¡¡Exijamos lo Imposible!!
Desplome económico
Más allá de los discursos optimistas de los altos funcionarios del
gobierno federal y del presidente de la República, Enrique Peña Nieto,
la cruda realidad se impone y el INEGI informa que en el primer
trimestre del año la economía creció un magro nivel de 0.8 por ciento/
Esto lleva a la Secretaría de Hacienda a recortar el estimado de
crecimiento de la economía mexicana para el presente año de 3.5 a 3.1%
MEXICO, D.F., 17 de mayo (Lilia Arellano/Estado de los Estados).- A lo
largo de la presente administración federal los funcionarios de primer
nivel, desde el presidente Enrique Peña Nieto, hasta los integrantes de
su gabinete económico, no se han cansado de restregarnos “la fortaleza
macroeconómica del país, la solidez de las finanzas públicas y de las
instituciones, la madurez democrática y el consenso político social”, lo
que en su conjunto constituye “el mejor momento para crecer, para
incrementar la productividad, el crecimiento económico y el nivel de
vida de la población”. Pero la cruda realidad y cruel verdad es que la
economía nacional se desplomó al arrancar esta administración. El
Producto Interno Bruto (PIB) creció apenas 0.8% en el primer trimestre
de este año, una fracción del avance que registró hace un año y el peor
desempeño desde finales del 2009, según datos oficiales del Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Totalmente fuera del discurso económico del peñanietismo, la cruda
verdad es que el manejo económico del país, en manos de Luis Videgaray,
secretario de Hacienda y Crédito Público, y Agustín Carstens, gobernador
del Banco de México y destacado alumno del Fondo Monetario
Internacional (FMI), esta siendo totalmente deficiente si la tasa de
crecimiento del PIB, en el primer trimestre de este año, es apenas una
sexta parte de la registrada hace un año, cuando tuvo un crecimiento a
tasa anual de 4.9 por ciento del PIB. Algo muy mal están haciendo los
tecnócratas neopriístas, cuando los tres grandes rubros de la actividad
económica registran, entre enero y marzo de este año, caídas en su
crecimiento, respecto del mismo periodo de 2012.
En efecto, según los datos ofíciales difundidos por el INEGI, el PIB de
las actividades primarias, que incluye la agricultura, silvicultura y
pesca, avanzó a una tasa anual de 2.8%, poco más de una tercera parte
del desempeño que tuvo hace un año cuando, en el primer trimestre de
2012, creció a una tasa de 6.4 por ciento; cuando el PIB de las
actividades secundarias, donde se incluye a la industria, minería,
electricidad y construcción, mostró una tasa negativa de 1.5 por ciento,
cuando en el primer trimestre del año pasado creció a 4.9 por ciento; y
cuando el sector terciario, que incluye los servicios, como las
actividades financieras, el comercio y el turismo, creció, en el primer
trimestre de este año, 1.9 por ciento, cuando un año antes avanzaba a
una tasa anual de 5.3 por ciento.
Muy mal se están haciendo las cosas en el gabinete económico de Enrique
Peña Nieto, cuando tiene que salir la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP) a recortar su previsión de crecimiento de la economía del
país para este año de 3.5 -que ya representaba una desaceleración- a
3.1 por ciento –un claro frenón-. Un manejo deficiente debe estarse
llevando a cabo en el manejo económico para que el subsecretario de
Hacienda y Crédito Publico, Fernando Aportela Rodríguez, convoque a una
conferencia de prensa, de emergencia, para advertir que el decrecimiento
de la economía tendrá un efecto negativo en los ingresos públicos y,
por tanto, en los gastos que tiene programados la administración
federal. Mal está la situación, cuando el funcionario adelanta que el
gobierno federal tendrá que recurrir a los recursos de los fondos de
estabilización de ingresos y, luego, “realizar ajustes al gasto”. Poca
credibilidad tiene este funcionario cuando asegura que los servicios
básicos que provee el gobierno y las partidas destinadas a programas
sociales, no se verán afectadas por los ajustes.
EPN, INSATISFECHO
Tras conocer los datos de la desaceleración de la economía del país, el
presidente Enrique Peña Nieto consideró que el crecimiento marginal de
0.8% del PIB, durante el primer trimestre del año, “de ninguna manera es
satisfactorio”. Durante la inauguración de una planta de café soluble
de una trasnacional, en Toluca, Estado de México, explicó que si no
existen estímulos internacionales que alienten el crecimiento económico,
se debe impulsar reformas internas de carácter estructural y políticas
públicas que fortalezcan al mercado interno”, el cual está totalmente
descuidado porque se sigue apostando a la dependencia de la economía de
Estados Unidos.
Peña Nieto justificó que si la economía de México no ha crecido más es
porque la economía mundial no lo está haciendo, y dijo que el
crecimiento que se observa en otras partes del mundo ha sido lento y, en
algunos casos, negativo. El mandatario confió en que las acciones que
está realizando su administración, las reformas que vienen impulsando a
través del Pacto por México, “hagan posible que el país retome un camino
de crecimiento más acelerado, de mayor desarrollo, de mayor beneficio
para los mexicanos”. Sin embargo, si observamos el desarrollo económico
del país en los últimos treinta años, dichas esperanzas están lejos de
cumplirse, toda vez que se sigue apostando por las recetas económicas
del neoliberalismo aplicadas desde el gobierno de Miguel de la Madrid y
repetidas en las administraciones de Ernesto Zedillo, Vicente Fox,
Felipe Calderón, y ahora con Enrique Peña Nieto.
Dichas recetas o estrategias económicas, que nos llegan a través del
FMI, el Banco Mundial o la OCDE, lo único que han conseguido es afianzar
la dependencia económica de México a la economía de Estados Unidos, en
rangos no de socios sino de subordinación, donde la gran mayoría de
beneficios económicos se quedan en el vecino del norte. Incluso las
reformas estructurales que se han aprobado en esta administración, la
laboral, la educativa, en materia de telecomunicaciones, así como las
que están a la espera en el horno legislativo, la energética y la
fiscal, están diseñadas para fortalecer y reforzar la actual relación de
dependencia económica de México a Estados Unidos.
Hasta el propio embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne,
revela que las reformas que actualmente el gobierno de Enrique Peña
Nieto está impulsando “reforzarán la relación económica entre Estados
Unidos y México en los próximos años”. Durante la Asamblea Anual número
40 de la American Chamber of Comercio, en Monterrey, ejemplificó que el
85 por ciento de las exportaciones de compañías medias y pequeñas de
Nuevo León se dirigen a territorio estadounidense.
Wayne destacó que durante la reciente visita del presidente de Estados
Unidos, Barack Obama, éste acordó con el gobierno de Enrique Peña Nieto,
pasos para tener una América del Norte más competitiva para tener más
oportunidades de inversión. El diplomático destacó que la meta de la
relación económica Estados Unidos y México es llevar productos y
servicios de muy alta calidad al mercado global.
sigue leyendo
No hay comentarios:
Publicar un comentario