¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Osorio Chong necesita acupuntura para calmar su nerviosismo
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
El
hidalguense Osorio Chong siempre ha sido un politiquillo de hablar
tartamudeando. A pesar de que el subsecretario y favorito de Peña: Luis
Nava Miranda, lo acecha como zopilote a la carroña para el “quítate” que
sigo yo, el –todavía– secretario de Gobernación anda muy claridoso para
echarles las responsabilidades a los desgobernadores, sobre todo, de
Guerrero y Oaxaca, asegurando que su encargado de Protección Civil no
andaba en Las Vegas cuando atacaron “Manuel” e “Ingrid”, y que con
anticipación había enviado los avisos de alerta. Con Murillo Karam, son
integrantes del Grupo Hidalgo para la sucesión de Peña.
Se traba al hablar de corrido. Y esto le causa un nerviosismo muy
notorio. Sus íntimos le apodan “El Chino” por su ascendencia asiática.
Se hizo muy amigo de Peña y se “coló” hasta Gobernación; dependencia con
la tradición de que quien la ocupa tiene asegurado ser el sucesor. No
fue así con el prepotente peñista Chuayffet. Ni con el ex priísta y
ahora panista proclive al grupo de Elba Esther Gordillo: Diódoro
Carrasco. Tampoco con Reyes Heroles, el de la frase: “lo que resiste
apoya” y que Peña no ha sido capaz de hacer suya.
El desastre ciclónico detuvo los cambios que Peña pensaba realizar.
Ahora éste espera lo de la reforma política-electoral que le quieren
imponer, fuera del Pacto… por Peña, los del PAN y del PRD a cambio de
apoyar la contrarreforma petrolera y eléctrica. Y es que unos quieren
una presidencia semiparlamentaria, con un Jefe de Gobierno y que Peña
sea el Jefe de Estado. El asunto es que Osorio Chong sabe que si no hay
cambios y todo queda como está, el Grupo Hidalgo (que ni con Corona del
Rosal pudo tener un hidalguense en la Presidencia), podría quedarse con
la sucesión. Incluso si Peña tuviera que renunciar, constitucionalmente
éste sería el presidente interino y, algo es algo dijo el Diablo cuando
buscando a una alma pecadora, sólo encontró a una monjita y se la llevó.
Por lo pronto Osorio necesita terapia de acupuntura, la técnica de
introducir agujas finísimas en partes estratégicas del cuerpo, para
combatir ciertos males y, entre ellos, la ansiedad, el nerviosismo, la
tartamudez. Así que para que se noten menos sus alteraciones de
ansiedad, bien haría el hidalguense en recurrir a la acupuntura que
pueden aplicarle en el sillón-reposet que tiene en su oficina y donde se
echa sus siestas para estar alerta con los maestros.
De perdida una “limpia” azteca, pasarle un huevo sobre el cuerpo para
recogerle “embrujamientos” y, varias, sesiones acupunturistas en el
edificio de Covián donde a veces despacha Osorio, porque ya tiene un
edificio muy bien equipado cerca de Los Pinos. Cuestión de que se decida
a esa terapia y quitarse el sonsonete de su voz que tartamudea y lo
hace parecer más nervioso. Su poca personalidad administrativa se pierde
en verlo sin aplomo. De no corregir ese mal, entonces Osorio Chong debe
saber que sus días en Gobernación siguen la cuenta regresiva a favor de
Luis Nava Miranda, quien no quita el dedo del renglón de la ambición.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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