Pedro Echeverría V.
2. Sin duda, AMLO sabe lo que hace en su carrera electoral hacia julio de 2012, pero también nosotros tenemos la obligación de recordarle que ante la avalancha derechista del PAN, PRI y los medios de información tiene que aprovechar todas las oportunidades para manifestar sus puntos de vista: sea del candidato, de sus voceros o desde los partidos. El pueblo o los electores deben conocer lo que López Obrador piensa acerca de los problemas del país, del gobierno y de los políticos y no permanecer en silencio para evitar que sus competidores se enojen. Ya la campaña abierta contra AMLO es una realidad, y pensar que portándose bien se va a recuperar la confianza es realmente una tontería. Para los empresarios, el clero, la derecha, AMLO es un izquierdista, un comunista, amigo de Chávez y enemigo de las instituciones. Eso que es radical no es AMLO, pero con ello hacen campaña los derechistas.
3. ¿Cómo se demuestra lo contrario? Pues dando argumentos, discutiendo todas las acusaciones, elevando el nivel de pensamiento de los electores, denunciando a los gobernantes, a los políticos, a los medios de información. ¿O es que estratégicamente se plantea que dado que no contamos con los medios es mejor portarnos bien guardando silencio sobre las mil y un cosas que suceden? ¿Es que acaso hay que guardar silencio sobre la directa intromisión de la iglesia llamando a no votar por la izquierda y quienes piensan como ella? Hay que luchar por una “república amorosa” pero con los de abajo, de ninguna manera con los que manejan la política, la economía y la religión del país porque ellos sí llevan garrote. Así que hay que instruir a Monreal, a Noroña, a Di Contanzo, a los dirigentes del PRD, PT, Convergencia, a que respondan con datos, argumentos, inteligencia, cada una de las declaraciones tontas de la derecha.
4. La clase dominante y sus medios de información saben usar muy bien las trampas que sirven para eliminar a sus críticos. A López Obrador, Muñoz Ledo, Fernández Noroña no los dejan hablar calumniándolos en el sentido de que “están contra todo”, cuando lo que tratan es silenciarlos porque los argumentos que usan en sus discursos son irrebatibles. Los argumentos económicos y políticos de López Obrador de bajar la mitad de los salarios de los altos funcionarios, de eliminar la jubilación de los expresidentes, de cobrar un impuesto justo a todos los ricos y de eliminar los negocios que se hacen en muchas secretarías de Estado, son demandas de las más populares, pero dado que lesionan directamente intereses personales, no las dejarán pasar. Lo mismo ha sucedido con los debates de Fernández Noroña cuyos argumentos son irrebatibles y por eso ha despertado odios de los partidos.
5. Imaginen nada más: el gobierno y sus corifeos no han dejado de plantear acerca de la urgencia de las “reformas estructurales” (Ley del trabajo, inversiones extrajeras en petróleos, más privatizaciones) que terminarían de entregar la economía mexicana al imperio de EEUU. Se están firmando más acuerdos con EEUU para la compra de armas, de helicópteros, de aviones de guerra no tripulados, para la apertura de una base militar, para la llegada de más asesores militares y, nosotros, para no molestar no denunciamos lo que sucede. Por ese sólo hecho somos cómplices de lo que hace el gobierno contra nuestro pueblo. ¿Vamos a ser cómplices sólo por silenciar lo que está sucediendo ante nuestros ojos? López Obrador por haber denunciado mucho y más está siendo vituperado y calumniado por los medios de información, ¿Por ese hecho lo va a dejar de hacer, guardárselo bien, para luego ser acusado de cómplice?
6. La estrategia del PRI, del PAN, de los empresarios y de los medios de información, es silenciar a López Obrador; mantenerlo en un rincón con perfil bajo para que llegue en tercer lugar al proceso electoral, tal como le sucedió a Cárdenas en la segunda y tercera vez que se presentó como candidato del PRD. La estrategia de AMLO y de sus seguidores debe ser hacia delante sin dar concesión alguna, porque quizá sea su última oportunidad. Los amloístas saben que nunca se pierde el equilibrio cuando se denuncia de manera permanente y con verdad lo que sucede. Lo único que pasa es que los medios de información y los empresarios empiezan a golpear más., pero ni modo es lo que se llama la lucha de clases. Y no se trata de exagerar las cosas; pero el sólo hablar con la verdad es ya incómodo para la clase dominante. ¿Qué hace el gabinete recién nombrado que no sale en los medios a defender abiertamente sus puntos de vista?
7. Esta es la batalla que –si quiere- tiene que ganar López Obrador y los millones que lo siguen con mucha inteligencia, organización y movilización. No es una bronca de casillas a la hora de la elección porque ésta se gana con mucha anticipación. Un mes antes ya podremos ver el resultado electoral garantizado. El tercer lugar ya no tendrá nada qué hacer y el segundo si no va parejo con el primero puede darse como derrotado. Las elecciones se ganan con dinero en los medios de información, con regalos, acuerdos y contratos antes de las elecciones; sólo de manera rara, muy rara -en un siglo de elecciones- el problema ha sido de alteración de casillas electorales y votos. Si se perfila en primero AMLO y gana qué bueno, pues tendrá que prepararse para cumplirle al pueblo, primero a los pobres; pero si va en un lejano segundo lugar hay que contar con una salida de masas, un movimiento real, esto es con un Plan B.
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