La Jornada
El secuestro de Evo y el servilismo ante Washington
Ángel Guerra Cabrera
En una grave actitud
delictiva, las autoridades de varios países europeos impidieron la libre
circulación en su espacio aéreo del presidente de Bolivia, Evo Morales,
lo que fue equivalente a un secuestro. El avión del mandatario, en
peligro de agotar el combustible en vuelo, se vio forzado a un
aterrizaje de emergencia en Viena, donde Evo debió permanecer 14 horas
como un virtual rehén de la pax americana que se pretende
imponer en todo el planeta desde el 11/S. Aunque Barak Obama ha superado
a su antecesor en la construcción de un Estado policial y militarizado a
escala mundial.
Estos gobiernos intentaron escudar al principio su conducta delictiva tras burdas mentiras a las autoridades bolivianas y a los medios, pero el mundo entero sabe que detrás está la imbecilidad de creer que el avión del presidente podía llevar a bordo al ex miembro de los servicios de espionaje yanquis Edward Snowden, y el pánico a la posible reacción de Estados Unidos. Hecho confirmado cuando François Hollande afirmó que Francia autorizó el sobrevuelo después de cerciorarse de que el ex espía no iba en el avión.
Cual diligente sargento de la Guardia Civil en busca del temible Snowden, el embajador del Estado español en Viena tuvo la osadía, firmemente rechazada por Evo, de intentar subir al avión antes de que por fin Madrid reconfirmara el permiso de aterrizaje. No es ocioso recordar que estos países fueron cómplices de los ilegales vuelos de la CIA a conciencia de que sus secuestrados pasajeros serían objeto de torturas. Actúan igual que el ladrón, que juzga a todos según su condición.
El gobierno de Obama ha montado una histérica y patética persecución internacional a Snowden, quien horrorizado por la gran escala y extensión del programa de espionaje masivo PRISM contra sus compatriotas y la grosera violación que constituye de la Constitución estadunidense, decidió, con riego grave para su vida, darlas a conocer al mundo. Snowden también ha denunciado y documentado extensas y sistemáticas acciones de espionaje estadunidense contra China, Rusia, los países del G-20, México y la Unión Europea, supuesta aliada de Washington. Son incalificables los intentos de Obama, Kerry y otros funcionarios yanquis de restar importancia a esta monstruosidad, como si fuera lo más normal del mundo, al igual que su banalización por los pulpos mediáticos. Ergo, CNN, Fox, Televisa, sus pares y los diarios de la Sociedad Interamericana de Prensa.
Lloviendo sobre mojado, otra vez se pone de relieve la visión colonialista y racista respecto a los pueblos de América Latina y el Caribe –y, en general, de las ex colonias–, que continúa predominando en las elites y los gobiernos de Europa. Su visión del mundo es cada vez más mediocre, reaccionaria y supeditada a los dictados de Estados Unidos, del cual se han convertido en colonias de facto. Al parecer el papel de socios de menor categoría de la Roma actual en que los ha colocado el masivo espionaje a que los someten sus
amigosestadunidenses los ha hecho más obsecuentes en su vasallaje. Al menos, mientras no demuestren lo contrario.
En contraste, la reacción de indignación de los ciudadanos de muchos países europeos contra la bochornosa acción de sus gobiernos, fue lo que logró que a la postre el avión presidencial boliviano recibiera la autorización para volar. Al punto que varios gobiernos se vieron forzados a dar explicaciones cantinflescas y hasta a negar que hubieran impedido el vuelo de la nave.
Pero la más dura reacción fue en América Latina, donde el aluvión de protestas no se hizo esperar en las llamadas redes sociales, así como la inmediata y dura condena de los gobiernos de Argentina, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Cuba. Reunión de Unasur en puertas.
Twitter: @aguerraguerra
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