jueves, 23 de febrero de 2012

A aumentado horrorosamente la violencia

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
El informe-denuncia de Human Rights Watch



Le ha calado al calderonismo que al estar en Egipto, la directora de Comunicación de Human Rights Watch, Emma Daly, señaló en su Informe Mundial 2012 que “la violencia ha aumentado horrorosamente (subrayo lo de horrorosamente) en México, en los últimos años y no hay un sistema para juzgar a los militares, quienes gozan de impunidad absoluta, lo que fomenta que continúen los abusos”. Y es que la lucha a muerte contra la delincuencia no ha reducido la violencia en la que son víctimas soldados, policías, delincuentes… ¡y niños, mujeres, estudiantes, familias enteras! Es una “guerra” intestina donde las fuerzas militares no se dan abasto contra el poderío en armas y dinero de cárteles de las drogas.

De inmediato Alejandro Poiré Romero, secretario de Gobernación, impugnó la denuncia al alegar que militares y policías combaten a la delincuencia con apego a la legalidad “y con pleno respeto a los derechos humanos”. Esto no es verdad: es un hecho que las fuerzas de seguridad violentan el Estado de derecho a tal grado de barbarie, que están documentados los casos de abusos, asalto a domicilios, violación sexual de mujeres indefensas, robo y asesinato de quienes son ajenos a esa “guerra”. Sin duda “la violencia ha aumentado horrorosamente en México”. Lo sabemos los mexicanos. Y cientos de miles de hogares sufren por los homicidios de sus familiares.

Calderón ordenó a Poiré que impugne el informe. Pero ante los hechos carece de fundamento. Oficialmente hay cerca de 50 mil homicidios. Extraoficialmente la cifra rebasa los 100 mil, sin saber cuándo parará. Es aterrador lo que pasa. Y la precandidata presidencial (Josefina Vázquez Mota) insiste en que continuará con la “estrategia” de Calderón, mientras Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador no concretan su propuesta sobre el tema. La pregunta clave para votar por cualquiera de ellos es que respondan cómo y en cuánto tiempo regresará la seguridad al país, pues no puede ni debe continuar esa carnicería. Negociar la paz social es prioritario o la violencia se generalizará en una “guerra de todos contra todos”.

El calderonismo contradice el informe-denuncia de la organización no gubernamental Human Rights Watch con pura saliva. Pero ésta, al pendiente de las violaciones a los derechos humanos, ha puesto el dedo en la llaga militaroide del régimen panista. El libre mercado estadunidense y calderonista impide que Calderón selle la frontera Norte y controle el resto de las aduanas para cancelar el tráfico de armas que surten a los cárteles. El calderonismo interviene las cuentas bancarias de ciudadanos, pero no se atreve a congelar los millonarios depósitos de capos, sus inversiones inmobiliarias, donaciones anónimas a la Iglesia (a la que Calderón ha ido públicamente a rezar y comulgar) y todo el “lavado” de las estratosféricas ganancias de la delincuencia. Esto hace que militares y policías que cumplen con su deber, sean carne de cañón contra sicarios que una vez asesinados son de inmediato sustituidos. Y esto genera una violencia cada vez mayor. El informe señala la verdad sobre el drama mexicano.

*Periodista

2 comentarios:

Wallbertto dijo...

