Contralínea
Francisco (Pancho) Aguirre Jiménez y Radio Centro
Álvaro Cepeda Neri *
No hace mucho murió la mamá de los Aguirre Gómez, quien controlaba las desbordadas ambiciones de estos hermanos que desde hace varios días han estado recordando-celebrando al fundador de esa empresa: Francisco (Pancho) Aguirre Jiménez (1913-1979). Lo han hecho por medio de anuncios en la prensa escrita y en las radiodifusoras del Grupo Radio Centro y sus repetidoras, a todo lo que dan los pulmones de sus locutores que envían felicitaciones obligadas a esa familia; pero ninguna referencia hay en las televisoras, mucho menos en Televisa donde sus voceros “a cuadro” se han dedicado a echarle tierra a las protestas estudiantiles realizadas con motivo de la conmemoración de aquel 10 de junio de 1971, cuando la pandilla de los Halcones (Echeverría, López Portillo y el temible Durazo, el Negro] usó a las policías para cometer homicidios y toda clase de barbaridades. Igual que en 1968, el presidencialismo priísta siguió mostrando su autoritarismo inaugurado desde Miguel Alemán.
Los tres hermanos –dos hombres y una mujer– andan a la greña y no es un secreto, sino un constante rumor que tiene a Radio Centro en el filo de la crisis, porque éstos quieren el reparto de la aparentemente cuantiosa herencia. Don Pancho –era el alias que le gustaba usar, como que así (dicen) todo mundo le llamaba– era el factor de unidad de la familia Aguirre, y después fue la mamá quien los trajo cortos. Hace 100 años este personaje nació en Arandas, Jalisco, y apareció después como gerente de la estación XEFO que perteneció al Partido Revolucionario Institucional de Alemán, éste impuesto como heredero en el trono sexenal por Ávila Camacho para iniciar la contrarrevolución; no sin antes destruir la obra de Lázaro Cárdenas en su vano intento por reelegirse. Zabludovsky se deshace en elogios porque durante el alemanismo, como una demanda de la sociedad, se vio obligado a construir la Ciudad Universitaria, sede de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Después don Pancho se dedicó a comprar
radiodifusoras y creó el Núcleo Radio Centro. Le dieron la concesión
para el Canal 13 de televisión, por órdenes de Díaz Ordaz. Y desde
entonces la cadena de radios de don Pancho tiene como divisa no
criticar, sino atacar a los mexicanos (campesinos, trabajadores,
indígenas, estudiantes, etcétera), que se manifiestan como democracia
directa, la del pueblo, para hacer peticiones y protestar contra actos
de autoridad antidemocráticos.
En una de esas estalla el pleito
intrafamiliar de los Aguirre, sobre todo porque los dos hombres no se
pueden ver ni en la ceremonia de los 100 años. Pues, como los Azcárraga
(y nada como Televisa para darle lectura al extraordinario libro de
Fabricio Mejía Madrid: Nación-TV, la novela de Televisa, en editorial Grijalbo), los Aguirre son un clan con su lado oscuro
que usan su poder para justificar al poder presidencial y mantener
internamente una férrea censura a la libertad de expresión. Ese
Zabludovsky fue fiel servidor de Televisa y es ahora lo mismo en Radio
Centro. Las campanas a vuelo por don Pancho aquietan las aguas donde los
Aguirre pelean a muerte la herencia al servicio de los que están en el
poder presidencial.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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