¡¡Exijamos lo Imposible!!
Los estertores del neoliberalismo económico
“Estar atentos hasta del crecimiento
de la hierba”, recomendó Vladímir Lenin y hoy de las “primaveras”, en
pleno invierno, que han generado revueltas civiles, en el umbral de
revoluciones, para derrocar dictaduras con sus giros populistas de
socialismo despótico, los pueblos árabes; y sacudirse los resabios del
neoliberalismo económico asidos a las conquistas democráticas del
liberalismo político, los europeos. Ese neoliberalismo económico, que
impulsaron Ronald Reagan y Margaret Thatcher (ver el filme con la
interpretación magnífica de Meryl Streep, La dama de hierro), y
continuaron desde Carlos Salinas de Gortari a Felipe Calderón en nuestro
país, ha causado el total desmantelamiento de los mínimos logros de
bienestar conquistados por las luchas populares y políticas keynesianas,
arrojando más empobrecimiento, desempleo, narcotráfico y, en lugar de
más escuelas, más cárceles, millonarios y un capitalismo salvaje
favorable a monopolios, banqueros, lavado de dinero y corrupción de gobernantes y empresarios, de bestial botín.
“El neoliberalismo económico comprende la liberación creciente y
generalizada de las actividades económicas, abarcando la producción,
distribución, cambio y consumo […] Las actividades económicas son
desrreguladas por el Estado y se privatizan las empresas productoras
estatales, organizaciones e instituciones gubernamentales relativas a la
vivienda, transportes, salud y aportes jubilatorios. El poder estatal
es liberado de cualquier emprendimiento económico o social que pueda
interesar al capital nacional y transnacional […] Búsqueda de una mayor y
creciente productividad, competitividad y rentabilidad, considerando
los mercados nacionales regionales y mundiales” (Octávio Ianni, Capitalismo, violência e terrorismo),
esto, más el libre y absoluto mercado. El Consenso de Washington
(nombrado así por el entonces jefe del Banco Mundial, John Williamson),
certificó y dio luz verde a esas medidas de liberación económica, privatización, disciplina fiscal y dolarización.
Esto ha hecho estallar las recesiones en Europa y sus pueblos se
han rebelado a las rebajas salariales y jubilaciones, desempleo, aumento
de impuestos y alza de precios. Tales medidas están implantadas en
América Latina, entre ellos México y la “primavera mexicana” aparecerá
en cuanto tengan lugar (si las hay y no prospera el golpismo de la
criminalización electoral), las elecciones presidenciales y estallará
con tal violencia social que nuestras elites políticas y económicas no
están preparadas. Mientras los candidatos presidenciales no se hace uno
más o menos capaz, los estertores del neoliberalismo económico amenazan
con activar la “tercera guerra mundial” económica, atizada por los
conflictos en Oriente Medio y la disputa entre China y los
estadunidenses por el control del capitalismo. Ya no soportan más los
países europeos. Mientras, Latinoamérica acusa los síntomas de esa
crisis. El antineoliberalismo económico quiere apurar la agonía del
devastador neoliberalismo económico que data de 1989: más de dos décadas
de capitalismo salvaje.
*Periodista
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