lunes, 29 de octubre de 2012

Demasiada sangre por 23 narcotraficantes

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
De 37 capos han detenido a 23… y la violencia sigue peor
Álvaro Cepeda Neri

Conjeturas

Sin información fidedigna, los boletines de la señora Alejandra Sota con los datos que ofreció la secretaría de Marina, sólo provocaron confusión, en relación al homicidio del ex militar Heriberto Lazcano que tras desertar de las Fuerzas Armadas se alistó en la delincuencia del narcotráfico y se convirtió en uno de los fundadores del temible cártel Los Zetas que domina 16 entidades del país, con ramales en Centroamérica (donde pescaron camionetas con logotipo de Televisa, yendo a lavar dólares) y el sur estadounidense. El caso tiene parecido con el homicidio de la activista de Chihuahua, donde hace meses detuvieron a dos de sus presuntos asesinos, y hace unos días entregaron a otro individuo confeso de ese crimen. Tratando de justificar su fallida guerra, las autoridades han cometido tonterías que rayan en la estupidez y generan desinformación que produce más violencia.

Calderón dice que el país en más seguro. Igual el señor Ebrard; pero la criminalidad, los abusos del gobierno contra los ciudadanos, la falta de empleo y las obras que no resuelven el tráfico de toda clase de automotores, están en su apogeo. Y a casi seis años del único programa del PAN-Calderón, buscando detener o matar a los 37 capos que controlan los cárteles y cuyo principal mafioso es El Chapo Guzmán, nos informa que han sido encarcelados, extraditados o muertos, 23 de ellos. Y que continuará su guerra, provocando que los uniformados abusen de su poder.

No basta con eliminar capos, ya que son una organización de matones, financieros, comerciantes, banqueros; ingenieros en computación, contadores y cómplices de la autoridad que han establecido un poder paralelo a las instituciones. El presidente ilegítimo, el presidente electo (también ilegítimo) y el Chapo Guzmán, se han repartido el poder legal y de facto. Y en medio la Nación, víctima de la violencia que no para con las detenciones de las que se ufana el calderonismo; y con engolada voz justifica con pueriles datos el secretario de Gobernación. El narcotráfico ya se impuso con tierras para sembrar drogas, laboratorios y transportes; mientras con su guerra de guerrillas distrae a las fuerzas del orden, y aunque detengan o maten a sus cabecillas, los cárteles se afianzan más y están en plan retador.

Calderón no tiene de qué ufanarse. Su estrategia militar, la corrupción de su policía federal, al mando de su protegido García Luna sólo activó los homicidios por ambos bandos que suman más de 100 mil, con innumerables víctimas inocentes. La muerte de El Lazca (cuyo cadáver fue secuestrado por los mismo narcos y hasta entonces sospecharon que era un capo importante), completa los 23 jefes capturados, vivos o muertos. Faltan 14. Calderón ya se va (refugiado y protegido por los estadounidenses), pero quedamos los mexicanos en el callejón sin salida de una guerra intestina que se devora la gobernabilidad y entramos a una etapa donde el pueblo, por hambre, pobreza, desempleo y víctima del baño de sangre, ejerce sus derechos en base a los artículos 39 y 136 constitucionales, para restablecer la paz pública y social.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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