¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
AAA: Busco chamba de ex
Francisco Rodríguez
Indice Político
No
lo veremos acuclillado en las afueras de la Catedral Metropolitana
donde, día a día, pintores, plomeros, carpinteros y muchos otros buscan
el sustento para llevar a casa. Tampoco va a usar la página
www.empleo.gob.mx, donde dizque se publicitan 256 mil ofertas de trabajo
mal pagado. Poco o nada sabe hacer. Durante casi tres décadas ha vivido
de la política –dietas, comisiones, salarios partidistas, y ahora
bonos, seguros, a lo mejor hasta “lanita” de alguno que otro “bisne”—, y
no como presume, para la política.
No va a vivir una ex Presidencia modesta. Todo lo contrario. Gracias a
la generosidad o pasividad de los mexicanos, seguirá cobrando un par de
cientos de miles de pesos mensuales, tendrá escoltas, personal
administrativo y poco o nada qué hacer. Porque, ¿quién querrá acercarse a
Felipe Calderón cuando éste llegue al final de su ocupación de Los
Pinos? ¿Quién, como ante Carlos Salinas, querrá formarse en una
imaginaria lista de espera para tomarse un café y platicar con él?
Falta poco más de un mes para que Calderón quede desempleado. Pero desde
hace tres o cuatro meses ha dejado correr la especie de que anda en
busca de empleo en alguna universidad extranjera. En la texana ya hubo
manifestaciones estudiantiles que se oponen a que el michoacano vaya a
parar ahí con sus huesos. O más bien, ya sin “hueso”. De Harvard, donde
estudió un máster, se dice que podría ir como “visitante”. Esto es, a lo
sumo un semestre. Quizá dos.
Que no. Que el destino es España. Que por tal ha sido tan pródigo con
sus congéneres del Partido Popular, sobre todo con los gallegos. ¿Y a
hacer qué, si nunca ha dado golpe?
Corren más versiones. Que iba a comprar una casa por el barrio de Lomas
de Chapultepec con 5 millones de dolaritos. No, que siempre no. Que se
va a casa de un familiar de su esposa por el cercano rumbo de Virreyes.
De arrimado, pues.
Que él se va y que su señora esposa se queda. Que por los niños. Que la escuela. Que lo alcanzará terminando el ciclo escolar.
Ya ella misma, doña Margarita, admitió hace un par de días en Monterrey,
que la familia valora salir del país una vez que concluya el sexenio,
el próximo 30 de noviembre.
Pero, ¿a hacer qué? ¿A dar clases? ¿Quién querría aprender de él?
A menos que, parodiando al cómico Chabelo, su cátedra se denomine “Lo que no se debe hacer”, ¿no cree usted?
El espíritu de Freud
Fue el sociólogo alemán Max Weber quien con meridiana claridad
diferenció a quienes viven para la política y aquellos, los más para
nuestra desgracia, que viven de la política, pero creo que ante la
inminente ex presidencia de Calderón estamos frente a un caso freudiano.
Vale preguntar, entonces, si ¿los “ex” de la vida política, los que
rompen sus relaciones con el grupo y el hogar político, tienen conductas
parecidas a los ex-maridos y ex-esposas, cuando rompen sus lazos
afectivos y familiares?
Freud equiparaba la dinámica familiar con la psicología del grupo pero,
al margen de interpretaciones psicoanalíticas, estarán de acuerdo
conmigo en que existe cierto paralelismo entre algunos fenómenos de la
vida familiar y ciertos hechos de la dinámica política. Por ejemplo, hay
políticos que saben que sus relaciones con el partido y con los
ciudadanos se han deteriorado, que ya no son lo que eran, y sin embargo
se aferran a esa relación por encima de todo, intentando mantener lo
imposible. Sus creencias básicas les impiden la ruptura, porque se
socializaron aprendiendo que la afiliación política, como el matrimonio y
la familia, es para toda la vida. Son los que entienden la política
como pasión, como servicio y abnegación, como proyecto final. Por eso,
cuando las relaciones políticas se deterioran, en vez de plantear el
divorcio o la simple separación, se abrazan desesperadamente al cargo. Y
si el partido les aparta y no les queda más remedio, firmarán los
papeles del divorcio, pero no dejan de acosar, de perseguir, de intentar
influir y orientar la vida del grupo, aunque sea adoptando el papel de
“ex”.
Pero también existe el otro estilo de “ex”, el de las familias y
políticos posmodernos. Son los que rompen sus lazos pero mantienen las
relaciones amistosas, incluso de vez en cuando se ven, se juntan en
ceremonias y dan a conocer sus mundos ahora ya diferentes. Son rupturas
familiares o políticas suaves, tranquilas, positivas, sin traumas y sin
acosos. Son las rupturas de aquellos que entienden la familia y el
matrimonio, o la política y el partido, como algo temporal, con un
principio y un final. Dicen sí, pero no para toda la vida. Son políticos
de contrato temporal que, como las parejas posmodernas, rompen lazos de
forma pacífica y positiva, por razones de autorrealización personal y
no por rupturas apasionadas.
Y Calderón es lo primero. No lo segundo. Ya lo verá usted.
Índice Flamígero: Dentro de 35 días contratamos el mariachi y le dedicamos “Las Golondrinas” a Felipe Calderón.
www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com
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