sábado, 20 de julio de 2013

Y su premeditación, alevosía y ventaja

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Casos y Cosas
Por Edmundo Contreras

Premeditación, alevosía y ventaja (como los hampones)

El caso de los ilícitos millonarios en el gobierno anterior del Estado de Tabasco, durante la gestión a cargo del hoy ex gobernador Andrés Granier Melo, que se mantiene en el escaparate de la atención nacional por su gravedad, magnitud y mayores complicidades para darle forma al entuerto que lesionó el erario de manera irreparable, integra pasajes de todo tipo que exhiben no sólo la inmundicia que guió el proceder de los implicados, funcionarios de primera línea y allegados al entonces mandatario tabasqueño, sino la felonía institucional que ha permitido manejos y certificaciones a todas luces indebidas y con evidentes fines de engaño para lograr propósitos muy particulares.

Como por ejemplo todo lo inherente a esa condición de “ejidatarios” de Yucatán que se ha acreditado en al menos siete u ocho de los implicados en este ilícito monumental, todos ellos avalados como tales por la otrora Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), hoy Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), a partir de Leonel Medina González, Esteban Correa Bolio, Lorenzo de Jesús Medina González, Daniela Sala Arceo, Valeria Sala Arceo, Amílcar Fernando Sala Arceo y José Amílcar Sala Villanueva, este último, mancuerna política del ex gobernador Granier Melo.

Movimientos oficiales que resultaron obligados para sus afanes perniciosos, como uno de los pasos para simular ser parte del ejido de Umán, en el Municipio del mismo nombre, donde al igual que en Kanasín se concretaron operaciones con superficies ejidales para lavar los fondos mal habidos de este auténtico gang depredador, que son tan sólo una pequeña parte de la gama de embustes, desvíos, sociedades para la infamia y otras componendas que se integran dentro de lo que se conoce como el Caso Tabasco y se extiende al Estado de Yucatán, donde empresarios locales se han coludido con esos hampones de cuello blanco para blanquear los fondos, que inició con la detención del ex tesorero estatal, José Manuel Sáiz Pineda.

De hecho, como bien precisa este diario POR ESTO! en su edición de ayer, “los dos compadres consentidos de Andrés Granier Melo (el ex gobernador de Tabasco), Amílcar Sala Villanueva y Carlos “El Pelón” Pineda Calcáneo, así como su ex secretario de Administración y Finanzas, José Manuel Sáiz Pineda, fueron convertidos en “ejidatarios” de Kanasín, Umán, Tixpéhual y Mérida, entre el 2009 y el 2010”, en franca validación de la trama infame que los cabecillas del Grupo Tabasco desarrollaron a fin de manejar esos fondos mal habidos, “lavarlos” y estar en condiciones de usufructuarlos al quedar “limpios” con las operaciones de compra-venta de tierras ejidales.

Esto es, una trama con premeditación, alevosía y ventaja (como los hampones).

Es la verdad de las cosas, todos los implicados en este asunto gravísimo del Caso Tabasco y sus extensiones al Estado de Yucatán, a los municipios citados donde se han realizado las operaciones para el “lavado” del dinero saqueado al erario tabasqueño, han procedido como lo hacen los hampones, con premeditación, alevosía y ventaja, al grado de que de inmediato sedujeron a empresarios locales para que se asocien y sean parte de esta verdadera “lavandería” que hoy, por todo lo que la ha nutrido y generado, exhibe el peor talante, el de la delincuencia organizada.

Porque a todas luces se observa que es algo planeado con toda frialdad, esto es, como la premeditación requerida para recorrer los tramos indispensables para ir cubriendo los pasos para hacerse de los recursos, en primera instancia, y darle forma al entorno manipulado que convierta a sus socios, empleados de confianza y parientes en “ejidatarios” de Yucatán, lo que nos remite a la alevosía que surge del saberse una autoridad que pone y dispone, en ese sexenio de Andrés Granier en el que se perpetra el atraco al erario estatal, que no dudamos haya incluso negociado con la instancia federal responsable de otorgar los derechos ejidales, que acredita la ventaja de conocer las vías para el embuste y contar con la fuerza oficial para llevar a cabo el tejemaneje.

Premeditación, alevosía y ventaja, como los hampones, es lo que se observa en primera instancia en este asunto de los desvíos millonarios de recursos del Estado de Tabasco durante el gobierno anterior de Granier Melo, que conforma el caso y ha ameritado incluso que instancias policiales internacionales, como la Interpol, se sumen a la búsqueda de implicados que se han hecho “ojo de hormiga”, como es el caso de Amílcar Sala Villanueva, el compadre, socio mayoritario y guía político-financiero del ex mandatario tabasqueño, “latrocinio que incluye, entre otras adquisiciones, 2 mil 500 hectáreas en Umán”.

Y es que, de a poco se ha venido corriendo el velo que ocultaba estas transas, movimientos y manejos a modo de las ambiciones de los implicados en el llamado Caso Tabasco, a partir del desvío monumental de recursos públicos de dicho Estado que se magnifica por su obvia PREMEDITACIÓN, ALEVOSÍA Y VENTAJA (COMO LOS HAMPONES). 

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