¡¡Exijamos lo Imposible!!
Reprueban espionaje
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Escalada mundial de reclamos a Obama
EU pierde rápidamente la credibilidad
Tres presidentes en la nómina de la CIA
FCH aceptó y avaló la intrusión de NSA
EPN: sumisión y subordinación a Obama
Europeos reclaman “monitoreo” de EU
Brasil instituye nuevo correo electrónico
“Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido”.- Malcom X
Toda la información disponible hasta el momento señala a Felipe Calderón
como uno de los presidentes más sumisos y subordinados a los intereses
de Estados Unidos como consecuencia principalmente de su ilegitimidad.
Pero a la fecha, la actitud y el comportamiento del presidente Enrique
Peña Nieto demuestran que su administración es totalmente dependiente
del gobierno estadounidense no sólo en los ámbitos políticos y
económicos, sino también moral y psicológicamente.
La gestión de Peña Nieto ha sido espiada desde que era candidato
presidencial, ha resentido una flagrante violación a sus políticas y
lineamientos económicos, a través de una intromisión generalizada y
sistemática de Washington, y no dice ni reclama nada.
En el mundo, el espionaje sistemático de la Agencia de Seguridad
Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés), coordinada
por la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono, ha
generado una escalada de protestas internacionales y demandas de
explicaciones e investigaciones sobre los hackers e intromisiones
ilegales en sistemas y redes de comunicaciones oficiales y
confidenciales de al menos 35 jefes de estado, incluidos los de
Alemania, Francia, Italia y España, en Europa, y México y Brasil en
América Latina, considerados amigos y aliados de los estadounidenses.
Este escándalo de espionaje a nivel mundial está llevando a la
administración del presidente Barack Obama a una rápida pérdida de
influencia, poder, imagen y proyección internacional, que ha minado su
política exterior.
Los principales líderes mundiales han podido percatarse, a partir de las
revelaciones de Edward Snowden, de que la hegemonía estadounidense se
genera, en una gran parte, en el manejo indebido de informaciones
obtenidas con métodos ilegítimos, por lo que están tomando sus
previsiones a nivel nacional y continental para contrarrestar esa
ventaja. No pasan por alto que la información recolectada a través del
espionaje a gobiernos, instituciones y empresas de otras naciones, les
facilita a los representantes de Washington ganar batallas comerciales,
imponerse en discusiones diplomáticas y manipular los encuentros bi o
multilaterales para obtener resultados favorables para los intereses de
Estados Unidos.
Los principales gobiernos del mundo,”aliados” y “amigos” incluidos, ven
ahora a la administración de Barack Obama como un competidor peligroso,
un interlocutor inescrupuloso y un socio desleal. Todo parece indicar
que sólo en Gran Bretaña y en México la situación no es así. El gobierno
de Enrique Peña Nieto se ha agachado, ha optado por un perfil bajo y ha
eludido enfrentar directamente al gobierno del presidente
afroamericano.
Analistas y legisladores de oposición han criticado abiertamente la
tibieza de la administración peñanietista, muy distinta a la de
gobiernos como Brasil, Alemania, Francia, Italia e incluso España. La
administración de Peña Nieto ni siquiera ha llamado al embajador Anthony
Wayne para exigirle explicaciones. La Secretaría de Relaciones
Exteriores sólo se quedó en el comunicado y manifestó su “categórica
condena a la violación de la privacidad de las comunicaciones de las
instituciones y ciudadanos mexicanos”.
Contrario a los intereses nacionales, el gobierno de Peña Nieto ha
tratado de evitar que la polémica por el espionaje de la NSA escalara.
Una nota diplomática revelada por la ONG The National Segurity Archive,
redactada con motivo de la visita que hizo en julio la entonces
secretaria de Seguridad Interna de EU, Janet Napolitano, a México,
comprueba esta actitud sumisa y subordinada: “los mexicanos han señalado
que esperan tu reunión con Peña Nieto para poner punto final (put to
bead) a los asuntos relacionados con las filtraciones de Snowden, que
están escalando en la prensa mexicana. Por separado, se le proveerán
puntos clave desde la Casa Blanca para responder a este asunto”, se lee
en el documento fechado el 23 de julio de este año.
Ante las pruebas de que la NSA ha venido realizando un monitoreo ilegal e
injerencista en las más altas esferas institucionales del país,
incluida la Presidencia de la República, los funcionarios de primer
nivel han adoptado una actitud claudicante, a pesar de que el espionaje
es un delito que debe ser perseguido y sancionado, y las autoridades de
esta administración han declinado cumplir con este deber legal.
Peña Nieto ha evitado adoptar una postura enérgica y soberana como jefe
del Estado mexicano, a pesar de que a nivel internacional crecen las
protestas oficiales contra Washington.
LARGA HISTORIA DE ESPIONAJE
Cierto que no es novedad que el gobierno de Estados Unidos infiltre las
comunicaciones internas de las instituciones mexicanas, práctica que
cuenta con largos antecedentes, al menos documentados desde la década de
los 60, revelados por el destacado periodista Manuel Buendía, quien
llegó a publicar en 1983 un libro titulado “La CIA en México”, en el que
aseguró que en nuestro país se encontraba la mayor estación de esa
agencia fuera de EU. Y más recientemente el periodista Jefferson Morley
en su libro “Nuestro hombre en México. Winston Scott y la historia
oculta de la CIA” (Taurus 2011), revela incluso los lazos que unieron a
tres presidentes mexicanos con un agente de la CIA que trabajó por más
de una década aquí durante la Guerra Fría (1945-1989).
Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría estuvieron en
la nómina de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Durante todo ese
periodo la CIA, fundada en 1947, intervino conversaciones telefónicas de
oficinas de gobierno y enemigos políticos, considerados “comunistas”,
como David Alfaro Siqueiros.
Para muchos mexicanos —me incluyo- resulta incomprensible la actitud y
comportamiento de los funcionarios federales de la actual administración
ante los hechos recientes relacionados con el espionaje, revelados a
partir de las filtraciones a algunos de los diarios más importantes del
mundo por Edward Snowden: el 9 de julio de este año, el diario brasileño
O´Globo reveló documentos del espionaje de Estados Unidos a México,
Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela.
O´Globo resaltó que México y Brasil eran objetivos prioritarios para EU,
en temas relacionados con energía y narcotráfico por lo que toca a
nuestro país. Peña Nieto declaró que de comprobarse el espionaje, el
hecho sería “inaceptable”.
El 1 de septiembre de 2013, el canal de televisión brasileño TV Globo
reveló nuevos documentos de la NSA, en los que destacaba el espionaje al
entonces candidato presidencial del PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, y a 9
de sus colaboradores cercanos. Fueron interceptados 8,489 mensajes.
Peña Nieto trató el tema con Barack Obama en una conversación telefónica
previa a la reunión del G-20 en septiembre pasado, y el mandatario
estadounidense se comprometió a “investigar” ese espionaje.
El pasado 20 de octubre, el semanario alemán Der Spiegel publicó que la
NSA logró “hackear” en 2010 los servidores de la Presidencia de México y
a acceder a mensajes del entonces presidente Felipe Calderón. El
espionaje se realizó desde las instalaciones de la NSA en San Antonio,
Texas, y desde estaciones secretas de escuchas en la Embajada de Estados
Unidos en México. Cabe destacar que investigaciones periodistas dieron
cuenta de que el gobierno de Felipe Calderón avaló que el gobierno de EU
instalará en México equipo para interceptar comunicaciones telefónicas y
cibernéticas. Desde 2007, Estados Unidos intercepta llamadas en México,
con el aval del gobierno de Calderón al Departamento de Estado
estadounidense, que instaló un sistema de intercepción de comunicaciones
que permite la recepción, procesamiento, análisis y almacenamiento de
llamadas telefónicas a escala nacional, así como de servicios de
Internet como chat, correo electrónico y voz.
“El contrato S-INLEC-06-R-4042 establece que la firma Verint Sistems
vendió equipo de espionaje al gobierno estadounidense con un valor de
tres millones de dólares, el cual llegó a nuestro país a través de la
Agencia Federal de Investigación (AFI) y la Procuraduría General de la
República (PGR), con el fin de apoyar el combate al narcotráfico en el
contexto de la “Iniciativa Mérida”. Dicho equipo almacena hasta 25 mil
horas y registra 60 llamadas simultáneas. La más reciente actualización
de ese contrato se dio en esta administración de Peña Nieto el 22 de
abril pasado, con lo que en esta nueva gestión, el gobierno de Estados
Unidos sigue teniendo acceso a la información que provea este sistema en
el país, que es recopilada de las redes de Telmex, Telcel (TDMA y GSM),
Nextel (IDEIM/GSM). Telefónica, Unefon, Iusacell (CDMA y TDMA), así
como de otros prestadores de servicios de Internet.
Al menos desde hace cinco años, la Oficina Internacional de Asuntos de
Narcóticos, así como el Departamento de Estados de EU, han financiado
este sistema de intercepción de comunicaciones para escuchar y grabar
llamadas telefónicas privadas en México, aunque oficialmente es parte
clave en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo entre México y
Estados Unidos, a través de 107 estaciones de escucha diseminadas en
todo el territorio nacional. Para la Corte Suprema de Estados Unidos la
protección de la cuarta enmienda contra escuchas ilegales no aplica
fuera de EU, sobre todo si la vigilancia la lleva a cabo otro país.
El Congreso ha pedido a Peña Nieto que exija a EU que cese el espionaje
que, sostienen diputados y senadores, viola la seguridad nacional, así
como la intimidad de la población mexicana. Los legisladores han
rechazado enérgicamente los “actos de espionaje realizados por la
Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos”, y han demandado que al
encontrarse en riesgo la seguridad nacional, es necesario que el
presidente Enrique Peña Nieto se pronuncie de manera pública sobre el
espionaje que ha provocado reacciones en todos los países afectados como
México.
ANALIZA UE RESPUESTA A EU
La Cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que
inició ayer en Bruselas, fue dominada por el espionaje de Estados Unidos
a las naciones de ese continente. La canciller alemana Angela Merkel y
el presidente francés Francois Hollande, líderes de las dos mayores
economías de la zona euro, incluyeron el tema en la agenda que pretendía
centrarse en cuestiones económicas.
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