¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
La “diplomacia coercitiva”
Pedro Díaz Arcia
Vapuleado
por el escándalo de los sistemas de espionaje masivo realizados por la
Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), entre
otras desgracias que han carcomido en los últimos años la credibilidad
en Estados Unidos, ahora crece el temor de que la principal potencia
militar pierda el poder de inspirar miedo a sus enemigos.
Dick Cheney, ex vicepresidente estadounidense durante el gobierno de
George W. Bush (2001-2009), criticó la política exterior de la Casa
Blanca al afirmar que Washington ha perdido influencia global y que “sus
adversarios ya no le temen”; no obstante las múltiples demostraciones
de fuerza, con la inclusión de actos genocidas, ejecutados bajo la
presidencia de Barack Obama.
Cheney, un avezado halcón, declaró este domingo en una entrevista con la
cadena ABC: “Creo que nuestros amigos ya no cuentan con nosotros, no
confían en nosotros, y nuestros adversarios ya no nos temen. Esa era la
clave y la base de nuestra capacidad de influencia”.
Es de suponer, en el caso de los amigos, que desconfíen de quienes los
espían; aunque algunos indignamente lo justifiquen, y otros respondan
con paños tibios a la ofensa. Pero es cierto que cada día crece el
número de aquellos que a cualquier riesgo enfrentan la violación de las
normas internacionales venga de donde venga.
El dardo de Cheney está dirigido fundamentalmente a exigir acciones más
agresivas de Washington en el Medio Oriente; entre ellas, una implícita
vuelta de tuerca en los territorios ocupados por Estados Unidos en la
región; y una mano dura respecto a Irán desechando complacencias con el
actual gobierno del presidente Hasan Rohani respecto al programa
nuclear.
En lo que respecta a Afganistán, es necesario tener en cuenta que
después de 12 años de guerra el país aún permanece ocupado por 66 mil
soldados invasores. Las tropas de la “alianza” no han eliminado el
terrorismo, presunto objetivo de la agresión, ni mejorado las
condicionas de vida del pueblo. En este período, por ejemplo, las
acciones de la poderosa Lockheed Martin se multiplicaron 15 veces en la
Bolsa, índice menor al de los civiles asesinados por los ocupantes.
Obama, atrapado en el marasmo de un conflicto heredado, pretende
mantener sus tropas en Afganistán después del 2014; lograr la impunidad
para sus soldados; y aplicar las estrategias consistentes en acciones
encubiertas y el uso de sofisticadas armas y medios, en lugar de
intervenciones militares. Estos enfoques, denominados “Huella ligera” o
“diplomacia coercitiva”, trazados por los secretarios de Estado y
Defensa, John Kerry y Chuck Hagel, respectivamente, dos veteranos de la
guerra de Vietnam, forman parte de la filosofía presidencial.
En un intento por enriquecer el debate respecto a la denominada
“Doctrina Obama”, matizada por la prepotente concepción de la
“excepcionalidad” del país en la preservación de los principios
democráticos en el mundo, se podría apuntar que el registro histórico de
la retórica nunca podrá superar la imposición -en última instancia- de
la realidad.
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