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Homozapping
Cordero, dinero y poder, el panismo se pudrió
(Segunda Parte)
Jenaro Villamil
Reparto en el Senado
El PAN pasó de primera a tercera fuerza política a nivel presidencial, pero en el Senado se mantuvo como una débil segunda fuerza con 38 senadores, de los cuales poco más de 10 provenían del entorno calderonista: Ernesto Cordero, Roberto Gil Zuarth, Luisa María Calderón, Mariana Gómez del Campo, Gabriela Cuevas, Maki Esther Domínguez, Jorge Luis Lavalle, Francisco Domínguez y Javier Lozano, éste último ingresó como senador de primera minoría por Puebla.
El 13 de agosto de 2012, Gustavo Madero designó a Ernesto Cordero coordinador de la bancada de los 38 senadores. En el reparto de las 61 comisiones ordinarias, 18 le correspondieron al PAN y de éstas 13 fueron definidas a favor de los propios calderonistas-corderistas. Sólo algunas se dieron para legisladores que no estaban en el entorno calderonista como Ernesto Ruffo, presidente de la comisión de Asuntos Fronterizos, Héctor Larios, en Comercio y Fomento Industrial, o Jorge Luis Preciado, en Reglamentos y Prácticas Parlamentarias.
Al margen de la presidencia de comisiones quedaron varios legisladores que no son del entorno calderonista, destacadamente Javier Corral. Incluso, el 12 de septiembre los senadores Manuel Bartlett, del PT, y del PRD criticaron la exclusión de Corral como presidente de alguna de las comisiones relacionadas con telecomunicaciones, radio y televisión, a pesar de su experiencia en el tema.
En cambio, Gil Zuarth quedó al frente de la Comisión de Justicia, Javier Lozano, preside la Comisión de Comunicaciones, Jorge Luis Lavalle preside la poderosa Comisión de Administración, Gabriel Cuevas está al frente de Relaciones Exteriores, Mariana Gómez del Campo preside la Comisión de Relaciones Exteriores de América Latina y El Caribe, y Laura Angélica Rojas Hernández, corderista, encabeza la comisión de Relaciones Exteriores con Organismos Internacionales, y el veracruzano Fernando Yunes Márquez, la comisión de Defensa Nacional.
El manejo de la coordinación de 38 senadores, así como la presidencia de la Mesa Directiva del Senado -hasta agosto próximo- le permitieron a Ernesto Cordero no sólo la representación legal de la cámara alta sino el acceso a un fondo de más de 200 millones de pesos, más los recursos extraordinarios, no auditables, que manejan las comisiones más importantes.
El 24 de agosto de 2012, recién integrada la bancada, Javier Corral envió a Ernesto Cordero una carta para establecer el principio de “máxima publicidad” que permitiera el “desglose de la totalidad de los recursos que recibe el grupo parlamentario de parte de la hacienda pública y la forma pormenorizada como la ejerce”.
La misiva de Corral le recordó a Cordero que una de las principales quejas de diversos grupos y personas “fue la de los altos salarios que recibimos los servidores públicos, pero sobre todo detecté una molestia por los apoyos adicionales y demás prestaciones que no se trasparentan”.
“Además de responder a ese llamado, considero estimado coordinador, que abrir la información evita también los manejos discrecionales en la asignación de apoyos y recursos entre senadores de un mismo grupo parlamentario, que tanto daña a la unidad y buen marcha del trabajo legislativo”, le advirtió el senador chihuahuense.
La propuesta de “máxima publicidad” al manejo de los recursos no fue admitida por Cordero y el bloque de senadores calderonistas. Nueve meses después, en plena disputa por el relevo de Ernesto Cordero al frente de la coordinación, el tema de los depósitos directos de 350 mil a 400 mil pesos a cada uno de los senadores (16.3 millones de pesos en total), en una sola exhibición, se ha convertido en un elemento más de la fractura interna.
La Mano que Mece el Conflicto
Al enterarse de la reunión privada entre Cordero y Videgaray, el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, decidió remover al ex secretario de Desarrollo Social calderonista al frente de la coordinación de los senadores, según confirmaron a Proceso distintas fuentes de la bancada. Y Madero lo anuncia públicamente el viernes 17 de mayo.
