica”. No lo es, pero sólo ahora que tanto
interés tienen en reformar los artículos 27 y 28 con el fin de
garantizar la explotación, sin riesgos legales, de los hidrocarburos
mexicanos por parte de las famosas “Siete Hermanas”, cuyos accionistas
están ansiosos de meterle el diente a Pemex.
Pero cuando no les conviene apegarse a la letra de la Carta Magna, salen
con sus parrafadas, como lo hizo Osorio Chong para dar línea a la
cargada priísta sobre la propuesta de Cárdenas. Quieren una Constitución
a modo, lo que no va a ser posible.
(guillermo.favela@hotmail.com)
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