¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
“La conozco… muy correcta la dama”
Jorge Correa Mena, notario número 43, confirmó ayer que varios
fedatarios yucatecos ya fueron investigados e interrogados “a
profundidad” por la SEIDO de la PGR sobre su participación en la
escrituración de las propiedades y el rancho que adquirió aquí en
Yucatán, Juana Raquel Alvarado Torres / Dice que sólo cruzó breves
palabras con la ahora detenida en Nicaragua
El notario número 43, Jorge Correa Mena, confirmó ayer que varios
fedatarios yucatecos ya fueron investigados e interrogados, “a
profundidad, con preguntas cómo las que usted me está haciendo”, por la
Subprocuraduría Especializada en Investigación en Delincuencia
Organizada, en torno a su participación en la escrituración de los
predios y el rancho que adquirió aquí en Yucatán, Juana Raquel Alvarado
Torres.
En amplia, extensa entrevista que el cronista realizó a Correa Mena,
apoyado por varios de sus compañeros de otros medios de comunicación, el
fedatario número 43 declinó proporcionar los nombres de los colegas
suyos que ya fueron interrogados por la SEIDO de la PGR y sólo ofreció
detalles de su participación en este escandaloso asunto para la sociedad
yucateca.
Posteriormente, el cronista intentó corroborar y entrevistar a los demás
notarios, pero ninguno quiso atenderlo. Además, se señala que en los
casos de Jorge Aguilar y Aguilar y de Héctor Victoria Maldonado, el
primero dijo que él no participó en la escrituración del predio a
Alvarado Torres, sino con la persona que posteriormente se lo vendió a
esa mujer.
Victoria Maldonado envió a POR ESTO! una carta señalando que “en el
protocolo de la notaría pública a mi cargo no existe acta alguna que
consigne actos jurídicos en los que haya comparecido la persona
mencionada, Raquel Alvarado Torres (a) Raquel Alatorre Correa.
Los demás fedatarios, María Baltazar Arceo, Jorge Heredia Trujillo, Eric
Granja Ricalde y Fernando Villanueva Jorge, se negaron a atender al
cronista. Sus asistentes tomaron la llamada y luego de hacer esperar
unos minutos al periodista, dijeron las clásicas excusas de “está en
junta”, “ya salió, no lo alcancé”, “no ha venido”, “él se reporta con
usted, déme su número”.
Estos notarios públicos se encargaron de protocolizar los predios que
adquirió la mujer arrestada por la Seguridad del Estado de Nicaragua,
junto con el yucateco Carlos Gustavo Reyes Arce y otras 16 personas, con
9.2 millones de dólares en efectivo y restos de cocaína, que
transportaban en seis camionetas con el logotipo de Televisa, monopolio
donde el neobanquero Roberto Hernández Ramírez, denunciado con pruebas
por los POR ESTO! desde 1997 por vínculos con el narcotráfico, es hoy
poseedor de más del 20% de las acciones del corporativo televisivo.
Pero en el caso de Correa Mena, el cronista lo encontró a las diez de la
mañana en un evento con el Gobernador Rolando Zapata Bello. Antes de
abordar a ese notario, el reportero cruzó un par de palabras con Jorge
Aguilar y Aguilar, a quien le preguntó si el de camisa azul era Correa
Mena, sólo para corroborar.
—No sé, creo que sí —dijo Aguilar y Aguilar.
Acabó el evento y junto con otro compañero, de una televisora, el
cronista se acercó a Correa Mena. La primera pregunta fue relacionada
con su asistencia en el acto, pero una vez zanjado ese tema, de
inmediato se le abordó sobre Alvarado Torres. Los amables lectores
tienen ahora, la conversación:
—Aprovechamos su presencia, abogado, porque nos enteramos de que usted
fungió como notario en el caso de las casas de Raquel Alvarado, ¿qué nos
puede comentar al respecto? ¿Cómo la conoció?
—Como
la conocí… Yo creo que si conoces un poco la función notarial, la
función notarial se da por dos eventos, sobre todo en el tema de una
compraventa; o se da por el evento de que quien te conoce es el que
vende, quien te conoce es el que compra; normalmente, el que te conoce
es el que compra; en este caso no fue así, las personas que enajenan los
inmuebles al menos en los dos casos en los que yo participé, me
conocían; los vendedores; entonces, ellos me llevan el asunto. Y yo a
ella la conozco por su comparecencia a la escritura; me facilitan los
datos; el vendedor me facilita los datos, elaboro las escrituras, ella
se presenta a la hora de la firma, se le identifica; curiosamente, la
credencial de elector de Pensiones que ha circulado por todos los
medios, es la que yo tengo en el apéndice de la escritura; es la misma…
La conozco… Muy correcta la dama.
