¡¡Exijamos lo Imposible!!
Estado de los ESTADOS
Por Lilia Arellano
En la cuerda floja
Reforma hacendaria: creciente oposición
IP amenaza presentar miles de amparos
Concamin hace su propio paquete fiscal
Buscan revertir impuesto a los refrescos
Analiza Senado un “gravamen a los ricos”
Diputados aprueban “Pensión Universal”
“No sólo para gobernar, sino también para sublevarse hacen falta leyes
estrictas. Un ideal fijo, habitual, es condición para toda clase de
revoluciones”.- Gilbert Keith Chesterton
Ante la creciente oposición de los sectores productivos a lo largo y
ancho del país, que cada día se van organizando para hacer frente común a
una impopular cascada de nuevos impuestos, la reforma fundamental del
proyecto económico político del presidente Enrique Peña Nieto, la
hacendaria y fiscal, se encuentra en la cuerda floja, pese a haberse
aprobado en la Cámara de Diputados, y en estos momentos se realiza, en
el Senado de la República, una guerra de gravámenes entre las tres
principales fuerzas políticas sin que se visualice el hecho irrefutable
que, entre otras muchas desventajas, esa miscelánea recaudatoria no
resuelve uno de los problemas más grandes del país, que es la
dependencia que tienen las finanzas públicas respecto de los ingresos
petroleros.
Al menos 16 cámaras y asociaciones del sector privado, encabezadas por
la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), han
constituido un frente común en todo el país contra la reforma hacendaria
propuesta por el gobierno de Peña Nieto y modificada por la Cámara de
Diputados, mientras los sectores productivos advierten de la alta
pérdida de empleos el próximo año de aplicarse en los términos avalados
por los diputados, así como el bloqueo de nuevas inversiones, como el
señalado por el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y
Manufacturera de Exportación (Inmex), en el sentido de que 50 empresas
del sector han detenido inversiones por mil 500 millones de dólares,
debido a la iniciativa presidencial aprobada en San Lázaro.
La reforma hacendaria, que se debate en el Senado, está plagada de
parches y no está orientada a atender los requerimientos reales del
país, sino sólo las necesidades de gasto del gobierno federal, que, por
otro lado, se niega a transparentar el ejercicio del presupuesto
federal, lo que también abona al rechazo de los sectores productivos a
aportar más si desconocen a qué rubros se va a dirigir el gasto público.
El propio Banco Mundial señaló ayer la preocupación de que esta
reforma, en esta fase, no parece resolver uno de los problemas más
grandes del país, que es la dependencia de los ingresos petroleros”.
Gloria Grandolini, directora del Banco Mundial para México y Colombia,
consideró que el conjunto de cambios propuestos por el gobierno y las
enmiendas realizadas en la Cámara de Diputados “parece ser que no
disminuirán el porcentaje de la recaudación que está directamente ligada
al petróleo”.
Actualmente, 35 de cada 100 pesos de los ingresos del Estado mexicano
están relacionados con la explotación del petróleo, por lo que, según
Joost Draisma, economista del Banco Mundial, el país enfrenta el reto de
financiar un gasto público creciente, al tiempo que se abre una
incógnita sobre los ingresos que podrá obtener en el futuro por la
explotación del petróleo. México enfrenta presiones de gasto a futuro,
particularmente para financiar pensiones y un creciente egreso en salud
porque el tipo de enfermedades que aqueja a la población está cambiando;
la gente vive más años y padece enfermedades más degenerativas que son
más costosas de atender. Draisma dijo que, por otro lado, el petróleo es
una gran incógnita sobre cuánto hay, cuánto se puede producir y cuánto
ingreso esperar de ello. “Lo que sí sabemos, es que el petróleo no dura
para siempre. A lo mejor hay más que se puede explotar, pero en el
tiempo se va a tener que sustituir con un ingreso básicamente tributario
para financiar las presiones de gastos”.
Por otro lado y de manera inmediata, está la decidida oposición del
sector empresarial a la reforma hacendaria, a la que se han sumado
organizaciones de la sociedad civil y hasta organismos internacionales y
educativos del país. Juan Pablo Catañón, presidente de la Confederación
Patronal de la República Mexicana (Coparmex), quien encabeza esta
resistencia, sostiene que “no es una verdadera reforma hacendaria, sino
una iniciativa esencialmente recaudatoria, que pone en riesgo a los
sectores económicos y de las familias en un contexto de desaceleración”.
