Assange durante su última aparición en la embajada de Ecuador en Londres. Foto: AP
¡¡Exijamos lo Imposible!!Proceso
El control de los macrodatos
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Desde la periferia de uno de los más sonados escándalos mundiales, cuando se están espiando miles de datos de personas, países, gobiernos, empresas y aun sobre variables informáticas de dudoso significado inmediato, en México se discute apenas una ley para la regulación de la oferta televisiva y la compra de miles de laptops.
Aquí el interés está concentrado en lo comercial más que en los contenidos o la dignidad de nuestra vida íntima, porque el interés colectivo gira sobre si se tendrán que comprar más aparatos para ingresar al sistema analógico televisivo, o si las laptops servirán para algo. No se discuten los verdaderos temas del acceso a la información, de su uso desmedido o de los aprendizajes que se requieren para manejar de manera significativa los programas virtuales, pese a que en el mundo se ha llegado desde hace mucho a la fase en la que el contenido vale más que el instrumento. Como lo afirmaba Margaret Meade hace 50 años: “(porque) ha llegado el tiempo en que debemos enseñar a nuestros hijos lo que nadie sabía ayer y preparar las escuelas para lo que nadie sabe todavía hoy”. Nada. Aquí los instrumentos o las pruebas valen más que los lenguajes, los métodos o los contenidos.
Sin embargo, algunos analistas están documentando de manera profusa el peligro de no contar con ninguna regulación sobre la información que se aporta, pues predomina la mercantilización y eventual manipulación de la misma por la vía de transnacionales como Google, Microsoft, Yahoo, Telmex u otros, que no tienen una adecuada y práctica respuesta política o social que conduzca a la reflexión colectiva sobre lo que se nos viene. Parecería que el juicio a un soldado que hizo de Julian Assange el líder de la evidencia informática de la operación a favor del gobierno de Estados Unidos en contra de todo el mundo, o lo que ha mostrado el exagente de la CIA Edward Snowden, que ahora está conmocionando al gobierno de Estados Unidos o del Reino Unido porque ha puesto al descubierto la manipulación de millones de datos sobre todos nosotros, no fuera para nada importante para los mexicanos que usamos a diario el teléfono celular o el internet. La Secretaría de Educación que está a cargo de la formación ciudadana debería, por decir lo elemental, manifestarse o hacer algo al respecto.
Los acontecimientos que aparecen todavía como algo ajeno a nuestro interés común en realidad están muy bien intrincados con nuestra cotidianeidad y con lo que se padece, se come, se analiza, se piensa, se aprecia o se predica. Y es que aún no se reconoce la pertenencia a un sistema de control total de la información mundial que está en marcha, como el denominado “macrodato” (The Big Data), que se presenta como la fase superior del internet y que ha empezado a abarcar enormes componentes de información que superan las actuales dimensiones de acumulación tal y como las manejan Google, Facebook, Twitter, Yahoo, Microsoft u otros buscadores, porque se organiza con bancos de datos con procedimientos encubiertos y a menudo en condiciones de ilegalidad para modelar y manipular la vida de millones de personas o instituciones, gobiernos o empresas, como nunca antes había ocurrido (Véase: Kenneth Cukier and Viktor Mayer. The Rise of Big Data. Foreign Affairs, may/june, 2013).
Se trata de una tendencia de control total de la información y de una impresionante intromisión en la privacidad de cualquiera de nosotros, a partir de modelos predictivos que pueden generar “pautas de consumidores, lectores, votantes o usuarios”, “comportamientos sociales masivos”, o la personalización de recomendaciones para el consumo de productos (Mario Tascón. Los macrodatos del futuro. Economía Exterior, número 64, primavera 2013, España, página 100).
Mientras en Estados Unidos se debate sobre la legitimidad de la intercepción de miles de datos para garantizar la seguridad de su territorio y de sus intereses comerciales, China planea invertir 80 mil millones de dólares de aquí a 2015 y otros 166 mil en 2020 para dominar el mercado de los macrodatos, en tanto que Europa trabaja en sus propios modelos de intervención de la privacidad, y Corea del Sur, Israel y España están impulsando desarrollos originales con la misma intención (Juan Luis Manfredi. Palabras del futuro. Ídem, página 61). A su vez, Rusia se enorgullece de contar con la mayor cantidad de usuarios de internet que cualquier país de Europa. Y todos ellos están buscando la redefinición de las identidades, la generalización de aprendizajes mediados por computadora que puedan suministrar más y más información, el uso del conocimiento mediado por la manipulación informática masificada a la “N” potencia, en beneficio de las empresas que lleguen a dominar estos sistemas… Y aquí… como si estuviéramos en una isleta.
No obstante, el manejo de sistemas de información también ha mostrado ser un medio de organización social que fomenta y potencia la convocatoria a la protesta, genera un nuevo aprendizaje social y una educación no formal-cotidiana, como ha ocurrido desde la “primavera árabe”, o como se ha presentado en las fronteras de las resistencias mundiales de las miles de redes sociales que están presentes y activas en todo el mundo (tal y como se muestran ahora a un lado de los partidos hacia el Mundial de Futbol en Brasil).
Se trata de una maraña a través de la cual debemos construir una nueva forma de aprender y de formarnos en las redes sociales.
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