—¿Cómo le parece ella?
—Muy correcta, muy educada, muy tranquila… inclusive… bueno, obviamente,
a raíz de los acontecimientos comencé a acordarme cómo había ocurrido…
Muy correcta, llegó muy seria, escuchó la lectura de la escritura,
procedió a la firma, hizo el pago correspondiente; realmente nada fuera
de lo común, inclusive hablando del rancho este que adquirió en Teya era
un criadero de caballos; el vendedor entiendo que es un criador de
caballos.
—¿En ese caso ella le llamó a usted o....?
—No, no, a ella yo la conocí el día que se presentó a firmar, nada más
ese día; yo no la conocía antes, digo, la ley del notariado me obliga a
identificarla, se identifica con su credencial para votar, pone en el
apéndice su identificación, paga…
—Y ahora que estamos enterados todos de este asunto, ¿no le preocupa no le da miedo?
—No, no, no. La realidad vi que no fui el único, porque vi que varios
notarios hicieron escrituras de ella, eso, eso demostraría que en un
momento no sería selectiva en cuanto a voy a tomar con este notario a
trabajar mis asuntos, no. Ella iba yendo donde el vendedor la llevaba;
digo, en el caso que me toca a mí, que son dos los vendedores que me
eligen como el notario para elaborar la escritura y ellos me llevan la
información; o sea, yo nunca trato con ella como para decir que ella fue
la que compró así o no, eso me lo proporcionan los vendedores y ella
llega a la firma.
—Y ahora que se sabe todo esto, ¿se pueden tomar medidas de parte de los
notarios para seguir investigando quiénes son las personas que
participan y sobre todo en ese tipo de casos?
—Yo creo que sería más difícil. Mira: ahora que salió la Ley de las
Operaciones Vulnerables, esta ley como decían, bueno vamos a decirle
así, lavado de dinero en forma genérica, lavado de dinero, por ejemplo,
ya obliga a una doble identificación, ya no solamente basta con su
credencial de elector, ya va a tener que presentar un pasaporte o una
licencia, pero, pues, creo que todos sabemos que eso se puede falsificar
con bastante facilidad, ¿no? Entonces, si yo checo una credencial donde
te veo es idéntico, no tenía yo motivos para sospechar…
—¿Realmente no hay medidas para detectar…?
—En el caso que me preguntas pues no… y, por cierto, ya estuvo el Ministerio Público conmigo, ya me… —Eso le iba a preguntar, porque se rumoró la semana pasada que lo fue a ver PGR.
—Sí. Bueno, entiendo que es un agente adscrito a la SEIDO para aclarar
la operación; más o menos las preguntas que usted me está haciendo: cómo
se hizo la operación. Una de las cosas que me llamó la atención, una
pregunta reiterativa, fue que si había ido personalmente…
—¿Usted?
—No, no, no, ella, si había ido personalmente que porque mayormente
operan con representantes, no, ella fue personalmente. Yo desde que vi
la nota en televisión dije, ¡a esa la conozco! ¿No? Definitivamente.
—Esta situación, ¿a ustedes los notarios no los ponen en una situación de vulnerabilidad ante estas cosas, o sea?
—Creo que puede darse pero como dice el ejemplo del niño, el burro y el
viejo, no le podemos dar gusto a todos. Lo que es un hecho es que
mientras uno cumpla su función notarial, uno, atender personalmente la
escritura, o sea, si bien puedo ocupar personal para leer, estoy
presente en la firma, esa es una forma que elimina riesgos, segundo, la
identificación que marca la propia ley del notariado, te dice, cómo la
debemos identificar. Ponía el ejemplo de la ley de lavado. Ahora vamos a
realizar una triple identificación. Tercero, la operación no se realizó
en efectivo, que eso podría prestarse a…
—¿Cómo se hizo?
—Con cheque.
—¿Ella le pagó a usted?
—Y al vendedor… le pagó con cheque… o sea, qué más podemos cubrir,
mientras cubramos lo que dice la ley qué más, la misma operación que
usted podría realizar, un derechohabiente de Infonavit, qué, no podría
ser un narcomenudista algún derechohabiente del Infonavit, sí, y qué, yo
cómo tengo forma de saberlo. Insisto mucho esta ley de lavado nos va a
hacer pedir mayor identificación y notificar la operación. Si ella le
pagó al vendedor con un cheque, qué la autoridad no puede seguir la
pista del cheque, y llegar a ver hasta dónde, si viene una transferencia
electrónica, ¿no se puede seguir? ¿Qué fondos había? Hay muchas formas
que se puede atajar antes de o continuar después de.