Dijo que sin cambios estructurales, la iniciativa de reforma hacendaria
privilegia un modelo asistencialista, el cual arrojará choques sociales
y una distorsión en la economía mexicana.
El empresario destacó que entre la sociedad y la iniciativa privada se
vive un ambiente de desánimo por escasos cambios alcanzados y los nuevos
impuestos, y advirtió que a lo largo y ancho del país se han generado
manifestaciones sociales contra esta iniciativa. Y subraya que “no se
descarta la idea de que para el 2014 se comiencen a generar una lluvia
de amparos en distintos sectores económicos que, indudablemente,
arrojarán un impacto negativo a la economía del país”.
Por su parte, la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), a
través de su presidente, Francisco Funtanet, ha ido más allá al
presentar propuestas de modificación a la reforma hacendaria aprobada
por la Cámara de Diputados, con la que busca, subrayó, garantizar el
impulso a la economía, la generación de empleo y el bienestar de la
población. Durante las reuniones que ha sostenido el sector industrial
con senadores, señaló que el Impuesto Especial Sobre Producción y
Servicios (IEPS) a alimentos con alto contenido calórico debe
revaluarse. Dijo que la medida es desproporcionada, inequitativa y
regresiva, que afecta en especial a la población más vulnerable.
Respecto a las bebidas azucaradas, Funtanet pidió ajustar el tratamiento
fiscal propuesto, con el objetivo de no afectar a pequeñas empresas, y
propuso realizar ajustes en temas de equidad y proporcionalidad, así
como establecer cuotas sobre contenido real de azúcar para reactivar la
innovación. En relación con la deducción inmediata de inversiones,
propuso ampliar el incentivo en todo tipo de inversiones, con ello
dinamizar el crecimiento económico, toda vez que en la minuta aprobada
en la Cámara baja sólo se aplica este incentivo a “negocios verdes”.
Explicó que la aplicación de éste significaría en el corto plazo una
reducción de ingresos, pero en el largo plazo éstos se multiplicarán.
En cuanto a las prestaciones laborales, la Concamin cabildea para
ampliar el margen para deducir las prestaciones a los trabajadores.
Funtanet dijo que el esquema aprobado por los diputados implica
encarecer la nómina en cerca de 7.0 por ciento, mientras otros
especialistas afirman que se incrementaría la tasa efectiva de Impuesto
Sobre la Renta entre 3.0 y 5.0 por ciento. Explicó que la eliminación de
prestaciones tendrá como consecuencia conflictos laborales, menores
empleos y pérdida de competitividad del mercado laboral, además de un
incremento en el precio de los bienes y servicios, como reflejo de la
nueva estructura de costos de las compañías.
Por lo que toca al impacto en el sector automotor, explicó que el monto
de deducibilidad en 130 mil no permite contar con unidades seguras
(bolsas de aire), y se debe reconocer la inflación durante los últimos
10 años, por lo que propone aumentar el monto deducible para apoyar el
mercado interno.
DEBATE DE IMPUESTOS
Frente a toda esta oposición de los sectores productivos a la reforma
hacendaria, en el Senado de la República, a la fracción parlamentaria
del PRI parece tenerle sin cuidado y advierte que buscará que el paquete
fiscal aprobado en San Lázaro sea avalado “en sus términos”, sin
modificación alguna. Los perredistas buscan meter varios impuestos en la
reforma fiscal para cubrir vacíos que se generaron en la minuta
procedente de la Cámara de Diputados: “un peso más a refrescos; aumento
del 5 al 8 por ciento a la comida chatarra y estamos haciendo un
análisis sobre la posibilidad de establecer un IETU a los ricos”, dijo
Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del Sol Azteca.
Los panistas analizan la viabilidad técnica y jurídica para meter de
última hora un “impuesto de control” a las empresas más ricas del país,
presuntamente para tratar de evitar la homologación del IVA en la
frontera. La propuesta que estudian es la presentada por el perredista
Miguel Barbosa, de imponer este IETU de control a las más de 420
empresas monopólicas y oligopólicas del país, del orden del 5 por
ciento, con lo cual se intenta equilibrar el eventual boquete tributario
que quedaría si no se avanza en la homologación del IVA en las
fronteras.
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