¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Pudo ser otra cosa...
María Teresa Jardí
El
regreso del PRI al gobierno federal pudo y debió significar el retorno,
o el inicio, a la normalidad republicana. Peña, a pesar de su llegada
tan cuestionada, pudo elegir hacer lo correcto para el país empezando
por buscar la manera de garantizar el retorno a la civilidad que pasa
para los gobernados por la inviolabilidad a la garantía, que los
gobiernos tienen la obligación de propiciar, de seguridad pública y
también el respeto a la garantía de seguridad jurídica.
Pero Peña optó por empezar cobrando contra los estudiantes que lo
confrontaron, cuando candidato, una venganza. Y luego se desentendió del
problema de la inseguridad con la peregrina idea de que con que los
medios a modo ya no informaran se iba a ir diluyendo el problema, como
si los ejecutados diarios y los descuartizados muchos días y los
asesinatos de mujeres que continúan y de menores que se consideran daños
colaterales... no tuvieran ni amigos ni compañeros de trabajo ni
familia. Como si las víctimas de los crímenes que de manera cotidiana y
brutal se siguen cometiendo no hubieran existido nunca sobre la faz de
la Tierra. Lo que de suyo había hecho Calderón al ordenar o al permitir
que no se levantara ni siquiera un acta circunstanciada en cada caso, al
menos para tener a futuro una referencia.
Grave error de ambos, que convierte a Peña en cómplice de la limpia de
pobres iniciada por ese monstruo traidor y entreguista llamado Felipe
Calderón que, usurpando, pasó por el Ejecutivo federal con la
complicidad de muchos.
Y ni qué decir del aberrante García Luna protegido por ambos. Calderón y
Peña van a pasar a la historia como parte de la misma historia de la
ignominia que como enfermedad incurable en México ha atacado a la mafia
política.
A finales de los setenta aparecía asesinado cada semana “el verdadero cabecilla: ahora sí de La Liga 23 de Septiembre”.
El Z40, detenido anteayer, ayer ya tenía varios relevos y hoy ya se
disputan entre ellos, porque a fin de cuentas los integrantes de La Liga
no eran criminales y “Los Zeta” sí lo son, el mando de esa organización
paramilitar creada por los militares y usada por Calderón y por García
Luna como queda claro y hoy por Peña y por Mondragón y Kalb. Convertido
el último en el heredero del ejército paramilitar paralelo de hombres de
negro de ese impresentable criminal, García Luna, apoyado también por
los yanquis.
Para barrer las escaleras se empieza por arriba y Peña o quien mande en
el PRI si no es la DEA que puede ser que lo sea o puede que sea la CIA o
que ambas compartan la imposición del horror que los mexicanos vivimos
con ejecutados cada día y con un retroceso en todo que da grima.
Peña o quien mande en el PRI debió empezar por meter a las mazmorras a
Calderón y a García Luna y de plano si el PRI aspiraba a ser reconocido
como el salvador de México a los Fox y a los Bribiesca.
Pero tornado lo anormal en normal aquí nada va a funcionar en tanto no
se reforme el Estado, como bien dice Javier Sicilia en su colaboración
en la revista Proceso de esta semana.
Acabar con la inseguridad pasa por combatir la agraviante corrupción
reflejada de manera llana en las investigaciones del POR ESTO! en el
caso Granier. Corrupción no castigada en México. A Granier se le
encierra por bocón como se hace con la Gordillo. Pero eso de justicia
tiene poco y mucho de venganza al verse exhibida toda la mafia política
en esos esperpentos.
No hay cárceles suficientes en México para encerrar a todos los
corruptos mafiosos mercaderes de la gran empresa y de la política. Pero
hay que empezar por las cabezas y en este caso cuatro destacan de manera
clara: Calderón Hinojosa, García Luna, Marta Sahagún y los Bribiesca,
cinco más bien porque también se encuentra incluida en este grupo
Marisela Morales... Seis porque Javier Lozano Alarcón tampoco puede
recibir ninguna clase de perdón...
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