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El Lazca: sin cadáver, no hay certeza
Expertos afirman que mientras el cuerpo del narcotraficante este
desaparecido no puede haber ningún cotejo de muestras genéticas que
valga / Peritos forenses concluyeron que el sujeto muerto en Coahuila
que las autoridades exhibieron como El Lazca, en realidad no es él
MÉXICO,
D.F., 27 de octubre (Patricia Dávila/Proceso).- La reserva con que la
PGR trata de hacer el análisis comparativo entre el ADN de Heriberto
Lazcano Lazcano, El Lazca, líder de Los Zetas, y el de su padre, ha
enrarecido más el caso de la presunta muerte del capo. Expertos forenses
y criminalistas afirman que mientras el cuerpo del narcotraficante esté
desaparecido no puede haber ningún cotejo de muestras genéticas que
valga.
Además esbozan la idea de que las muestras que los forenses de Coahuila
extrajeron al que suponen cadáver del líder de Los Zetas pudieron haber
sido sembradas, incluso por instrucciones del capo.
A su vez la PGR señala que los análisis genéticos del padre de El Lazca
los realizan peritos de la institución; sin embargo, trabajadores de los
servicios periciales de la Procuraduría consultados por este semanario
aseguran que ellos no llevan a cabo el estudio del ADN del progenitor de
Lazcano y que tampoco tienen en su poder las muestras tomadas en
Coahuila; sólo tienen el resultado de la necropsia, fotografías del
cadáver y las huellas dactilares.
“Mientras no aparezca el cuerpo, nadie en el mundo puede comprobar
científicamente que las huellas dactilares presentadas sean evidencia de
que el muerto era Lazcano. Tampoco podrán probar que fueron extraídas
realmente del cadáver exhibido. No hay forma de cotejar, aun cuando
hayan exhumado los restos del padre del narcotraficante. Si el gobierno
señala lo contrario, miente”, afirman expertos forenses que pidieron el
anonimato.
El miércoles 17 en conferencia de prensa José Cuitláhuac Salinas,
titular de la ya rebautizada Subprocuraduría Especializada en
Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), informó que fue
imposible localizar a los hermanos del narcotraficante para extraerles
muestras de ADN, por lo que la Procuraduría General de la República
(PGR) solicitó la exhumación de los restos de los padres de Lazcano
Lazcano, sepultados en el panteón de El Tezontle, Hidalgo.
“No es él”
El gobierno de Coahuila dijo que envió a la PGR el expediente del deceso
de Lazcano, con huellas de tres de sus dedos y fotografías del cadáver.
Para el gobierno federal esto fue prueba suficiente para determinar que
el fallecido era el líder zeta.
Sin embargo las fotografías del cuerpo presentado por las autoridades
fueron contrastadas con el informe de heridas que aparece en el dictamen
de la necropsia. Los resultados sembraron dudas entre los expertos en
criminalística. Los peritos también realizaron un análisis facial
empleando las imágenes del rostro del cadáver comparadas con fotos del
narco en vida. Concluyeron que el sujeto muerto que las autoridades
exhibieron como El Lazca en realidad no es él (Proceso 1876).
“Lazcano pudo haber hecho un convenio para entrar en el programa de
testigos protegidos de Estados Unidos. ¿De qué sirven las evidencias si
existe la duda de que fueron plantadas o suplantadas? El propio Lazcano
pudo haber dado todos los elementos: sus huellas, su sangre, su ADN. Por
eso la única prueba fidedigna que se tendría es el cadáver y éste no
aparece”, explica un perito en criminalística y ciencias forenses quien
pide la reserva de su nombre.
–El subprocurador Salinas habla de que fueron dos las huellas de los dedos recibidas –se le señala.
–Las que sean. Insisto, el mismo Lazcano las pudo haber otorgado. ¿A
quién le consta que a ese cadáver se le hayan hecho las pruebas y se le
hayan tomado los fluidos corporales que dicen tener?
–¿Y si el cadáver nunca aparece?
–Científicamente nunca podremos fincar que el muerto que nos presentaron
fuera realmente el señor Lazcano y que los datos que tuvo Coahuila y
ahora la PGR provienen de ese cadáver. Es imposible tener pruebas de un
cadáver que fue hurtado. Ningún científico del mundo podría realizar un
cotejo porque no existe el cadáver que permita confirmar los datos. La
ciencia es clara: tiene que haber un cruce.
Precisa que debe incluirse el parte informativo sobre la recolección de
indicios biológicos –sangre, fluidos, pelo–; huellas digitales
completas, no de un dedo ni de dos sino de los diez; huellas de las
palmas y los dorsos de las manos y todas las fotografías tomadas al
cadáver.
“De entrada fue un excesivo mal manejo de la evidencia, de los indicios.
