Homozapping
Calderón y Televisa, historia de una confabulación. El caso Tangentte
(Primera Parte)
Jenaro Villamil
Primera parte del reportaje original publicado en Proceso, No. 1930.
La noche del 28 de septiembre de 2009 un berrinche del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa decidió la liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, tras una agria discusión con el líder del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Luis Esparza, pero también detonó la estocada final a una pequeña empresa de telecomunicaciones, Tangentte, propiedad del empresario Mark James, para beneficiar a WL Comunicaciones, de Fernando Canales Clariond y a Grupo Televisa, propietario de Bestel, que despojaron a esta compañía de una red de fibra óptica utilizada para servicios de triple play.
“Esta es
una historia de fraude, desacato, declaraciones falsas, prácticas
monopólicas absolutas y relativas y persecución política”, advierte Mark
James, un joven empresario de origen mexicano que relató a Proceso
su largo calvario frente al despojo del que fue objeto por parte Grupo
Televisa, en colusión con WL Comunicaciones, empresa de los ex
secretarios panistas Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens,
abiertamente apoyados por la administración de Felipe Calderón.
“Tangentte fue despojada de una red de
fibra óptica de más de 2,270 kilómetros entre Laredo, Texas y 19
poblaciones de México. La propia compra de la red de telecomunicaciones
de Bestel por Televisa, violó las obligaciones contractuales ratificadas
por sentencia judicial desde inicios de 2007 que impedían su venta –sin
la autorización previa de Tangentte- y, por ende, plagada de
irregularidades”, sintetizó Mark James.
“Por encima de la política de destruir
toda competencia, la motivación de Televisa de destruir a Tangentte era
mucho mayor. Encima de poner en duda su propiedad de la red Bestel,
Televisa indebida e ilegalmente incluyó la red de Tangentte dentro del
paquete de garantías entregadas al banco JP Morgan, como parte del
paquete para obtener el préstamo de esta institución”, acusó James.
De acuerdo con Mark James, en la misma
cena donde se decidió el futuro del SME también se dio la orden de
beneficiar a la compañía telefónica de Televisa (Bestel-Operbes) y a la
empresa WL Comunicaciones.
En esa cena del 28 de septiembre de 2009
estuvieron presentes Calderón, Martín Esparza, Javier Lozano,
secretario del Trabajo, Fernando Canales Clariond, socio de WL
Comunicaciones, Juan Molinar Horcasitas, secretario de Comunicaciones y
Transportes, y Cristóbal Canales, sobrino de Fernando Canales y entonces
socio de Mark James.
“Calderón se puso bien enojado. La cosa se va a poner bien dura. Me voy del país”, recuerda James que le dijo su entonces socio.
La disputa era por el redituable negocio
de la fibra óptica para servicios convergentes de telecomunicaciones.
Calderón decidió optar por beneficiar más a Grupo Televisa y cerrarle el
acceso al SME.
El mismo Martín Esparza recordó así este episodio, en entrevista con la reportera Rosalía Vergara:
“Se lo dije al presidente de la
República y estaba ahí Javier Lozano. Le dije: ‘¿quieres que esto
avance? Danos nuestra concesión. No nos la das, yo no los dejo entrar. Y
ya firmada la concesión nos dicen con quién hacemos alianzas, con
Carlos Slim –dueño de Telmex- con quien tú me digas. Pero no lo han
hecho y nosotros no los dejamos subir” (Proceso No. 1719).
Según Mark James, Felipe Calderón se
enfureció con el desafío de Martín Esparaza. Doce días después de esa
discusión, el sábado 10 de octubre de 2009, se dio el “sabadazo” en
contra de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, pero también se
decidió “la muerte” de Tangentte.
“Tangentte no es la primera ni la última
empresa de telecomunicaciones embestida por Televisa. Sin embargo, nos
tocó asiento de primera fila en el teatro de Mexicana y de Luz y Fuerza
del Centro. En el caso del SME, nuestra muerte fue decidida la misma
noche y producto de la misma reunión que detonó la extinción de Luz y
Fuerza.
“Simplemente, supieron esperar a que
nuestras reservas financieras estuviesen completamente comprometidas a
la construcción de nuestra red inalámbrica y la iluminación de la red
óptica, de tal manera que no existieran recursos para sobreponerse al
despojo de la red”, sintetizó James.
Todas las puertas se le cerraron al
empresario. Ni la Comisión Federal de Competencia, ni la Cámara de
Diputados ni los tribunales mexicanos ayudaron a James a revertir el
despojo, concretado el 31 de mayo de 2011. En octubre de 2012 decidió
solicitar asilo político en Estados Unidos. Todos sus bienes
desaparecieron o fueron robados.
Ahora, está de nuevo en México dispuesto a dar una nueva batalla para exponer públicamente su caso.
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