El pretexto fue la presunta desobediencia de Cordero a los lineamientos de la dirigencia nacional sobre la reforma política y electoral. Tres días antes, Cordero apoyó la propuesta de 30 puntos presentada con su homólogo del PRD, Miguel Barbosa Huerta.
El asunto no era sólo desobediencia, sino una lucha frontal de grupos. El sábado 18 de mayo, desde su refugio en Estados Unidos, el ex presidente Felipe Calderón lanzó un tweet con una clara dedicatoria en contra de Madero y en contra de la decisión de remover a su antiguo colaborador desde los tiempos de la Secretaría de Energía y Banobras, en el gobierno de Vicente Fox.
“Vieja regla del PAN: los asuntos internos se ventilan internamente. Cuando los presidentes la preservábamos el partido avanzó notablemente”.
En vísperas de esta decisión, Calderón viajó a México y se reunió con varios de sus allegados para ponderar quién podría ser el candidato de su grupo para sustituir a Madero al frente del PAN, según lo reveló el reportero Alvaro Delgado (Proceso, No. 1908).
El senador Gil Zuarth confirmó que sí existió el encuentro, pero sólo fue una “lluvia de ideas” sobre los prospectos y no hubo veto para que Cordero aspirara a la dirección nacional del partido.
El ataque contra Madero y todos los políticos que no formaran parte del grupo corderista se agudizó desde el flanco calderonista. Y el más virulento fue Juan Ignacio Zavala.
El hermano de la ex primera dama Margarita Zavala, escribió en su columna “El Pleito en el PAN”, publicada en Milenio Diario el 19 de mayo, que “es un hecho que personajes como Ernesto Cordero tiene más talento político que Gustavo Madero que hace esfuerzos conmovedores para poder comunicar una idea. Cordero tiene mucho más solvencia técnica que Madero, mucho más desenvolvimiento y conocimiento del mundo que el cerril de nuestro presidente de partido que no puede escribir bien un tuit. Es un hecho que Roberto Gil domina diversos temas con soltura. Temas a los que ni siquiera se asoma, por ejemplo, la secretaria general Cecilia Romero. Es un hecho que Javier Lozano tiene más visión de un gobierno moderno y de los asuntos de Estado que la que pueda tener el propio Ruffo que sigue pensando en formar un grupo que se llame Los Bárbaros del Norte”.
Es un hecho, ahora admitido por el propio Zavala, que en el momento de escribir este alegato antimaderista él cobraba 76 mil pesos mensuales como asesor externo de Ernesto Cordero, presidente de la Mesa Directiva del Senado (ver recuadro).
En paralelo, el 17 de mayo los senadores del bloque corderista se lanzaron a una “cargada tuitera” para apoyar a través de la red social al ex precandidato presidencial.
Roberto Gil Zuarth, Javier Lozano, Rosa Adriana Díaz, Francisco Domínguez, Fernando Yunes, Mariana Gómez del Campo, Martha Elena García, Pilar Ortega y Jorge Luis Lavalle expresaron a través de sus cuentas en Twitter y otras redes sociales su apoyo a Cordero.
“La gran mayoría de los senadores del PAN estamos con nuestro coordinador Ernesto Cordero, pues los resultados de su liderazgo están a la vista”, escribió el ex secretario del Trabajo calderonista y también ex aspirante presidencial del PAN, Javier Lozano.
Roberto Gil Zuarth, brazo derecho de Cordero y vocero de facto del bloque corderista en el Senado, afirmó que gracias al ex secretario de Desarrollo Social “hemos demostrado eficacia. Aprobamos reformas, ganamos los debates. No hemos regateado nada a México”.
Mariana Gómez del Campo, sobrina de Margarita Zavala y Felipe Calderón, expresó su respaldo al liderazgo de Cordero. “Concentrémonos para seguir trabajando por los ciudadanos”.
Luisa María Calderón, hermana del expresidente, fue más allá:
“Hoy parece que disentir ha de sancionarse. Mal: la democracia necesita oposición deliberante.
“Ernesto Cordero es excelente dialogador de los valores y prioridades del PAN, sobre la mesa, sin engaños y ganando debates, limpio y abierto”.
