Un manifestante en Alemania protesta contra el sistema PRISM burlándose
del lema de campaña de Barack Obama, “Yes We Can” y adeptándolo a “Yes
We Scan” (“Sí, nosotros espiamos”). Foto: AP.
¡¡Exijamos lo Imposible!! Homozapping
El ciberespionaje, el Big Brother del Big Data
(Primera Parte)
Jenaro Villamil
Desde el pasado 6 de junio la realidad comenzó a superar cualquier novela o thriller sobre espionaje. Sólo comparable a la ficción-denuncia de George Orwell, autor de 1984, o a las pesadillas de hackeo que esbozó el sueco Stiegg Larson en su trilogía Millenium, el escándalo detonado por el “topo” Edward Snowden es tan sólo la punta del iceberg.
En junio, los periódicos The Guardian y The Washington Post reprodujeron documentos y declaraciones de Edward Snowden,
un joven contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus
siglas en inglés) estadounidense, quien también le declaró a la prensa
china que Washington lleva una década espiándolos a través de sus
mensajes en internet.
Snowden
reveló la existencia de un programa informático denominado PRISM
(Prisma), nombre en código del sistema US-984XN que le permite a la NSA
espiar a usuarios de compañías como Facebook, Google, Microsoft, Apple,
Skype, Yahoo, Youtube, Pal Talk y AOL, los gigantes de Silicon Valley
que dominan el mundo de las tecnologías de información y comunicación.
A partir del acceso a los servidores de
estas compañías, el gobierno de Estados Unidos pudo conseguir material
como “historial de búsquedas, contenido de correos electrónicos,
transferencias de archivos y chat en vivo” de acuerdo con The Guardian. El mismo periódico británico y The Wall Street Journal revelaron
que las agencias de espionaje de Estados Unidos tienen acceso a los
datos de la compañía telefónica Verizon (la misma que busca ingresar al
mercado mexicano) y las gigantes AT&T y Spring.
PRISM es una herencia directa del Acta
Patriótica que impuso el gobierno de George W. Bush desde los atentados
de 2001, pero fue adoptado y defendido por el presidente Barak Obama. En
varias conferencias de prensa, Obama y sus voceros del cuerpo de
organismos de inteligencia han reiterado que estos sistemas de espionaje
han logrado evitar atentados y justifican su existencia diciendo que no
se puede tener un 100 por ciento de privacidad.
Las pistas y los archivos aportados por
Snowden condujeron al poderoso sistema de espionaje británcio (el GCHO)
que intercepta comunicaciones a través de la fibra óptica. Un total de
300 especialistas ingleses, junto con un equipo de 250 estadounidenses
se dedican a analizar la información generada por estas intercepciones.
Según The Guardian, “una
innovación clave es la capacidad del GCHO de interceptar y almacenar
enormes volúmenes de datos obtenidos de los cables de fibra óptica,
hasta 30 días, de manera que pueden ser cribados y analizados. Esta
operación, conocida con el nombre clave de Tempora, ha estado
funcionando desde hace unos 18 meses”.
Los británicos destinaron en 2012 600
millones de “eventos telefónicos” al día y pincharon más de 200 cables.
Cada cable tiene capacidad de transportar 10 gigabites por segundo. En
teoría, pueden proporcionar 21 petabites al día, equivalente a enviar
toda la información que contiene la gigantesca Biblioteca Británica 192
veces al día, según el cálculo de The Guardian.
El gran negocio
Apenas unas semanas antes de la
irrupción de Snowden en la prensa internacional, la agencia informativa
AP reveló que el gobierno de Barack Obama había espiado a algunos de sus
periodistas. La Casa Blanca justificó esa evidente violación a la
secrecía de las fuentes con razonamientos muy similares a los que
realizó George W. Bush desde los atentados de septiembre de 2011.
En los mismos días del escándalo PRISM inició el juicio contra el militar Bradley Manning,
joven que filtró a Wikileaks miles de documentos clasificados del
Pentágono y del Despartamento de Estado norteamericanos que dieron lugar
a la mayor cacería de Washington contra un ciberactivista como Julian
Assange. La hipocresía de las agencias norteamericanas llevó a
enjuiciar a Manning como “traidor”.
El sistema PRISM revelado por Snowden va
mucho más allá de una mera anécdota y no constituye una filtración
cualquiera. Abrió las compuertas a un sistema de intrusión y persecución
a los ciudadanos de todo el mundo, especialmente a mandatarios o
dirigentes políticos, así como integrantes de presuntos grupos
“terroristas” (según la clasificación norteamericana).
