¡¡Exijamos lo Imposible!!
¿Caballo de Troya?
Jorge Lara Rivera
Es deseable que las triquiñuelas de Juan Molinar Horcasitas en SCT, su previo desvío de fondos públicos desde el IMSS a IXE para manos de su hermano Javier, funcionario allí y miembro del Consejo de Administración de Mexicana de Aviación, a la que con apoyo del esquirol Javier Lozano Alarcón llevó a una quiebra malintencionada y fraudulenta, no se vean recompensadas con la nueva oportunidad que tendrá la otrora “primera línea aérea de México” la cual pasará a poder de “un grupo de inversionistas españoles que incluye a algunos mexicanos” (ojalá que no sean ellos), cuando vuelva a volar en abril.
A propósito de buenos deseos, el estreno de la película “De panzazo” debe dar pie a una reflexión al margen de las conveniencias sesgadas de sus productores, los cuestionamientos a componendas con la dirigencia magisterial y de los valores estéticos e investigativos del documental. La cuidadosa y costosa mercadotecnia que por meses precedió a la cinta y el sensacionalismo deslizado, persiguiendo armar escándalo para el marketing del filme, con declaraciones del presidente de la asociación “Méxicanos Primero” la víspera de su estreno nacional (denunció supuestos “bloqueos a las salas que la proyectarían de maestros” independientes –aunque “tal vez vinculados al SNTE”– operando en piquetes), que buscaban conseguir artificialmente a su mensaje la mayor audiencia pública (que la censura clerical a “El crimen del padre Amaro” logró para su taquilla), así como el inusual alcance de su distribución, bastan para maliciar que poderosas manos e intereses inconfesables están detrás de esta campaña de desprestigio para denigrar al magisterio mexicano y renegar del sistema nacional de educación pública. Incluso puede aventurarse qué fines persigue tan sinuosa estrategia.
No obstante la desinformación divulgada por los ‘spots’ oficiales de autoelogio en materia educativa, sobre número de planteles construidos, total y monto de entrega de becas e incluso la reciente maniobra electorera de hacer obligatoria la preparatoria, como antes se hizo al jardín de niños –aunque no hay basificación de maestros, las contrataciones de los nuevos se da a cuentagotas, los cupos en los planteles están rebasados tal revelan las largas “colas” a las puertas de los centros educativos en las madrugadas de períodos de inscripciones y preinscripciones–, la intención privatizadora panista es clara. No hay duda: las 2 administraciones de Acción Nacional que ha padecido México han intentado reiteradamente reducir los presupuestos para educación por debajo de los mínimos aceptados por la UNESCO, gravarla con IVA e iniciar el desmantelamiento del sistema nacional educativo, minándolo con patrañas como el “Plan por Competencias”, “Alianza por la Educación con Calidad”, “Escuela de Calidad” y programas pilotos de becas para colegios particulares; todo para privatizar. Si no lo han conseguido aún es por la defensa a esta garantía social que han hecho partidos de oposición en el H. Congreso. Han tenido que sumarse PRI, Partido Verde, PRD, PT y Movimiento Ciudadano para enmendar la plana al Ejecutivo año tras año, reponiendo y actualizando la inversión del dinero público en el gasto social, e impidiendo que se extienda el IVA a la escuela.
Pero las maniobras elitistas del Ejecutivo no han cesado en 11 años y para conseguir su fin se ha valido de cualquier pretexto, incluso el de la “libertad religiosa”, bandera de los Testigos de Jehová para vulnerar la igualdad y equidad en el alumnado con apoyo de Derechos Humanos, y del influyente y acaudalado clero católico (con enormes intereses en el lucrativo negocio de la educación privada y al cual el panismo favoreció con la deducibilidad de las colegiaturas obsequiada graciosamente por el jefe del Ejecutivo federal a cómplices de su arribo al poder) mismo que demanda se permita enseñar religión en las escuelas. Todo para preparar el golpe final contra los estudios gratuitos (como ha ocurrido ya en Chile y la Colombia de la derecha) y acabar con la única posibilidad real de movilidad social honesta de los desposeídos, inmensa mayoría.
En algún momento de su gestión en la SEP, la mojigata chafa que es Chepina Vázquez Mota, yunquista proclive al fascismo, intentó consumar la hipocresía del foxiato con el cuento de los “Valores”, llenando las escuelas de folletería y formatos sobre “administración gerencial con valores empresariales”, aunque la praxis gubernamental cotidiana en los 2 regímenes panistas desmintió a cada paso los altos ideales con la vileza y corrupción de su conducta y su administración. Se buscó igual empoderar a los padres de familia para que tuvieran más influencia y decisión en asuntos escolares –incluidos los académicos. No fue casual: la Asociación Nacional de Sociedades de Padres de Familia es abiertamente católica y la asesora la Sociedad de Abogados Católicos, opuestos a asuntos de trascendencia social. Ya era bastante la frivolidad de un amplio sector del magisterio que desmemoriado fomenta ridiculeces como “misas de graduación”, mientras se dedica al comercio menudista en la escuela con lucro fácil al coaccionar a los estudiantes, clientes cautivos, pero entonces la nefasta sombra del fanatismo creció amagando al magisterio progresista por directivos que lo “empapelaron” con formatos, y alentaban en el alumnado –colmado de derechos sin equilibrio de responsabilidades– la sensación de poder salirse con la suya siempre; y con el irrespeto al papel del docente en el aula. Más lejos en la simulación llegó el acomodaticio Alonso Lujambio Irazábal al manifestar simpatía a la propuesta de que hubiera sesiones opcionales de oración en las escuelas públicas, desde luego atentatoria contra el laicismo en la educación que imparte el Estado. Era algo así como permitir que los hijos de los padres mochos que quieran hacerse guajes rezando, recen, con tal que dejen a los funcionarios embolsarse tranquilos los millones de la Nación… Ardid para destruir el legado juarista y de la Reforma que costó a la Patria una guerra civil y luchar contra la intervención extranjera francesa. Porque ese cuento de la “decencia”, “los valores” y la fe católica “mayoritaria del pueblo mexicano” ya está acedo y es insostenible al contrastar la espuria conducción personal de quienes se dicen creyentes, sus sacerdotes abyectos, los funcionarios ladrones, padres y madres de familia irresponsables que quieren dejar al maestro todo el trabajo de formar a los hijos que sólo a ellos corresponde, y a la luz de los niveles de violencia sangrienta a que han llevado a México tantos ¿devotos? narcos, ‘bisneros’ y ‘bistequeros’.
Si esos fariseos fueran creyentes de verdad, las cosas no estarían tan mal como van. Pero los más de 77 millones de votantes que registra el padrón del IFE tendrán su oportunidad.
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