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El tren de “Los Chuchos”, el tren de Mancera
Alejandro Páez Varela
Ese tren pierde la marcha. Y sus maquinistas se van quedando solos. Cualquier observador frío diría que se trata de un desgaste natural; que, si se hacen bien las cuentas, ya llevan dos presidencias del PRD al hilo y eso quema mucho combustible.
Pero no, no es únicamente eso. No es sólo el “desgaste natural”.
“Los Chuchos”, Zambrano y Ortega, están perdiendo la fuerza que da la legitimidad.
Entonces manotean. “Borracho de cantina”, dijo el primero sobre Marcelo Ebrard. El segundo alucina “enemigos” y se lanza contra ellos cada vez que tiene micrófonos: Alejandro Encinas, Andrés Manuel López Obrador, Manuel Camacho, el mismo Ebrard.
Pero los “enemigos” se multiplican, hora por hora. Ahora son senadores, diputados, asambleístas. Son miembros del propio Comité Ejecutivo Nacional y dirigentes locales. Y son, además, una abrumadora mayoría de los delegados de la Ciudad de México, que han decidido firmar una carta para decir que NO al intento de la actual dirigencia perredista de negociar una Reforma Energética que incluya una mayor apertura en Petróleos Mexicanos.
Los delegados le machucan las manos a Miguel Ángel Mancera. Apoyan la posición de Ebrard y debilitan además, en la cabecera de los poderes de la izquierda mexicana, a Zambrano y a Ortega.
“Los Chuchos” manotean y buscan aliados. Descubren que cada vez son menos.
Montados en la rabieta, entonces, minan sus propios puentes, arrancan durmientes y vías, queman el combustible que les queda.
Y se cuelgan de otra máquina que también pierde la marcha día tras día: la del Jefe de Gobierno.
Ahora son dos máquinas las que pierden vuelo.
***
Ya no está claro qué y cómo negociaron. Y a cambio de qué.
Según ellos, habían consultado con los líderes izquierdistas qué hacer con la propuesta del Pacto por México cuando era eso: una propuesta de pacto. Según ellos, no se habían sentado con el PRI, el PAN y los representantes de Enrique Peña Nieto.
Pero la información escurre y los deja mal parados. “Los Chuchos” ya se habían sentado y ya habían acordado las reformas.
“En el Pacto por México no se ha hablado ni media palabra de la Reforma Energética y se ha especulado a raíz de lo dicho por Peña Nieto en Londres”, dijo Zambrano.
Miguel Ángel Osorio Chong –uno de los Vicepresidentes; el otro es Luis Videgaray– no tarda en desmentirlo: le dice a Radio Fórmula que sí se ha hablado de la Reforma Energética.
Y salen más datos:
Que “Los Chuchos” estuvieron sentados en 29 ocasiones, negociando previamente el dichoso Pacto.
Que se reunieron en la casa de José Murat, en Arrayanes 99, en Bosques de Las Lomas, en el Distrito Federal.
Que intentaron ocultar estos datos para tratar de aparentar una “consulta interna”.
En resumen, que pactaron por su cuenta.
Y ahora no se sabe qué, cómo, a cambio de qué.
“No se ha hablado ni media palabra”, insiste Zambrano.
Ajá.
***
Cuauhtémoc Cárdenas. Otra vez es él. Es la última tabla de salvación de “Los Chuchos” y, de paso, de Miguel Ángel Mancera, quien tiene en Zambrano y Ortega dos aliados.
Pero Cárdenas no renuncia a sí mismo. Su posición es la misma de siempre: Dirá no. No a negociar una Reforma Energética. No a una apertura en Pemex. Y es no, entonces, a la posición de los dos “negociadores”, los que creían que podrían llevar buenas noticias al PRI de Enrique Peña Nieto.
La carambola sacude varias bandas. Sin delegados en su propia ciudad, sin el apoyo de Cárdenas –aunque está en su gobierno–, alejado de López Obrador y de Ebrard, Mancera paga el costo de acostarse con “Los Chuchos”.
El Jefe de Gobierno, entonces, se encierra a cuatro paredes.
No puede darle la cara a los ciudadanos: ¿cómo, si 12 chamacos de Tepito siguen “ausentes”?
No puede darle la cara a los mismos líderes de la izquierda: ¿cómo, si ya se compró uno de los bandos?
No puede darle la cara al gobierno de Peña Nieto: ¿qué puede ofrecer? ¿Cómo reunirse sin evidenciar que ha perdido el control de enormes porciones de la izquierda?
***
Orgulloso, José Murat presume datos de las reuniones que tuvo con líderes del PRD y del PAN para alcanzar el Pacto. Suelta datos, y entre ellos, uno que explica muchas cosas: que fue él quien, mucho antes, en el gobierno de José López Portillo, pudo negociar con Jesús Ortega otro pacto.
El ADN deja sin argumentos a “Los Chuchos”. Eso son ellos: “negociadores”.
La prehistoria se transforma en su enemiga.
(SIN EMBARGO.MX)
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