¡¡Exijamos lo Imposible!!
Endeudados por siglos
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
A casi 5 billones asciende la deuda federal
El PIB creció el
8%; los empréstitos 152%
Avión presidencial lujoso
; ofensiva pobreza
¿Salvar Mexicana y no comprar la aeronave?
Pega Sandy a EU
; afecta cancelaciones a QR
“Las deudas son como cualquier otra trampa en la que es muy fácil caer, pero de la que es dificilísimo salir”.- George Bernard Shaw
Como si se tratara de un gran logro, de un orgullo nacional, se ha
publicitado el visto bueno, tanto del equipo de transición de Enrique
Peña Nieto como de los responsables del área dentro del gabinete
calderonista, para la compra de un avión presidencial que tendrá un
costo de 370 millones de dólares, es el único en su tipo y resulta que
el país con más de la mitad de sus pobladores empobrecidos es el primero
en comprar una aeronave de este estilo con los últimos avances en
materia de seguridad que sólo se igualan a los de los utilizados por los
presidentes de EU, los Air Force One. Esta compra significa otro
crédito que habrá de pagarse en 10 años o sea, que no ha resultado
suficiente el que en este sexenio se hubiese elevado en más de un 150
por ciento la deuda del país y que con menos de lo que costará ese
aparato se rescatará a Mexicana de Aviación.
Sacar de nuevo a volar a la línea aérea que es un icono para el país
tiene un costo de 250 millones de dólares, que se reducirían al hacerse
cargo el Estado de su rescate, ya que los renglones que se refieren al
pago de impuestos, al de la turbosina e incluso al de los espacios que
se ocupan en distintas áreas en los aeropuertos estarían sujetos a
negociación al ser concesiones otorgadas por el propio gobierno. Por lo
que respecta a los trabajadores, hay que hacer hincapié en su
disposición para aceptar un nuevo contrato colectivo de trabajo y las
reducciones muy significativas por salarios no percibidos. Así que con
mucho menos de la mitad de lo que cuesta el avioncito que trasladará al
mexiquense a sus viajes al interior del país y al extranjero, volverían a
generarse los más de 70 mil empleos directos de esa aerolínea y los más
de 400 mil indirectos.
Con toda desfachatez, informan que pagarán 130 millones de dólares de
contado; 120 millones de billetes verdes recibirán un financiamiento a
10 años, sin que se diga cuál será la tasa de interés y una cifra igual
es lo que cuesta que le acondicionen todos los aparatos que garanticen
la seguridad, tanto de la aeronave como de sus tripulantes y ocupantes.
Estos datos proporcionados por el mismísimo titular de Hacienda, José
Antonio Meade, son reveladores de la complicidad que estableció el
gobierno de Felipe Calderón con los actuales dueños de Aeroméxico,
mismos que han visto incrementar sus utilidades al máximo, al adueñarse
ilegalmente de las rutas de Mexicana y por la falta de competencia. Tan
es así, que los de esta empresa fueron base para anclar las
negociaciones que dicen son similares a las que esta aerolínea ha hecho
para la compra de sus equipos. Ahora que, ya haciendo números, resulta
que el avioncito alcanzará un costo cercano a los 700 millones de
dólares, por los intereses del arrendamiento financiero.
Son éstas, entre muchas otras, las operaciones que han hundido al país
en una gigantesca deuda de la que no se han visto frutos o beneficios de
índole alguna. En el presente y de acuerdo a los datos divulgados por
la propia Secretaría de Hacienda, la deuda neta total del gobierno
federal y de las paraestatales alcanza los 4 billones 988 mil 227.7
millones de pesos, lo que es superior en un 152 por ciento a la que se
tenía cuando inició el mandato del michoacano. Solamente en intereses se
pagó un billón 301 mil 576 millones de pesos. Si tomamos en
consideración el monto de la deuda que se tenía al iniciar este mandato
federal, resulta que solamente con esos pagos de intereses se hubiese
liquidado el 65 por ciento de la misma.
