¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Los “demócratas” de utilería
Jorge Lara Rivera
Más
pronto que temprano partidos que han querido pontificar sobre
corrupción y dictar cátedra de “modernidad” democrática han quedado en
evidencia. Exhibidos en toda la desnudez de su autoritarismo cupular y
de vicio anegados, el aliancismo PAN-perredista fecundo en corrupción.
Su ejercicio del poder público, sin ir más lejos, es muestrario de
fascismo, intolerancia y demás vicios antidemocráticos que se critica
–acremente– en regímenes de otras agrupaciones políticas.
Figuras señeras (algunas por otra parte admirables) que se ha querido
sacralizar como santones de la democracia, se desdoran ante la evidencia
de sus ambiciones personales de poder (incluso promoviendo, sin dudar,
en un país depauperado, la violencia social para agenciárselo) y
operando lucrativos tráficos desde éste –el caso Punta Diamante es
apenas la punta del iceberg. Fiesta de fantoches que se presentan a sí
mismos como dechado de prendas democráticas y encarnación viva de la
virtud y la decencia, Acción Nacional ha construido a base de mentira,
cinismo e hipocresía reiterados de sus figuras representativas el mito
de apego a la “legalidad” y un sucedáneo bastante chafa con que gusta
nimbarse de “superioridad moral” que no resiste el mínimo rigor en el
análisis.
Por eso indigna tanto que un “botón de muestra” por ese partido
prohijado –el nefasto Gustavo Madero Muñoz– cuya trayectoria de abultada
corrupción incluye detentar sólo por imposición, dedazo y palomeo en
medio de una farsa denominada “proceso interno” cosmético y elitista –y
esto es clave– la presidencia del CEN panista igual como antes
usufructuó curul y escaño en el Congreso Federal) se erija juez. Aparte
su innegable jurásica experiencia en capitalizar la sensiblería
haciéndose pasar por víctima –“buscan ganar a la mala”–, qué autoridad
moral puede asistir a este correveidile del calderonismo para criticar
en otros vicios a que en muladar propio se avinieron hasta la náusea 2
sexenios panistas como gobierno federal, pero de los que se sabe
practican sin escrúpulo desde hace 25 años, al menos, en que han
detentado el poder estatal (Baja California, por ejemplo) y municipal en
diversas ciudades del país.
Pruebas irrefutables son las hornadas de milmillonarios ex funcionarios
que produjeron, amén de las irresponsables condonaciones de adeudos
fiscales a sus “socios” en perjuicio de las arcas nacionales, y
adjudicaciones irregulares y sobrepagos que ésos recibieron en medio del
desempleo galopante y una crisis económica mundial. Que un tipejo
mañoso como Gustavo Madero salga ahora con prurito por autoritarismo,
corporativismo y clientelismo es, francamente, una provocación.
Autoritarismo el del autista régimen calderonista del cual fue diligente
parte; su producto: un genocidio de 102 mil muertos, 25 mil
desapariciones forzadas, 250 mil desplazados, 60 mil exiliados; la
aplicación a rajatabla de recetas económicas neoliberales que arrojó el
peor endeudamiento público de toda la historia mexicana, la mayor salida
de capitales nacionales, el empobrecimiento de 80 millones de
mexicanos, 52 millones en extrema pobreza y 21 de ellos con hambre.
Autoritaria la “vendetta” por denuncias contra funcionarios, a
integrantes de su propio gobierno; y represión contra altos mandos
militares disidentes y activistas sociales. El probado abuso del cargo
por Calderón para hacer proselitismo en tiempo de silencio obligado y,
sin ir más lejos: contra Manuel Espino -y hasta la suya, recién, de
Madero Muñoz, contra Ernesto Cordero ¿Corporativismo? ¡Pero si al
panismo no repugnó asociarse con exponentes epónimos de la corrupción de
organismos sociales (Elba E. Gordillo, Roberto Hernández, etc.), ni
tampoco tuvieron escrúpulo para liarse al crimen organizado (cártel del
Chapo)! Del clientelismo, obran en el IFE, FEPADE y el TEPJF pruebas
bastantes del manejo clientelar que se dio tanto en el foxiato como con
Calderón a SEDESOL; el uso faccioso, politizado a programas sociales
federales y el condicionamiento en la entrega de apoyos a la afiliación
forzosa al PAN, cuya resultante fue que creciera la pobreza en el país y
aumentara la brecha de desigualdad social a proporciones de vergüenza
nacional.
Y no venga Madero Muñoz con el cuento de impoluto, cuando siendo
“senador” solapó lo corrupto de que su acaudalado hermano Evaristo
saliera ganón “con sólo 50 mil pesos” mensuales del PROCAMPO. No menos
incongruente y hasta ridículo resulta que ese protagonista de la vida
interna cavernaria del perredismo, Jesús “Chucho” Zambrano Grijalva,
cuyo cuestionable liderazgo emergió de un comercio partidista, un
arreglo antidemocrático de última hora para evitar la escisión
perredista ante el naufragio de sus usos y costumbres tribales en la
prueba de una elección interna.
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