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“Si hablas mal, se hablará de ti peor”.- Hesíodo
Felipe Calderón abandonó la responsabilidad de la titularidad del Ejecutivo Federal luego de que la Auditoria Superior de la Federación comprobó que la administración panista ha dejado un desastre completo en el país, sin embargo trabaja intensamente para heredar a su sucesor la “guerra contra el narco”, que suma más de 60 mil muertos —y cada día la cifra aumenta vertiginosamente— y más de 10 mil desaparecidos. No conforme con lo anterior, este jueves, ante Consejeros de Banamex, asumió públicamente la coordinación general de la campaña de la virtual candidata presidencial panista, Josefina Vázquez Mota, y puso en riesgo todo el proceso electoral federal al brindar elementos para la anulación de los comicios presidenciales, con el consiguiente riesgo de ingobernabilidad y el peligro de sacar a México de su cauce constitucional. Hoy por hoy, podemos constatar que “Calderón es un peligro para México”.
Con la camiseta azul bien puesta, el inquilino de Los Pinos se reunió con alrededor de 700 consejeros del Grupo Banamex, filial del banco estadounidense Citigroup, para informarles que la Vázquez Mota se encuentra “prácticamente a la par” del aspirante presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, con apenas cuatro puntos de distancia, de acuerdo a una encuesta que la oficina de la Presidencial mandó elaborar para asegurar, a partir de los datos que presuntamente arroja ese instrumento de medición de la intención del voto, que los comicios presidenciales serán una competencia muy reñida. Las palabras de Calderón desencadenaron de inmediato una catarata de declaraciones de los actores políticos de todo el país, con especial énfasis en el Congreso de la Unión, que censuraron su actitud, exigieron que el Instituto Federal Electoral (IFE) lo amoneste y alertaron sobre el peligro que representa su abierta intromisión en la elección federal, al margen totalmente de lo que marca la legislación en la materia.
Los dos principales adversarios de Vázquez Mota, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, virtual candidato presidencial de la izquierda, y Enrique Peña Nieto, el aspirante priísta, le dieron inmediata y puntual respuesta: AMLO consideró que si se trata de sondeos, “hay que verlos con cuidado porque no siempre reflejan la realidad”, y destacó que la mayoría de las encuestas en épocas electorales “se hacen a modo, son parte de la propaganda; reflejan lo que el cliente quiere”. A su vez, el senador del PT, Ricardo Monreal, coordinador de la campaña del tabasqueño, informó que de acuerdo a mediciones recientes de la encuestadora Covarrubias y Asociados, “López Obrador se acerca cada vez más a Peña Nieto y está ya en segundo lugar”.
En el mismo foro con los consejeros de Banamex, Peña Nieto respondió a Calderón que debe cambiar de empresa encuestadora, ya que sus cálculos en materia de preferencias electorales “son erróneos”. Con un tono por demás irónico, señaló: “Me sorprende que venga el Ejecutivo a hacer una afirmación así porque a lo mejor hay que cambiar de encuestador; seguramente son las mismas encuestas que tenía la Presidencia en la elección del Estado de México, la misma encuestadora de la Presidencia que decía que Luis Felipe Bravo Mena ya estaba cerquita de Eruviel Ávila y ya se conoce el resultado”. El mexiquense reprochó la posición partidista del inquilino de Los Pinos y dijo que “el Ejecutivo y el Gobierno deben mantenerse al margen. Calderón –subrayó— debe actuar como jefe de Estado y no ser parte de la estrategia que su partido tiene para apoyar a su candidata”.
“GROSERA INTROMISIÓN”
El posicionamiento político de Calderón provocó en la Cámara de Diputados que las fracciones parlamentarias del PRI, PVEM y PT se lanzaran con todo contra él, por lo que los legisladores del PAN “reventaron” la sesión para parar la andanada de críticas contra el michoacano por sus declaraciones en torno a las encuestas preelectorales. Mientras se discutía una minuta del Senado en materia de regulación de dopaje, los diputados del PT, Jaime Cárdenas y Gerardo Fernández Noroña, introdujeron el tema y demandaron discutirlo en el pleno. En la tribuna, Cárdenas planteó que la intervención presidencial a favor de Vázquez Mota “es un asunto gravísimo, que puede dar lugar, si Calderón sigue interviniendo, a la nulidad de todo el proceso, con el consiguiente riesgo de ingobernabilidad”.
La fracción priista, por su parte, convocó a conferencia de prensa. La secretaria general del CEN del PRI, Cristina Díaz Salazar, exigió la intervención del Instituto Federal Electoral (IFE) para sancionar al titular del Ejecutivo Federal y demandó a Calderón que se deje de entrometer en el proceso electoral y deje de tratar de manipular las tendencias electorales. Le pidió hacer un esfuerzo de continencia “de su verborrea electoral”, porque ello “pone en riesgo la democracia y puede poner en un hilo la vida del país”. La dirigente advirtió que su partido está valorando la acción jurídica contra el inquilino de Los Pinos. Por su lado, la senadora priísta María de los Ángeles Moreno se pronunció por la intervención del IFE ante las declaraciones de Calderón quien, dijo, está despertando sospechas de que quiere desbarrancar la elección, algo que, destacó, sería gravísimo para el país, pues implicaría sacarlo de su cauce constitucional.
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