Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri
Coldwell, desde el PRI, ya le vio la cola al calderonismo
El protagonista e incompetente presidente y consejero electoral Leonardo
Valdés, se cura en salud electoral (sin haberse vacunado contra el
virus de la mentira), al afirmar que el IFE no se dejará presionar por
el PAN y Calderón (como lo hizo el PAN y Fox para imponer a Calderón, en
un proceso-cochinero), para legitimar y legalizar el resultado de las
elecciones. Pero el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, relevo
de Humberto Moreira, pillado en el préstamo de más de 30 mil millones de
pesos y ya fuera del país, mientras ponen sus barbas a remojar tres ex
desgobernadores, tiene sus dudas sobre si Calderón está preparando una
“elección de Estado” (como muchas de las que hizo el PRI y cuyo manual
tiene Calderón), para imponer a doña Josefina quien, –dicen los
encuestadores– si bien va por encima de AMLO, está rezagada de Peña-PRI.
Coldwell y otros ya vieron la cola calderonista. Sobre todo porque los
panistas Poiré y Calderón, su presidente Madero, que no tiene nada de su
tío-abuelo; su belicoso ideólogo Molinar Horcasitas; la señora Romero y
su secretaria general (perdonada e impune por la corrupción y matanzas
en inmigración), insisten en que los capos están dentro del proceso
electoral, dejando entrever que, sobre todo si el PRI puede ganar las
elecciones, éstas podrían suspenderse. Criminalizar de antemano la
competencia, lleva maldad política. Y es que el PAN ya sabe que, como
dijo Fox del PRI, van a ser echados de Los Pinos.
El presidente del IFE, Valdés, con su vocecita casi de afónico
empedernido, le reviró a Coldwell que las autoridades electorales no
permitirán una “elección de Estado”. Pero se nota la cola
calderonista-panista en el proceso en marcha. A Calderón le aterra
entregar la Presidencia al PRI ni al PRD, porque quedará (es ya un
hecho) como quien hundió al PAN con su mal gobierno y el baño de sangre
por la violencia imparable que tiene a la Nación entre los 60 mil
homicidios y el pánico. Calderón quiere que al menos con la señora
Vázquez Mota (hasta el apellido Mota es una mala jugada del azar), el
PAN conserve el poder presidencial.
“Donde mete la cola el diablo” (sin decir que Calderón es un diablo y
mucho menos ofender al mismo diablo), siempre hay discordias. Y si la
cola blanquiazul anda metida en el proceso electoral, como asegura don
Pedro Joaquín Coldwell, y con aquello de: “si el río suena es porque
agua lleva” tal vez no anda desencaminado de que Calderón, Poiré,
Molinar, Madero, Cordero, la titular de la PGR y su matriarcado, etc.,
etc., etc.), andan poniendo piedras (al revés de la letra de Alberto
Cortés: “… apártala del camino, por los que vienen detrás”) al priísmo y
perredismo, con trampas y precipicios, tratando de que se tropiecen y
caigan, para impedirles que le quiten la Banda Presidencial. Y es que
Calderón ni duerme sabiendo que el PAN, por su pésimo mal gobierno y su
fallido combate al narcotráfico con cientos de miles de homicidios, de
antemano ya perdió la elección. Y en una de esas la disputa por la
sucesión será entre el PRD-López Obrador y PRI-Peña.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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