—Se pierde el tiempo entonces en trámites de…
—La función notarial no cambia en nada. Vamos a suponer que fuera usted,
yo no soy perito para saber si la credencial fue falsificada o no,
basta con que me la presente, yo cubro con eso mi aspecto de la ley del
notariado y punto.
—¿Sería modificar la ley en este sentido?
—Insisto, en la ley de lavado, ya tengo doble identificación…
—¿Pero tampoco eso es una garantía?
—Nunca va a ser una garantía la procedencia de los recursos, nunca va a
ser una garantía, porque si usted me hace a mí una transferencia de
dinero, yo cómo voy a saber cómo pudo ese banco hacerlo o emitir ese
cheque certificárselo, tendríamos que estar todos involucrados.
—¿Cuántas propiedades escrituró?
—Con nosotros dos, en la notaría a mi cargo dos, el predio de Marsella, de Altabrisa…
—¿Eso no es de Armando Palma?
—(Se ríe), es una de tantas empresas, Grupo Promotora Residencial tiene
tantas empresas. La otra fue un rancho del municipio de Teya.
—¿Ese rancho, quién se lo vendió a ella?
—Bueno, creo que eso si es una información pública bien, de la notaría
no puede salir, es un yucateco, les digo que creo que criaba caballos,
él, porque ese es su trabajo.
—O sea, ¿usted sólo fue porque le llamaron para hacer un trabajo?
—Ni siquiera fui, en mi notaría, en mi oficina se firmó.
—¿Qué notaría tiene, abogado?
—La 43, en Mérida.
—¿No vio cómo llego ella, en qué vehículo, si era muy lujoso?
—Sí, en la Escalade, sí, porque salí a despedirla, digo, soy educado,
ja, ja, ja, pues la persona después de que firma, mucho gusto, cuando
guste…
—¿Nunca le dio mala impresión esa mujer?
—En absoluto.
—¿Esto cuando fue?
—¡Madre mía! ¡La fecha! Creo que en 2011. Inclusive, les repito, educada
la mujer, sería, bueno, bien vestida, definitivamente, hubo uno de los
notarios que también ya habló con el Ministerio Público, comentó, muy
fashion estaba.
—¿Y en plática con ella no le comentó nada de su trabajo en Televisa?
—Cero, cero, cero, cero, la plática fue muy escueta, era una mujer de pocas palabras, o sea, mi operación, es esto…
—¿Y de qué hablaba?
—Hablaba mucho de los caballos, eso sí, o sea, como la operación fue más
notoria, la otra operación fue de un terreno, o sea, no había mucho de
qué hablar…
—¿Fue media hora, una hora?
—Fue media hora, la otra, la del rancho sí fue, porque fue una cosa que
pagó en parcialidades, se habló del criadero de caballos, que quería que
lo checara este hombre para ver qué tal eran los caballos, hasta allá,
una plática normal.
—¿Y cuánto le pagó por los servicios?
—Je, je, je… los servicios, ¿a mí?
—Bueno, a la notaría…
—Lo que pasa es que si alguna vez has hecho tu escritura, tu escritura
la mínima parte son los honorarios y la máxima son los impuestos
relacionados. El rancho sí fue un poco caro, no fue barato, un rancho
con una casa principal, bueno, eso me han dicho, no lo conozco, aun
cuando fui personalmente a Teya a pagar los impuestos, no conozco el
rancho.
—¿En el municipio pagó?
—Sí, el alcalde me atendió personalmente, estaba encantado, se le
pagaron, no sé, como 150 mil pesos de impuestos, creo que el municipio
de Teya no ve a cada rato esas operaciones.
—La cuestión es que usted hizo una operación de acuerdo a los servicios que le contrataron…
—Claro, claro, claro, definitivamente sí, no tengo de memoria, pero para
tener una idea, normalmente una operación que rebasa el millón de pesos
debe costar más o menos como un 3.4% de ese valor, entre gastos y
honorarios, de entrada dos por ciento el municipio y a eso le añades
avalúos, derechos, certificados…
—Pero cuando hacen los contratos ustedes no averiguan de dónde son las personas, dan el servicio…
—No. No, no, no, digo, ¿somos agencia investigadora? No. No podemos.
—¿Tiene algún tipo de miedo, abogado?
—No, realmente no, si no fui ni prestanombres ni ella me vio y me dijo
vamos a hacer la operación, como decía, el contacto fue el vendedor,
ella se presentó a la hora de la firma, escuchó, pagó, hizo un
comentario educado, buenos, días, mucho gusto y good bye.
—¿Se acordará del precio de las propiedades?
—El rancho era como de siete millones de pesos, creo que como de siete, y
el terreno como de un millón. Me extrañó ver en el periódico una casa,
¡si lo que yo hice fue un terreno!
(Rafael Gómez Chi)
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