viernes, 3 de mayo de 2013

La mesa está puesta a costa de los obreros

¡¡Exijamos lo Imposible!!
En marcha plan Obama
Lilia Arellano

Nuevas relaciones comerciales: EPN
Cambios y reglas para los extranjeros
Mucho discurso, pero pocos acuerdos
Piden a EU detener las deportaciones
Economía mexicana precipita la caída


“La esperanza vieja es la más dura de perder”: Elizabeth Barrett Browing
 

Es apabullante el comentario, numerosas las voces que hablan del futuro de México, del 2018, año en el que pronostican que el país ocupará el primer lugar en el trato comercial con los EU; en el presente se encuentra después de China, primero, y Canadá como segundo. Señalan que es esta la gran oportunidad que nuestro país ha esperado desde siempre y que ahora se hará realidad.

Los argumentos para hablar de la próxima riqueza no se escatiman, pero, al parecer, todos ellos carecen de memoria. Por lo pronto y como marco de estas expresiones, están los pronunciamientos de ambos mandatarios que redondean las opiniones de estos optimistas analistas financieros y económicos.

En efecto son muchas las generaciones que se han puesto de acuerdo, en su momento, sobre la forma errónea en la que se desaprovecharon kilómetros de frontera con el vecino país que de siempre, se ha caracterizado por un consumo mayoritario. Sin embargo, en esta etapa nos encontramos con las modificaciones de leyes como la del Trabajo, la que se refiere a las Finanzas y, obviamente, a la Fiscal que forman parte del paquete de beneficios y no precisamente para todos los empresarios sino para los inversionistas extranjeros, que esperan recibir después de poner en oferta la mano de obra y respetar que utilidades e impuestos sigan siendo manejados por el país de origen. Los cambios se han hecho no para fortalecer el mercado interno y exportar, no para los capitales nacionales, sino para los de afuera ante la imperiosa necesidad de generar empleos vía la instalación de maquiladoras.

Estas reformas han llegado al extremo de permitir la compra de terrenos de playas y fronterizos a los extranjeros, y con lo redondeado en el terreno económico surgido en el primer día de la visita del presidente de EU, Barack Obama, es demasiado claro que la estrategia del vecino va encaminada a debilitar económicamente a China sacando de ese territorio a sus principales empresas y traerlas México, donde el situarlas a lo largo de la frontera y en sus propiedades, les ahorrará importantes capitales, independientemente de que ya estamos con salarios mucho más bajos que los que perciben los asiáticos, con una inexistente supervisión fiscal, sin requerimientos de prestaciones para los trabajadores al nulificarse las pensiones y, con la modificación a las cuotas del IMSS, se eliminará también esa responsabilidad que se une al ofrecimiento sobre los sindicatos que ya no serán problema porque la contratación puede hacerse individual y por hora.

Habrá que tener presente que no es esta la primera ocasión en la que se instalen maquiladoras en territorio mexicano. En el pasado reciente, antes de China, así se vieron en la franja fronteriza, y en entidades como Aguascalientes se construyeron, incluso, parques industriales que tenían como objetivo principal el acaparar esas instalaciones.

Estas inversiones salieron ante la carga de exigencias por su negativa a cubrir salarios que siendo mínimos tuviesen considerada la paga por horas extras, por las prestaciones sociales, por las exigencias de los sindicatos, por la carga tributaria y los requerimientos bancarios. Todo eso ha quedado atrás y de ahí que se presente un panorama atractivo para su retorno, que se une a las nuevas condiciones laborales con las que operan los chinos y lo que ellos han logrado construir con el sacrificio de sus trabajadores.

Y, tal y como lo mencionamos ayer, ya apareció el peine del desalojo de la UNAM, los ofrecimientos sobre educación no se han hecho esperar. Sólo que hay otro punto de observación. Barack Obama asistió a esta reunión con asesores, pero no ha estado presente ninguno de los miembros de su gabinete ni los líderes camerales de los partidos políticos. En esa soledad no hay compromiso que tenga continuidad y diríase que ni la seriedad necesaria, ya que no hay encomiendas salvo para con el interlocutor.

En los EU no basta con la palabra pronunciada por su primer mandatario para poner en marcha lo que se ofrezca, por lo que al parecer aún hay tiempo para que el gobierno mexicano haga reconsideraciones y puntualice las condiciones de operación para quedar bien con los ciudadanos y sus empresarios primero, en lo otro hay condiciones inmejorables para hacer tratos justos.

RELATOS Y DISCURSOS

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó ayer a nuestro país en medio de fuertes medidas de seguridad, a calibrar al presidente Enrique Peña Nieto en una etapa temprana de su mandato y a reforzar el enganchamiento de la economía de México a la estadounidense para que, con la participación de Canadá, convertir a América del Norte en “la región más dinámica y competitiva del mundo”.

El mandatario de la Nación más poderosa del mundo, que pierde rápidamente terreno en el ámbito económico frente a los países asiáticos, no llega en el mejor momento, pues la economía mexicana resiente una recesión al crecer sólo 1% su PIB en el primer trimestre de este año.

Por otra parte, la inflación repunta, y la recesión mexicana se debe, en gran parte, a la decepcionante expansión de la economía estadounidense que en ese periodo creció sólo 2.5% su PIB, cuando se esperaba cuando menos un crecimiento de 3.0%. El presidente Enrique Peña Nieto aceptó que los dos países deben incrementar su “complementariedad” y “mejorar la eficiencia”, como lo calificó Barack Obama, en la relación comercial bilateral que, en estos momentos, supera los 500 mil millones de dólares al año, más de mil millones diarios los que también señalan que la balanza es por mucho favorable a los EU, ya que las exportaciones mexicanas han disminuido ostensiblemente, en tanto que las importaciones abarcan ya prácticamente todos los productos de consumo básico y, por ende, mayoritario.
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