Si sale positivo el cotejo de las muestras de ADN, ¿cómo van a
fundamentar científicamente ese cotejo? Es imposible porque no se tiene
el cadáver”, reitera.
–¿Qué es lo que más probablemente sucedió?
–Si no tenemos los indicios completos caemos en la especulación,
incluso, de creer que Heriberto Lazcano podría ser ahora un testigo
protegido.
Exhumación
A las siete de la mañana del pasado lunes 22 un equipo forense de la PGR
fue al panteón ejidal San Francisco en la colonia El Tezontle, en
Pachuca, Hidalgo.
Según la Procuraduría los restos del padre del capo –del que sólo dieron
los apellidos: Lazcano Bautista– se exhumaron de una tumba que ni
siquiera tenía lápida y no del ostentoso mausoleo que El Lazca mandó
construir para él mismo en ese panteón y donde ya está enterrada su
madre.
Tras siete horas de trabajo los especialistas en medicina forense
obtuvieron muestras de cabello, dentadura y restos óseos del padre de El
Lazca con el fin de extraer la huella genética.
–¿A dónde conduce que la PGR haya exhumado el cadáver del padre de Lazcano?
–Las autoridades van a decir que el ADN así obtenido coincide con las
muestras que tiene. Dan carpetazo al caso y se acabó. Por eso quieren
cerrar el círculo. Pero sin cuerpo es imposible. Tenemos evidencias sin
peso científico. Al rato sale un certificado de defunción... sabemos que
el gobierno mexicano hace esto y más.
El gobierno quiere convencer de que el sujeto abatido por la Marina el
domingo 7 es El Lazca y con ello poner fin a la polémica que empezó con
el robo del cuerpo y la confusión generada por la diferencia de
estaturas entre el cadáver y los datos del capo que tenían registrados
las autoridades.
Según los especialistas consultados por Proceso, la insistencia de que
se agote el protocolo de identificación sólo obedece a la urgencia que
el gobierno mexicano tiene por declarar jurídicamente muerto a Lazcano.
Manejo mañoso
Un abogado penalista –consultado por este semanario y quien pidió no
revelar su nombre– que durante años se ha desempeñado como Ministerio
Público y perito forense, asegura que las autoridades de Coahuila y del
gobierno federal, han manejado mañosamente la muerte y la identificación
de Lazcano:
“Las huellas dactilares se toman de todos los dedos de las manos,
incluso de la palma completa. ¿Sabes por qué no lo hicieron así? Porque
seguramente eran las únicas (huellas) que las autoridades tenían de
Lazcano. Los forenses de Coahuila no tenían razón para tomar sólo dos o
tres huellas, máxime cuando se trata de un cadáver sin identificar. Si
no tiene dedos sería una justificación, pero el cadáver que nos
mostraron en la foto sí los tenía. Eso demuestra que existe una
situación amañada”.
Explica que cuando el Ministerio Público (MP) llega al lugar llama a
criminalística y fotografía para que en el sitio fijen fotográficamente
la posición del cuerpo y determinen si ésta fue la anterior inmediata a
la muerte o si hay indicios de lucha o forcejeo. Pero el cadáver que
vimos seguro estuvo manipulado. Así no quedó. Así lo dejaron. Porque si
le hubiesen disparado con el arma de grueso calibre como dijeron,
tendría destruida la cabeza. A menos que el que vimos no sea el cuerpo
de Lazcano.
–¿Si usted tuviera que demostrar jurídicamente que las muestras que
tiene la PGR no son realmente de El Lazca, lo podría demostrar?
–Sí porque la Constitución, en el artículo 19, cuarto párrafo, dice que
para ejercitar acción penal de un asunto se requieren dos cosas: el
cuerpo del delito y acreditar la probable responsabilidad. En este caso
tenemos a un sujeto privado de la vida así como armas de fuego. Este es
el cuerpo del delito. El problema, es que ya no existe. Se lo robaron.
Desapareció.
–¿Aunque se haya exhumado al progenitor de Lazcano?
–Sólo quieren cuadrar su versión de que Lazcano está muerto. Con la
exhumación pretenden convencer a la opinión pública al decirle a la
gente: ‘Extrajimos los cadáveres, obtuvimos las muestras de ADN, las
cotejamos con las evidencias obtenidas en Coahuila y sí corresponden con
las que extrajimos del padre’”.
El abogado es contundente: “Esto no sirve porque no existe el cuerpo que
nos permita comprobar que es él. Sólo tenemos evidencias que no sabemos
si en realidad se obtuvieron del cadáver que nos mostraron. Quieren
partir de la buena fe. Pero no hay forma de que jurídica y
científicamente sea creíble. Sin cadáver es imposible”.
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