Mark Randolph James. Imagen: Tomada de Youtube.
¡¡Exijamos lo Imposible!! Homozapping
Calderón y Televisa, historia de una confabulación. El caso Tangentte
(Segunda Parte)
Jenaro Villamil
Segunda parte del reportaje original publicado en Proceso, No. 1930. Consulta la primera parte aquí.
La historia de una colusión
Mark Randolph James, mexicano de
nacimiento, fundó la empresa Centro de Contacto Avanzado (CCA)
accionista principal de la empresa Tangentte, creada en 2004, con el
objetivo de desarrollar una plataforma tecnológica para los servicios de
triple play (telefonía, internet y televisión).
Dos años después, en 2006, James comenzó
negociaciones con Christopher Steven Lucero y Kim Hasen, para operar
dos pares de fibra óptica de 2,270 kilómetros entre Laredo, Texas y la
Ciudad de México, propiedad de la empresa Qwest, y subrogadas a la
empresa Servecom, donde ya era socio Mark James.
Qwest había
firmado desde el 18 de julio de 1997 un contrato de compra-venta con
Bestel S.A. de C.V, telefónica que fue originalmente de la familia
Vázquez Arroyo, para la utilización de ese par de fibra óptica.
James invirtió cerca de 10 millones de
dólares para utilizar los 4 hilos de la fibra óptica de Qwest y
desplegar un servicio en la Ciudad de México y en otras partes del país.
“Desde 2006 yo ya tenía servicio de triple play con una velocidad mayor que el de otros competidores”, señaló.
En 2007 pidió la concesión a la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes para dar estos servicios, la
cual nunca le otorgaron. Se vio obligado a firmar convenios con otras
empresas para poder dar servicios de telefonía.
El asunto se complicó cuando en
diciembre de 2007, Grupo Televisa anunció que a través de su subsidiaria
Cablevisión adquiría el control de la empresa Bestel, con el objetivo
de expandir su negocio de los contenidos en televisión abierta hacia las
telecomunicaciones, especialmente telefonía y triple play. Bestel pasó a ser Operbes.
Operbes desconoció los acuerdos previos
entre Qwest y Bestel para el uso de los dos pares de fibras ópticas,
causando daños “por cientos de millones de pesos” a la empresa Tangentte
de Mak James.
En su escrito, presentado el 31 de
agosto de 2010 ante la Comisión Federal de Competencia, James sintetizó
así el litigio que hasta esa fecha tenía con Operbes-Televisa:
“En 2007, Servecom denunció ante la
Procuraduría de Justicia del Distrito Federal el despojo ante la
negativa de acceso por parte de Bestel a dicha red, en contravención
absoluta a los derechos establecidos en el contrato de compra-venta
celebrado el 18 de julio de 1997 entre Bestel y Qwest, subrogado en su
totalidad por Servecom. En marzo de 2008, la autoridad declaró el no
ejercicio de la acción al extinguirse el acto reclamado después de
otorgar acceso a la red Bestel al presentarse Servecom en compañía de la
autoridad. Derecho (acceso) que fue nuevamente negado al momento de la
extinción del reclamo y hasta el 1 de septiembre de 2009.
“En febrero de 2008, el Noveno Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito condenó en última
instancia a Servecom al pago de 45,400 dólares por cada año de
mantenimiento, acumulable en tanto dicho pago fuese realizado”.
Según James, su empresa fue afectada por
“los actos unilaterales” de Bestel/Operbes causando daños por cientos
de millones de pesos derivados “a) de la pérdida de contratos ante
nuestra inhabiildad de entrega de servicios, al ser impedidos en nuestro
acceso; b) derivados del cobro indebido por parte de Operbes de costos
de mantenimiento no documentados y excesivos, en absoluto desacato al
fallo emitido por el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito emitido el 19 de febrero del 2009; c) derivados de la
repetida negativa de acceso a nuestras instalaciones en México y Estados
Unidos; y d) derivado de actos y acciones conducentes para evitar
nuestra entrada y/o participación en el mercado de las
telecomunicaciones mexicano”.
En su demanda ante la Comisión Federal
de Competencia, James solicitó que el organismo iniciara una
investigación en contra de “posible práctica monopólica por parte de
Bestel, hoy Operbes” en contra de su empresa, al negarle el acceso a sus
fibras, equipos e instalaciones. También solicitó que determinara si
los dos pares de fibras “han sido gravadas o nuestros derechos de
propiedad afectados o perturbados, resultado del préstamo contraido or
Empresas Cablevisión ante JP Morgan Chanes Bank”.
El organismo antimonopolio no realizó
ninguna investigación y se cerraron todas las puertas para facilitar el
ingreso de una compañía pequeña frente al disputado terreno del triple play.
En 2009, James se asoció con WL
Comunicaciones, empresa dirigida por Cristóbal Mario Canales Lebrija,
sobrino del ex secretario y empresario regiomontano Fernando Canales
Clariond, beneficiaria a la postre del golpe contra el SME. WL
Comunicaciones que se quedó con el 51 por ciento de Servecom, mientras
el dueño de Tangentte se quedó con el 49 por ciento.
De 2007 a 2011, relata James, Tangentte
fue “ahorcada” financiera y políticamente. Cofetel nunca atendió su
solicitud para obtener las concesiones necesarias para ofertar
televisión y telefonía.
El golpe final ocurrió en mayo de 2011.
En ese mes, WL Comunicaciones decidió firmar un acuerdo con
Operbes-Televisa para despojar definitivamente a James de la propiedad
sobre las fibras ópticas, a cambio del pago de más de 1 millón de
dólares para el mantenimiento de la red a favor de la subsidiaria de
Grupo Televisa.
Tras el despojo, James envió una carta a
la opinión pública y a la Cámara de Diputados, el 11 de octubre de
2011, donde acusó a Televisa de emprender una ofensiva en su contra. En
otro escrito, presentado ante la prensa de Estados Unidos, James acusó a
Fernando Canales Clariond, “quien mantiene una relación personal con
Calderón y varios miembros del gabinete”, de concretar el despojo.
En la única aclaración pública sobre el caso, Grupo Televisa envió una carta al columnista de El Universal, Gabriel
Sosa Plata, el 4 de noviembre de 2011, para aclarar que “no tienen
relación de ningún tipo con la empresa Tangentte (Centro de Contacto
Avanzado), ni con el señor Mark Randolph James, ni con WL
Comunicaciones”, por lo que las imputaciones “son ajenas”.
Televisa aclaró que Operbes mantiene un
contrato de “prestación de servicios” con la empresa Servecom –cuyo
director es Cristóbal Canales Lebrija– y que es ajena “a cualquier
controversia o disputa entre accionistas o socios”.
Mark James aclaró que no se trata de una
diferencia entre accionistas sino de una serie de actos de colusión en
los que se desconoció la propiedad de dos hilos de fibra óptica que su
empresa tenía en la red de Bestel.
“A cambio de restituir acceso a
Servecom, representada por Cristóbal Canales, nos despojaron de nuestros
activos, buscaron obligar el perdón de más de 4 años de daños…y
pretenden que aquí nada pasó y todo es privado. Es decir, se
coludieron”, afirmó.
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