jueves, 24 de octubre de 2013

XQ? ahí está su campaña con dinero ilícito

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
El silencio de Peña Nieto 

¿Cómo traducir el silencio de Enrique Peña Nieto ante el escándalo del espionaje de Estados Unidos en diferentes áreas de seguridad y comercio en México, cuando todos los Presidentes de los países afectados han exigido, con toda firmeza, que el gobierno de Barack Obama deje de entrometerse en sus asuntos internos? ¿Cómo traducir el silencio de Peña Nieto cuando se sabe y se tienen pruebas de que él mismo y sus colaboradores más cercanos fueron espiados por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense?

Desde el 9 de julio pasado, datos filtrados al diario brasileño O’Globo revelaron que el gobierno de Washington intervino masivamente comunicaciones de Internet de Brasil y México, sobre temas de energía, comercio y seguridad, e incluso comunicaciones privadas de mandatarios y funcionarios de alto nivel.

De inmediato, la Presidenta de Brasil, Dilma Roussef, no sólo protestó por la intromisión sino ordenó una investigación exhaustiva de funcionarios locales y citó al Embajador de EU en su país para hacer aclaraciones. El 17 de septiembre, la mandataria mantuvo una conversación telefónica de 20 minutos con Barack Obama, pero no quedó satisfecha con las explicaciones que le ofreció el Presidente de EU.

Por eso, el 25 de septiembre pasado, en una condena con una energía que pocas veces se ha visto en el seno de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra Estados Unidosy estando Obama presente–, Rousseff dijo que el espionaje de ese país ha generado “indignación y repudio en amplios sectores de la opinión pública mundial”.

Más aún expuso: “Le transmitimos al gobierno norteamericano nuestra protesta, exigiendo explicaciones, disculpas y garantías de que estos procedimientos no se repetirán. Los países no pueden permitir que acciones ilegales, recurrentes, se produzcan como su fuesen normales. Son inadmisibles”.

Este miércoles, 23 de octubre, la Presidenta Dilma Rousseff tenía en su agenda una visita oficial a Washington, pero ayer la canceló. Y lo hizo porque Obama y su gobierno no han dado respuesta a sus exigencias.

Apenas el lunes pasado, el Presidente de Estados Unidos llamó a su par de Francia, François Hollande, para apaciguar el “profundo malestar” de París, luego de que se revelara que la NSA también intervino comunicaciones del gobierno francés. Obama y Hollande “hablaron de las recientes revelaciones en la prensa, algunas de las cuales han tergiversado nuestras actividades y otras provocan preguntas legítimas de nuestros amigos y aliados sobre cómo se usan esas capacidades”, expuso la Casa Blanca en un comunicado.

Estos son sólo dos ejemplos. Pero todos los mandatarios de los gobiernos que han padecido esta intervención estadounidense, han puesto el grito en el cielo y han denunciado, de frente, estos actos que atentan contra sus soberanías. Con todos, Obama se ha visto obligado a comunicarse personalmente.

Sin embargo, el silencio de Peña Nieto se mantiene y, claro, el Presidente de EU ni siquiera se ha tomado la molestia de levantar el teléfono para hacer aclaración alguna. Es más hasta el Presidente mexicano más casado con Washington en los últimos años, Felipe Calderón Hinojosa, exigió investigar luego de que el lunes pasado se revelara que sus llamadas y correos electrónicos fueron intervenidos, con la autorización del propio Barack Obama.

En respuesta, el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y de la Secretaría de Gobernación (Segob), ha manifestado que exigirá a Washington aclaraciones. Pero el Presidente Enrique Peña Nieto, por cuenta propia, no se ha pronunciado y mucho menos criticado la política invasiva de los estadounidenses.

Por eso Washington no comenta gran cosa sobre su espionaje en México y es lógico: si al Presidente de la República no le interesa defender los intereses nacionales, menos aún les importa a ellos.

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