¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
En el país de la desvergüenza
Servando Pineda Jaimes*
El
desencanto de la ciudadanía con la democracia en nuestro país, en gran
parte es responsabilidad de los partidos políticos. Sabido es que en
cualquier encuesta que se realiza respecto a la confianza hacia sus
instituciones en México, los partidos políticos siempre salen
reprobados. ¡Hasta a la Policía se le tiene más confianza!, y mire que
ya es mucho decir.
No conformes con eso, nuestros diputados federales intentaron asestar un
golpe a la democracia, al reformar, en lo oscurito y en comisiones, la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, donde
dejaban fuera de esta obligación justamente a los partidos políticos y a
los sindicatos. De tal manera que ni éstos, ni aquéllos estarían en la
tesitura de rendir cuentas de los millonarios recursos que les asigna el
Estado mexicano para financiar sus campañas, sus operaciones y cuanta
cosa se les ocurra.
Al albazo legislativo que pretendían dar los diputados, salieron al paso
los senadores de las fracciones parlamentarias del PAN y del PRD,
quienes denunciaron el hecho y anunciaron que “reventarían” esta reforma
una vez que llegara al Senado, si es que antes no era reformada esta
intentona oscurantista.
Gracias a la oposición de los senadores, el pleno de la Cámara de
Diputados se opuso a esta tentativa de cerrar el paso a la transparencia
y decidieron realizar un “addendum” a la propuesta hecha por las
comisiones unidas de Puntos Constitucionales, Anticorrupción y
Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, para de esta manera superar el
diferendo y que pudiera ser aprobada en el pleno.
Así, con 418 votos a favor, 25 en contra y una abstención, el pleno de
la Cámara de Diputados aprobó en lo general las reformas
constitucionales en materia de transparencia y rendición de cuentas para
obligar a los partidos políticos y sindicatos a que revelen sus gastos,
tal y como debe ser al tratarse de organismos de interés público.
De paso, el pleno realizó un hecho de trascendental importancia para la
vida democrática de nuestro país, al otorgarle autonomía al Instituto
Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) y darle a
sus resoluciones el carácter de inatacables, salvo por causas de
seguridad nacional.
En la propuesta inicial de los diputados, se exentaba de esta
disposición –es decir, la inatacabilidad de sus fallos- a la PGR, a la
Consejería Jurídica de la Presidencia de la República, a la Comisión
Nacional de Derechos Humanos y al Banco de México. Aunque queda abierta
aún la puerta para que estos organismos y dependencias puedan impugnar
ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación los fallos del IFAI con
el argumento de la “seguridad nacional”, es previsible que este punto lo
aclare y lo precise y eventualmente lo eche abajo el Senado de la
República. De cualquier manera, es pues, un gran avance y un golpe a
quienes intentaban regresar al pasado en materia de transparencia.
Con ello, se dio marcha atrás al deseo de ocultar los gastos de partidos
y sindicatos, y ahora todos deberán rendir cuentas: los poderes de la
Unión; los organismos autónomos; los fideicomisos, los fondos públicos;
fideicomisos privados y hasta las persona físicas y morales que reciban
dinero público.
En ese sentido, ojalá el Senado no sólo avale esta reforma, sino que
además la endurezca donde sea necesario o la abra lo suficiente donde se
requiera, a fin de que en nuestro país no haya ente que maneje dinero
público que no rinda cuentas al pueblo sobre la utilización de esos
recursos. Sobre todo los partidos políticos y los sindicatos, entidades a
las cuales se canalizan millonarios capitales sin que sepamos nosotros
como ciudadanos, el destino que se hace de ellos.
Nada más para darnos una idea de lo que estamos hablando, para este 2013
el presupuesto que ejercerá el Instituto Federal Electoral es del orden
de los 11 mil 98 millones 800 mil pesos. De esa cantidad, 66 por
ciento, es decir, 7 mil 277 millones de pesos, están destinados para
gastos de operación del Instituto, y el restante 34 por ciento (3 mil
742 millones 815 mil, 769 pesos con 34 centavos), para el financiamiento
de los partidos políticos.
De acuerdo con el presupuesto aprobado, el grueso de esos recursos, 3
mil 563 millones 925 mil 973 pesos con 66 centavos, equivalentes al 95.2
por ciento del total, están etiquetadas para las actividades ordinarias
de los partidos.
Un 2.9 por ciento del total (106 millones 917 mil 779 pesos con 21
centavos), será para actividades específicas como educación,
capacitación política, investigación socioeconómica y política, y tareas
editoriales.
El 1.9 por ciento restante, (71 millones 278 mil 519 pesos con 47
centavos), va para franquicias postales de los partidos, y 693 mil 497
pesos para franquicias telegráficas.
De acuerdo con las fórmulas establecidas tanto en la Constitución
(artículo 41), como en el Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales (Cofipe, artículo 78), los partidos políticos
tienen asignado para este año para sus actividades ordinarias
permanentes, una montaña de dinero:
PRI: 991 millones 526 mil 978 pesos con 13 centavos.
PAN: 832 millones 796 mil 092 pesos con 85 centavos.
PRD: 634 millones 867 mil 508 pesos con 95 centavos.
PVEM: 313 millones 466 mil 657 pesos con 34 centavos.
PT: 273 millones 435 mil 553 pesos con 55 centavos.
MC. 257 millones 955 mil 880 pesos con 56 centavos.
El líder sindical petrolero, bien protegido
Y en el caso de los sindicatos como el petrolero, la cosa es para
indignar a cualquiera. Derivado del recién firmado contrato colectivo de
trabajo el pasado 29 de julio, el Estado mexicano deberá pagar
anualmente a la gente de Carlos Romero Deschamps y sus compinches, 129
millones 516 mil pesos, más 20 millones 236 mil pesos de “apoyo” para
los festejos de la “expropiación petrolera”; dos millones 842 mil 268
pesos más para los “gastos de viaje” de los miembros del CEN, amén de
que Petróleos Mexicanos deberá pagar los viajes y gastos de todos los
líderes sindicales y su séquito de asesores y achichincles donde quiera
que se les ocurra realizar una reunión sindical.
Con tantas y tantas canonjías, aun así, partidos y sindicatos que reciben dinero público, ¿no quieren rendir cuentas?
Eso, en un país con 57 millones 123 mil pobres oficialmente, es simplemente una gran desvergüenza. (A los Cuatro Vientos)
*Periodista, escritor, ensayista y catedrático de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
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