La Remoción y la Judicialización
Frente a la presión de los calderonistas-corderistas, de manera atropellada, Gustavo Madero decidió nombrar a Jorge Luis Preciado, un senador con escasa trayectoria nacional, pero leal al presidente nacional panista, como nuevo coordinador de la bancada en lugar de Ernesto Cordero.
El bloque de los 22 legisladores corderistas no lo reconocieron. Y prepararon desde ese momento una reforma al reglamento interno de la fracción para quitarle el control administrativo y político a Preciado, evitando que removiera a los presidentes de comisiones o tuviera acceso a los millonarios recursos de la bancada.
El 13 de junio, Javier Corral demandó una auditoría a la coordinación de Cordero porque “durante esta gestión se han manejado recursos de manera indebida, incluso podría catalogar como desviación de recursos públicos a allegados al ex presidente Felipe Calderón”.
El escándalo sobre el manejo irregular de millones de pesos de la bancada se desató desde el pasado lunes 17 de junio y fue ventilado en todos los medios de comunicación. Se confirmó que Cordero creó “asignaciones especiales trimestrales” (entre 350 mil y 430 mil pesos) que el ex secretario de Hacienda entregó a algunos miembros de la bancada.
Cinco legisladores del grupo corderista acumularon préstamos por 940 mil pesos: 300 mil para Roberto Gil Zuath –que fueron un “préstamo personal” a Juan Ignacio Zavala- y 160 mil para cada uno de los 4 legisladores que pagaron con estos recursos una “asesoría extranjera” para exigir la recuperación del dinero que los hermanos Moreira depositaron en Estados Unidos. Entre esos senadores estaba Luis Fernando Salazar, cuya hermana trabaja en el despacho de asesores.
En medio de esta polémica, el nuevo coordinador Jorge Luis Preciado quedó embarcado. Jorge Luis Lavalle, ex vicecoordinador administrativo con Cordero, acusó a Preciado de haber autorizado él entre el 7 y el 10 de junio asignaciones por “gestión legislativa” de 430 mil pesos.
Preciado se defendió echándole la culpa a Cordero. El 19 de junio acusó a Cordero de haber autorizado el 10 de junio un “depósito anticipado” por un total de 16.3 millones de pesos para los 38 legisladores. “Yo no autoricé y no tengo nada qué ver con ese dinero”, se lavó las manos Cordero.
Ese mismo día, 23 de los 38 senadores sostuvieron una reunión, al margen de la dirección nacional del partido, para realizar 17 reformas a los estatutos de la bancada que le quitaron el control financiero, político y operativo a Preciado.
“Técnicamente se trata de un golpe faccioso a la institucionalidad partidaria y al nuevo coordinador nombrado por Gustavo Madero”, lo describió Javier Corral. El senador más confrontado con el bloque corderista afirmó que ninguna de las reformas aprobadas obliga a una mayor transparencia y rendición de cuentas en el manejo de los fondos.
La guerra de lodo se transformó en judicialización del conflicto. El jueves 20 de junio, al día siguiente del “golpe técnico” contra Preciado, agentes judiciales del Distrito Federal impidieron el acceso a las oficinas panistas en la Torre Azul de avenida Reforma, al senador Francisco Domínguez, designado como administrador de los recursos por los corderistas.
Mientras los corderistas tomaron el control estatutario y político de la bancada, los maderistas tomaron el control judicial de las instalaciones y pusieron en un “limbo jurídico” el destino de los recursos, según admitió el senador Roberto Gil Zuarth.
Gil afirmó el 21 de junio que el CEN del PAN no tiene facultades para desconocer la reunión de los 23 senadores, y que, en todo caso, su disputa no es con la bancada sino con Senado, ya que Cordero es aún el presidente de la Mesa Directiva de la cámara alta.
En un salto de interpretación jurídica, Gil Zuarth advirtió:
“De entrada, el órgano demandado no es la mayoría del grupo parlamentario sino el Senado de la República porque fue éste, a través de su Mesa Directiva, la que ha recibido y ha validado los estatutos que se aprobaron por mayoría del grupo parlamentario. En consecuencia, deben demandar al Senado de la República”.
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