Para darnos una mejor idea de lo que ha acontecido, resulta que
diariamente se contrataron mil 393 millones de pesos. O sea, que cada
mexicano debe la nada despreciable cantidad de 44 mil 404 pesos hasta
mayo de este año, por lo que con los intereses mensuales y los intereses
sobre intereses que nos hicieron favor de aprobar los señores de la
“tremenda” Corte, el monto en la actualidad alcanza los 60 mil pesotes
per cápita. Las noticias no pueden ser más malas, ya que esta es sólo la
deuda federal que no incluyen los pasivos del sector privado ni los
créditos contratados con la banca privada ni los que suman estados y
municipios. Así, pues, cuando Calderón llegó a vivir a Los Pinos se
debían ya 1 billón 246 mil 108.9 millones de pesos. Cinco años después
se deben casi 5 billones que equivalen al 32 por ciento del Producto
Interno Bruto.
Las cifras son alarmantes, sobre todo cuando nos percatamos de que no se
ha visto reflejada en ningún renglón. No tenemos ferrocarriles, tampoco
puertos, aeropuertos, carreteras que nos hablen de aplicación en
infraestructura. Tampoco lograron mejorarse los servicios de salud, los
educativos, caímos en el porcentaje más grande de la historia en materia
de desempleo, la pobreza se ha incrementado notablemente, ni siquiera
puede decirse que invirtieron en darle circo al pueblo y un poco de pan.
No se presentaron inversiones en el campo, tampoco se construyeron
refinerías, menos aún se ha aplicado este dinero en el rescate de
astilleros, de las flota pesquera, de la camaronera, tampoco se dio
nuevo impulso a la ganadería o al cultivo de productos en los que, en el
pasado reciente, éramos surtidores del mercado internacional. El Estado
no ha construido viviendas. En fin, la aplicación de todo este dineral
es un verdadero secreto y encima siguen concesionado minas, firmando
contratos para que la iniciativa privada obtenga jugosas ganancias en la
exploración, explotación y distribución del petróleo, así como la
generación de energía eléctrica, y se prevé que en breve también será la
entrega de la misma a nivel domiciliario y para los gobiernos. Estos
empréstitos tampoco se utilizaron para mantener las fuentes de trabajo y
proteger las áreas estratégicas de desarrollo. Un ejemplo de ello es la
liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza de Centro y el propio
contrato firmado con el gobierno español para la compra de barcos para
Pemex, que significó un rescate para el pueblo de Galicia. Sigue sin
freno la voracidad de los gobernantes y la mala utilización del erario.
Ni qué decir de la conducción económica nacional.
Al respecto, los del Consejo Coordinador Empresarial sostienen que las
cifras no bien claras de la deuda generan confusión y preocupa
enormemente el que no se conozca la cifra total de la misma. Revelan que
en cuanto al PIB, el porcentaje destinado a estos pagos incrementó en
el sexenio calderonista del 29 al 37 por ciento, y consideran que no
puede llegar ni rebasar al 40 por ciento. Este año, agregan, es el
cuarto consecutivo con déficit primario en las finanzas públicas
federales, lo cual implica que hay que pedir prestado para cubrir
solamente los intereses. Esperan que las cifras que pudieran darse a
conocer contemplen también las obligaciones con el IPAB, pasivos del
Fonadin, Pidiregas, programas de Apoyo a Deudores y la pérdida esperada
de la banca de desarrollo y fondos de fomento.
Para presentar un contraste, señalan que el PIB creció en seis años
menos del 8 por ciento, lo que ha limitado considerablemente la
posibilidad de inversiones del sector público en áreas críticas para el
desarrollo del país, en tanto que las erogaciones, el gasto público
programable, sin subsidios a energéticos, aumento más de 800 mil
millones de pesos o sea casi el 40 por ciento con relación al sexenio
anterior.
Sobre el tema es obvio que Vicente Fox no podía quedarse callado, ya que
si su mandato recibió severas críticas por el despilfarro, el que sigue
aún actuando logró superarlo y con creces. Así, ante la comunidad
israelita de México, el ex presidente habló de las “vacas flacas” de
este sexenio y de que la falta de empleo sigue siendo uno de los
principales retos, además que el proceso de fortalecimiento de las
estructuras de seguridad pública es inacabado e insuficiente.
En unas intentona por “taparle el ojo al macho”, los señores del
Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, el
IFAI, se pusieron muy exigentes con los de la Policía Federal y los
conminaron a entregar las versiones públicas de los contratos para la
compra de vehículos del año 2009. Quieren hasta las facturas, no sólo
las propuestas económicas de los participantes, los contratos, los
estudios de mercado, entre otros, lo cual es ridículo frente a las
cuentas que debería exigir por el brutal endeudamiento. Además ¿y las
compras del 2010, 2011 y 2012, para cuando?
PEGA “SANDY” A EU
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