Los que han estudiado cuidadosamente el asombroso aumento de la violencia en nuestros tiempos peligrosos enumeran muchos factores que han contribuido a ello: el énfasis que se da en los medios de información a los sucesos violentos, los delitos y la corrupción; el modo como los líderes del mundo recurren desvergonzadamente a la violencia para permanecer en el poder; la sensación de frustración absoluta por injusticias que nunca parecen resolverse, lo cual lleva a algunas personas a creer que las balas lograrán lo que no pueden lograr las papeletas de voto; el modo insensible como millones de criaturas aún no nacidas quedan violentamente privadas de la existencia mediante el aborto; la manera como líderes religiosos apoyan las guerras “justas”, pero no sostienen los principios morales frente al rebajamiento de las normas. El mundo pronto se insensibiliza, se acostumbra a la violencia. Y hay otras razones.
La permisividad del modo de pensar supuestamente progresivo de nuestro tiempo ha alterado las costumbres y las normas morales, de modo que ya no existen las restricciones que en un tiempo ejercían cierto control sobre las actitudes y acciones que pueden llevar a la violencia. El triste efecto de esto se ve especialmente en los jóvenes. El Dr. Thomas Millar, siquiatra de niños, opina que las “actitudes permisivas son causa de una sociedad norteamericana cada vez más violenta”. Dijo: “Nunca en la historia del mundo hemos tenido tantos asesinos de grupos de personas”.
Los informes oficiales sobre el aumento sin precedente de “orgías” de violencia entre los adolescentes del Japón de la posguerra lo han atribuido a la desintegración de la familia. Tiempo atrás el ministro de educación del Japón dijo: “Hoy día no hay ni un solo libro que enseñe a los niños a reverenciar a sus padres”. También se reconoce que “otro factor que impulsa a los jóvenes japoneses hacia la violencia es la dosis diaria de puro salvajismo que sale en las revistas de tiras cómicas, las películas y los programas de televisión”.
Por lo tanto, no es exageración decir que lo que uno lee o ve influye en sus actitudes. Las hostilidades son alimentadas, de modo que con frecuencia “el ver la violencia lleva a la violencia”. “De hecho —como lo expresa cierto informe—, en lo que tiene que ver con la violencia explosiva, al campo deportivo solamente lo supera una zona de guerra de guerrillas”. Un estudio serio que se publicó en Psychology Today sostiene que las películas que tratan de la violencia sexual insensibilizan las percepciones de los hombres en cuanto al ultraje sexual y a las víctimas de éste. Como sostiene también el Dr. Leonard Eron, de la Universidad de Illinois: “El mirar de continuo la violencia en la televisión ejerce un efecto duradero en el comportamiento... y dicho efecto no es insignificante”. Sin embargo, ¡lo que los pequeñuelos llegan a ver en la televisión los sábados por la mañana asciende a 30 actos violentos por hora! La conclusión a que se ha llegado en un resumen de más de 2.500 estudios efectuados durante los últimos diez años es: “La violencia en la televisión sí lleva a comportamiento agresivo”.
Los abusos y las perversiones en cuanto a lo sexual fomentan la violencia también al destruir todo sentido de decencia (Romanos 1:26, 27). Entre los peores “agentes corroyentes de la ‘decencia’” figuran el lenguaje obsceno, la pornografía y las relaciones homosexuales. Es interesante el hecho de que la Biblia indica que en los últimos días del mundo antediluviano aparecieron en la Tierra criaturas rebeldes de la esfera espiritual para participar en prácticas sexuales ilícitas que causaron un problema que se relacionó con esto. Dios mismo dijo a Noé: “La tierra está llena de violencia como resultado de ellos” (Génesis 6:1-5, 13). La influencia violenta de ellos respecto a lo sexual terminó cuando Dios puso fin mediante agua a aquel mundo desenfrenado. (Génesis 6:7; 7:11-24.)
VER: http://www.watchtower.org/s/20040101/article_01.htm

Wallbertto dijo...

“Los últimos días”
Jesús predijo el fin del presente sistema violento al decir: “Así como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre” (Lucas 17:26). ¿Incluiría esto nuevamente la violencia en gran escala debido a la influencia de ángeles inicuos? Sí, pues Jesús no solo predijo extenso desafuero para aquel tiempo futuro, sino que en Revelación indicó específicamente la fuente de dicho desafuero. Habló acerca de la expulsión del primer rebelde, Satanás mismo, del cielo y dijo que “sus ángeles fueron arrojados con él”. ¿Adónde? La visión inspirada contesta: “Ay de la tierra [...] porque el Diablo [la primera criatura violenta] ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera”. Así que una vez más, en el tiempo del fin de un orden moribundo, ¡la violencia —fomentada nuevamente por fuerzas inicuas de la esfera espiritual— se apodera de la humanidad! (Revelación 12:7-12; 6:4; Mateo 24:12.)
Entonces, no se debe pasar por alto que esta intensificada influencia demoníaca es una de las causas del aumento de la violencia en nuestros tiempos críticos. Una de las maneras como se manifiesta es por el creciente interés en lo oculto y varias prácticas espiritistas, y la creciente participación en tales cosas. Cuando usted lee acerca de personas que matan insensatamente a parientes queridos o a amistades porque oyeron “voces” que les mandaban hacerlo, o cuando líderes de ciertos cultos ordenan el horrible asesinato de víctimas inocentes, no debería ser sorprendente leer también que los agresores eran satanistas practicantes, o que de algún modo específico estaban explorando lo oculto. (Deuteronomio 18:10-13; Gálatas 5:19-21.)
De modo que hay algunas razones muy significativas por las cuales están ocurriendo estas cosas malas en nuestros tiempos críticos. Cada una de las causas mencionadas anteriormente constituye de alguna manera una violación de las justas leyes de Dios. La primera rebelión ha alcanzado madurez. Los tristes resultados son una siega de lo que se ha sembrado. De Dios uno no se puede mofar (Gálatas 6:7). En realidad, esta generación de violencia sin par es exactamente lo que predijo el apóstol Pablo en 2 Timoteo 3:1-5. Él también indica las causas, al decir: “En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. [¿Por qué?] Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, [...] sin gobierno de sí mismos [o “violentos”, Today’s English Version], feroces, [...] temerarios”. ¿No es eso exactamente lo que vemos a nuestro alrededor? Sí, ¡estamos viviendo en “los últimos días”!
En poco tiempo, toda una generación se ha vuelto ‘completamente egocéntrica’ (Phillips), a menudo, ‘loca por el dinero’ (The Bible in Living English), “amadores de placeres sensuales y diversiones vanas más que, y más bien que, amadores de Dios” (The Amplified Bible). Dicha idolatría del yo no es nada más que una forma moderna de rechazar la soberanía de Jehová. No obstante, a la misma vez, la reputación violenta de esta generación señala que ésta tiene que ser eliminada y reemplazada. (1 Juan 2:15-17.)
ver: http://www.watchtower.org/s/200802/article_01.htm