PRISM también corrió la cortina sobre
las dimensiones de un enorme negocio que ha crecido exponencialmente
durante el gobierno de Barack Obama, el mandatario que, paradójicamente,
utilizó a las redes sociales como un mecanismo de cambio político y
ahora se convertirá en el principal responsable de la peor crisis de
confianza y legalidad entre los gigantes como Facebook, Google,
Microsoft o Apple.
El negocio que está detrás de lo
revelado por Snowden es multimillonario y sustituirá en los próximos 50
años, con mucha probabilidad, a la venta de armamento pesado. Se trata
del mercado del Big Data, es decir, el tráfico de documentos y datos de
terceros, bajo el argumento de la seguridad nacional. El mundo digital
ha generado una verdadera eclosión de datos, sobre todo, a través de los
dispositivos móviles o smartphones.
Tan sólo en Estados Unidos este negocio
ascienda a 1 mil millones de dólares anuales, y la enorme trasnacional
IBM, en su división Security Sistems aspira a vender 2 mil millones de
dólares hacia 2015 en el mercado mundial de la seguridad, cuyo valor
absoluto asciende a 90 mil millones de dólares, según la misma compañía.
Se calcula que más del 10 por ciento de este gran negocio corresponderá
al tráfico de datos de millones de ciudadanos.
IBM Security Sistems tiene cuatro áreas
de operación: seguridad de usuarios, seguridad de infraestructura,
seguridad de datos y seguridad de aplicaciones. Paradójicamente, el gran
negocio se trata de vender sistemas para vulnerar esa seguridad. Y los
clientes principales son las agencias gubernamentales de inteligencia o,
incluso, el crimen organizado.
Para 2017, IBM calcula que el tráfico de
datos a través de dispositivos móviles será 10 veces más grandes a los
mil millones de gigabytes. Es decir, 8 veces más que en 2012. Imaginemos
lo que eso significará en términos de vigilancia, procesamiento y venta
de datos personales.
Este enorme negocio no sólo involucra a
IBM o a Hewlett Packard, las trasnacionales con la capacidad de fabricar
sistema de Big Data. También ha colocado contra la pared a las gigantes
de la web 2.0.
Se trata de “una forma moderna de
facismo”, sentenció John Pilguer, corresponsal de guerra, cineasta y
escritor. No es casual que en todo el mundo grandes ejecutivos de
Google, el gigante de las TIC’S, colaboren con los gobiernos en áreas de
seguridad precisamente. Por ejemplo, el asesor de Google Ideas, Jared
Cohen, fue asesor de la ex secretaria de Estados Unidos, Condolezza Rice
en el gobierno de George Bush.
Sin ir muy lejos, en México, la ex
vicepresidenta de Ventas de Google y ex funcionaria de Grupo Televisa,
Alejandra Lagunes, es la principal responsable en el gobierno de Enrique
Peña Nieto en todo lo relacionado a las políticas digitales de la
administración central.
Frente al escándalo y las airadas
protestas de organismos defensores de las libertades civiles y la
privacidad en internet, Facebook, Microsoft y Apple primero dijeron
desconocer PRISM y luego admitieron que han recibido solicitudes del
gobierno de Estados Unidos.
Facebook dijo que recibió entre 9 mil y
10 mil peticiones de datos del gobierno estadounidense que involucraban a
un total de 18 mil a 19 mil usuarios, mientras Microsoft afirmó que
durante la segunda mitad del 2012 recibió entre 6 mil y 7 mil
solicitudes que perjudicaron las cuentas de 31 mil y 32 mil ciudadanos; Apple precisó que entre enero 2012 y mayo de 2013 recibió entre 4 mil y
5 mil reclamos de las 12 agencias de inteligencia estadounidense para
espiar entre 9 mil y 10 mil clientes. En el mismo periodo, Yahoo recibió
de 12 mil a 13 mil solicitudes para intervenir correos electrónicos.
El gigante Google, propietario también
de Youtube, de Gmail y de uno de los sistemas más utilizados para el
archivo de documentos y datos, en general, aún no ha precisado el número
de solicitudes.
Distintos especialistas y el propio
Snowden han explicado que PRISM da sentido a la cacofonía de la
información a granel que pasa por internet y ofrece al gobierno los
nombres, direcciones, historial de comunicaciones y archivos completos
de mensajes. Este es el valor de este sistema.
Continúa mañana.
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