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Cinco mitos sobre la Reforma Energética
Ricardo Monreal Avila
Pemex no es rentable. Carece de recursos para explorar y explotar nuevos yacimientos.
Falso. En el extranjero, en Asia y en Estados Unidos, los actuales
directivos de Pemex y de la Secretaría de Energía, han estado
presentando un Pemex rentable, capitalizado y bien administrado. En un
documento oficial y en una presentación en Power Point titulada “Expo
Foro Pemex”, se lee lo siguiente:
“. PEMEX es la empresa que más genera ingresos en México y la segunda de Latinoamérica.
• PEMEX es una de la principales empresas petroleras del mundo y uno de
los participantes más importantes del mercado norteamericano, que es el
más relevante a nivel global.
• PEMEX es el corporativo más grande y más importante de México y es un motor de crecimiento por sus niveles de inversión.
• PEMEX es una de las empresas más reconocida por la diversidad y el volumen de operaciones financieras.
• PEMEX cuenta con esquemas y sistemas de vanguardia para la ejecución
de procesos financieros y agilizar su interacción con contratistas y
proveedores.”
El Pemex quebrado y sin salida es una visión que se proyecta sólo en
México, para intentar convencer a la opinión pública de que no hay otra
salida que no sea la entrada de capital privado, nacional y extranjero.
Con la reforma energética sobrará el empleo.
Mentira. Cuando PRI y PAN aprobaron la reforma laboral el año pasado, se
ofrecieron 600 mil nuevos empleos de manera inmediata. Ocho meses
después, lo que hay son 300 mil desempleados. Los trabajos que se han
creado son de hasta dos salarios mínimos y sin prestaciones sociales. La
gente prefiere el trabajo informal o el autoempleo, porque gana un poco
más, sin ser explotado de manera tan abierta y descarada.
Bajarán la luz y el gas.
El descaro. Cada primer sábado del mes, las gasolinas suben de precio,
no bajan. Y atrás de ellas, suben los alimentos, los servicios y demás
productos. El gobierno actual ha subido un peso las gasolinas y el
diesel en tan sólo 9 meses. Gas y luz son más caros ahora que hace un
año. Si el gobierno dice que con la reforma habrá luz y gas baratos,
¿por qué no ha parado los “gasolinazos” de cada mes? Además, la gente
tiene la mala experiencia de las privatizaciones anteriores (Telmex,
Aeroméxico, bancos, autopistas, aeropuertos, minas, etc.). En ningún
caso los servicios y productos bajaron de precio o mejoraron su calidad.
Por el contrario, sólo sirvieron para beneficiar a unos cuantos y
perjudicar a los consumidores. Tenemos las telecomunicaciones y los
bancos más caros y malos del mundo.
No es privatización, es modernización.
Engaño. Aquí y en China privatizar es “transferir una empresa o
actividad pública al sector privado”. La reforma energética lo que
plantea es compartir la renta petrolera con particulares y transferir la
generación de luz eléctrica “a productores privados independientes”. Lo
que sucede es que el gobierno no quiere llamar a las cosas por su
nombre, porque “privatizar” es sinónimo de saqueo de la riqueza nacional
y de exacción de la renta familiar, así como de concentración de la
riqueza. Pero aunque la privatización se vista con la seda de la
modernización, privatización se queda.
La reforma energética es cardenista.
Manipulación. Si no puedes con el cardenismo, disfrázate de cardenista.
El gobierno se escuda en la figura del expresidente Cárdenas agarrándose
de un clavo caliente y deformando la figura del presidente que expropió
la industria petrolera. Cárdenas aceptó la participación del sector
privado y de los contratos de riesgo como excepción, no como regla; como
complemento, no como desplazamiento; y bajo la regulación del Estado,
no bajo la lógica de la máxima ganancia y el mínimo rendimiento social.
Además, la propaganda oficial deja de lado que Lázaro Cárdenas siempre
estuvo a favor de la desaparición de los contratos de riesgo o de
utilidad compartida, por el hecho de que no satisfacían las expectativas
de crecimiento de la industria petrolera. Se olvida las razones por las
que dichos contratos fueron abrogados de nuestra Constitución en 1960:
no cumplían con sus obligaciones fiscales, explotaban a los trabajadores
y causaban daños medioambientales en las comunidades petroleras.
Dejaban más perjuicios que beneficios.
En resumen:
En exploración y producción, la razón del cambio constitucional es
permitirle al Poder Ejecutivo compartir la renta petrolera a su
discreción, tanto mediante la elaboración de las leyes secundarias como
mediante la operación de los contratos específicos. Si existe corrupción
en las compras de Pemex, esta corrupción puede ser mayor aún en la
adjudicación de estos contratos y en la supervisión o auditoría
necesarias para determinar las “utilidades” de cada contrato.
Respecto de las demás actividades de Pemex, éstas pasarán paulatinamente
a manos privadas, en procesos probablemente opacos. Un fenómeno
parecido a lo que pasó con la banca, cuando se permitió la competencia
de intermediarios financieros privados que acabaron comprando los
bancos.
En el caso de CFE, la privatización ya está hecha en gran medida, pues
los generadores privados ya tienen casi el 40% de la capacidad de
generación y generan casi el 50% de la electricidad. Por cierto, sin la
reducción en las tarifas de la electricidad que se prometió para
justificar esta privatización.
Para acelerar el deterioro de la CFE, se va a permitir que los privados
oferten directamente a los grandes consumidores, sin pasar por CFE, con
lo que se corre el riesgo de que ésta acabe quedándose sólo con los
consumidores menos rentables, que no le interesen a los generadores
privados. Aparentemente, la CFE también va a tener que construir la
infraestructura de transmisión para los generadores privados, lo que le
puede generar costos de inversión que no necesariamente pagarán los
generadores beneficiados. Habría que esperar las leyes secundarias para
tener una opinión más concreta sobre este tema. Pero si la reforma
energética constitucional es lesiva desde el inicio, las leyes
secundarias no podrán ir en sentido contrario a la reforma principal.
Esta reforma energética es privatizadora y entreguista de los
principales recursos naturales del país. Con ello se confirma lo dicho
desde el año pasado, cuando el PRI se hizo de la presidencia de la
República con carretadas de dinero ilícito: quien compra la Presidencia,
termina vendiendo al país.
ricardomonreala@yahoo.com.mx
Twitter: ricardomonreala
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