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El PRI y su urgencia de poder en el IFE
La urgencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de cubrir la
plaza de consejero en el Instituto Federal Electoral (IFE), que dejara
vacante Sergio García Ramírez, evidencia –como en el caso del reciente
enfrentamiento entre panistas– que para los partidos políticos en México
la prioridad es ganar cuotas y, por supuesto, más dinero.
El tricolor busca tener la capacidad de nombrar a un consejero
identificado con el partido como parte de una cuota. Ese espacio vacío,
creen, es de ellos. Y quieren ahí a alguien que cumpla sus cometidos,
tal y como lo hizo García Ramírez, militante e incluso ex secretario
general del PRI; también ex funcionario federal en las administraciones
de Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid e
incluso ex candidato a la Presidencia por el Revolucionario
Institucional, batalla que perdió en 1987 frente a Carlos Salinas de
Gortari.
Por eso, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución
Democrática (PRD) se niegan a que esa elección se realice en un periodo
extraordinario en julio próximo.
La pretensión del PRI, afirman legisladores de ambos partidos, es
quedarse con todo, porque al tricolor le correspondería nombrar también a
otros dos consejeros de los cuatro que se renovarán en el IFE en
octubre. Es decir, si el PRI nombra al actual consejero para la vacante
de Sergio García Ramírez, más los dos que le tocarían en octubre, más
los que ya tiene, tendrían la mayoría absoluta de consejeros en el seno
del IFE, y eso es lo que el PAN y el PRD quieren evitar. Hay, además, un
fuerte interés económico en juego: la urgencia del Revolucionario
Institucional por nombrar al nuevo consejero del Instituto Federal
Electoral es también un voto que les está haciendo falta para aprobar
las cuentas públicas de ese organismo político.
La presión por parte del PRI porque eso suceda, comandada por Manlio
Fabio Beltrones Rivera, coordinador de la fracción tricolor en la Cámara
de Diputados, ha enfrentado al Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación (TEPJF) con los legisladores que, el miércoles pasado y
por segunda ocasión, rechazaron el fallo del TEPJF en el sentido de
convocar a un periodo extraordinario para elegir al consejero.
Se habla ya de un “desacato” en la Cámara de Diputados y que con el
rechazo del PAN y el PRD a estos fallos los legisladores pueden ser
amonestados en lo económico y apercibidos legalmente por dicho tribunal.
Pero se ve difícil que este conflicto interno se resuelva pronto. Muchos
apuestan a que también será un tema a negociar dentro del Pacto por
México, pues el PAN y el PRD no ceden ni un milímetro sobre su decisión
que el consejero sea elegido hasta octubre, cuando por ley se nombrará
también a otros cuatro consejeros electorales que en ese mes concluirán
su periodo, incluido el puesto de consejero presidente del IFE que hoy
ocupa Leonardo Valdés Zurita.
El caso, pues, se resume en cuotas y dinero. Lo que menos importa en
todo este asunto es el desempeño autónomo de los consejeros, y que el
IFE cumpla realmente con la misión que tiene asignada en la ley:
“Contribuir al desarrollo de la vida democrática, garantizando el
ejercicio de los derechos político-electorales de la sociedad a través
de la promoción de la cultura democrática y la organización de comicios
federales en un marco de certeza, legalidad, independencia,
imparcialidad y objetividad”.
(SIN EMBARGO.MX)
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