¡¡Exijamos lo Imposible!!
La verdadera y auténtica “Delincuencia Organizada”
Por Jorge Lara Rivera
Mañoso, marrullero, tramposo y sucio como un vulgar delincuente el jefe del Ejecutivo federal abusa del cargo para violar con impunidad su papel de garante de la legalidad y la equidad del proceso electoral, no obstante el reciente compromiso públicamente adquirido en una declaración suya de cuidarlas.
Taimado, aprovecha el período de silencio obligado de los candidatos para favorecer, en un acto oficial, con supuestos datos de una encuesta de muy dudosa imparcialidad, a la candidata de su partido, y con dolo buscó descartar al candidato de las izquierdas, obviándolo; tal ocurrió durante una reunión que sostuvo con alrededor de 650 consejeros de Banamex, según refirieron participantes.
Cachazudo como es, el régimen pretendió inútilmente desmentir la información con un comunicado donde intentó diluir lo que los consejeros mismos reiteraron. La encuesta “patito” es lo de menos; la realidad se encargará de desmentirla. Lo grave es la reedición de la conducta ilegal que tuvo Los Pinos durante el foxiato para “cargar los dados”, según admitió abiertamente el payaso entoloachado que usurpó la Presidencia en 2000 con dinero extranjero, tras la toma de protesta de su sucesor. Pero lo que resulta inaceptable es la recurrente prepotencia, impunidad y burla al pueblo con que el violador de la Constitución y del COFIPE se conduce ebrio de poder. Incapaz de honrar su palabra, escudado en la alta investidura que denigra, por 3º vez (la primera consta en el pronunciamiento del IFE y la sentencia del TEPJF que lo señalan como “violador de la Constitución”; las provocadoras descalificaciones que con infundios durante una entrevista al New York Times hizo al PRI, fue la 2ª) el actual ocupante de Los Pinos se entromete en el proceso electoral.
Acostumbrada a vivir la ilegalidad impune, la sórdida yunquista que fue capaz de ocultar a su hija regordeta para evitar que le manchara la imagen idílica de familia feliz para foto de portada, justificó a su patrón aunque trató de escurrir el bulto de cualquier relación con el hecho cuando sólo un par de días antes, el ex vocerito metido a secretario de Gobernación, Alejandro Poiré Romero, se había reunido con ella “para mantener consultas constantes”, del mismo modo que cuando éste y Roberto Gil Zuarth, entonces en la Secretaría Particular de la Presidencia, fueron a un almuerzo con los aspirantes a la precandidatura panista “para afinar detalles de la campaña”. No así el pelele Gustavo Madero Muñoz que servil hasta la náusea perdió la cara al suscribir y justificar la ilegalidad flagrante en que incurre su jefe.
La grosera intromisión del Ejecutivo en el proceso electoral viola la veda electoral, desviando recursos públicos para promover a la candidata panista, además de la falsedad de los datos con que desinforma a la sociedad y al descalificar a Andrés Manuel López Obrador. Pero revela que la oligarquía está dispuesta a cualquier bajeza para conservarse en el poder. Y es que el riesgo en que está de perderlo es real.
Por eso Agustín Carstens Carstens, gobernador del Banco de México, pretende imponer al futuro gobierno la inmovilidad de la política monetaria, mantenida a rajatabla con pretextos macroeconómicos pero inhumanos, de “buen manejo” (o sea recortes) al gasto social (subsidios y apoyos a los pobres) y “control de la inflación” –que desmiente la baja en el consumo de nutrientes por los mexicanos, debido al encarecimiento de los alimentos, incluso básicos de la dieta nacional como tortilla y frijol. Dice que ve posibilidad de un crecimiento superior al 4% para este año, pero el Sistema de Información de las Empresas, portal que administra la Secretaría de Economía, de Bruno Ferrari García de Alba, indica que en menos de 2 meses ya se dieron de baja 120 mil empresas, la mayor cifra de cierres en lo que va del sexenio. Los desastres agravados intencionadamente y quiebras manipuladas con dolo para enriquecer a la plaga panista que padecemos desde el 2000, llevan a concluir que la delincuencia organizada tiene fachada de autoridad y se aprovecha del aparato de gobierno para su voraz lucro. Eso está claro ¿Cómo creer los berridos –“respetaré los resultados de la elección”– de quien la encabeza?
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