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Un misterio
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de julio (SINEMBARGO/HUFFPOST VOCES).- La versión oficial de la fuga de Joaquín Guzmán Loera del Penal del Altiplano no convence, ha sido calificada por la prensa internacional como un “escape de película”, pero para algunos analistas se trata de un cuento inverosímil, de una verdadera patraña.
El Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, informó el domingo 12 de julio a las 0:56 horas tiempo del centro de México, que “El Chapo” Guzmán escapó de la prisión de máxima seguridad a través de un túnel que mide casi una milla de largo (1.5 kilómetros) y conecta el área de las regaderas con una casa de reciente construcción.
Según las autoridades mexicanas a las 20:52 horas fue la última vez que se vio al líder del Cartel de Sinaloa, estaba en el área de la regadera de la estancia 20 del pasillo 2. Supuestamente el capo huyó por un orificio de 19×19 pulgadas, bajó 32 pies de profundidad con ayuda de una escalera, hasta un túnel construido de tubo de PVC con iluminación y ventilación. Ahí lo esperaba una motocicleta sobre un riel, misma que lo llevó hasta la casucha construida específicamente para la fuga.
El Cartel de Sinaloa se ha caracterizado por la construcción de túneles clandestinos para traficar droga, sin embargo hay una serie de incongruencias en esta historia que la vuelven imposible:
1 – Por una norma vigente, todas las prisiones de máxima seguridad en México se construyen sobre una plancha de concreto de 6.4 pies de grosor. Esto hace difícil de creer que se pudo acceder con tal precisión y sin despertar sospechas por vía subterránea.
2 – El Universal informó a través de una infografía que para una obra de tal magnitud tuvieron que extraer 2 mil 040 metros cúbicos de tierra. Entonces, se debieron utilizar 291 camiones de volteo con capacidad de 7 metros cúbicos cada uno. No hay rastro, ni testigos de tal ajetreo junto a la otrora prisión más segura de México. También es difícil de creer que se taladró una distancia tan larga sin que el ruido generara sospechas.
3 – Por protocolo del Centro de Readaptación Social número 1, no puede haber reos afuera de su celda después de las 18:00 horas. Según Reporte Índigo, el sábado se autorizaron dos tandas de duchas, la última comenzó a las 18:00 horas, por lo que no podía haber prisioneros después de las 19:00 horas en el área de regaderas. Las autoridades mexicanas dicen que “El Chapo” estaba a las 20:52 en esa zona.
4 – El reglamento de esta cárcel prohíbe a cualquier reo moverse fuera de su celda sin supervisión de un oficial. De hecho, para reos de alta peligrosidad como es el caso de “El Chapo”, las medidas son el doble de severas, se requieren más custodios y una video vigilancia más tenaz. Es difícil creer que pudo acceder al orificio que conecta al túnel sin problema.
5 – Jorge Carrillo Olea, ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), y quien fue encargado en sus tiempos del diseño de la prisión, asegura que es inviolable y que detrás de lo dicho por el gobierno mexicano “hay una gran mentira”.
“De acuerdo con las normas con las que se construyó el penal, no hay un minuto en que estés fuera del alcance de cámaras. No hay ninguna celda que tenga su propia regadera”.
“¡Qué caso tan más complejo! ¿Qué tipo de suelo tienen las celdas? Porque si es suelo calizo no hay quién lo penetre sin una herramienta. ¿Y el ruido? Si es un suelo inestable, hay posibilidad de derrumbes; un solo hombre en un espacio de 50 por 50 centímetros realiza un túnel de más de un kilómetro, ¿con qué ventilación?… ¿de dónde salieron los cables, los focos y cómo se opacaba el ruido?”, cuestionó en entrevista para Variopinto.
6 – Imágenes de Google Earth revelan que hace un año no existía la casa en donde desembocó el túnel. Esta construcción en obra negra se encuentra en la colonia San Juanita, en el suroeste del centro penitenciario.
7 – Las telecomunicaciones están restringidas en un radio de 6.3 millas alrededor del penal inaugurado en 1991. Se supone que sus paredes están reforzadas para evitar cualquier tipo de ataque. Cuenta con una área de Tratamientos Especiales, ahí están los reos de alta peligrosidad. No pueden hablar entre ellos, no tienen contacto visual y las celdas no tienen ventanas. Todos estos elementos hacen improbable la coordinación con el exterior para una fuga tan elaborada.
Fuentes cercanas a la investigación dijeron a Reporte Índigo que es probable que Guzmán Loera escapara de una forma mucho más sencilla, quizá por la puerta principal disfrazado de visita y que todo el tema del túnel se trata de montaje para distraer la atención de lo evidente, que es la complicidad de las autoridades y la corrupción rampante que ha permitido a este delincuente convertir al Cartel de Sinaloa en una organización mundial con ganancias dignas de cualquier empresa transnacional.
La primera vez que Guzmán Loera se fugó de una prisión de máxima seguridad fue en 2001, cuando utilizó un carrito de lavandería para salir del Penal de Puente Grande, Jalisco.
“Esto representa la esencia de la corrupción política mexicana, se ampara, crece en la política, en todas las corporaciones encuentra segmentos de protección, pedazos del Estado que lo protegen aunque haya estado en una prisión de máxima seguridad y por más que haya sido certificado por Estados Unidos”, dijo a SinEmbargo Edgardo Buscaglia, director del International Law and Economic Development Center e investigador principal en Derecho y Economía en la Universidad de Columbia en Estados Unidos.
Un total de 31 funcionarios del Penal del Atliplano, incluido el director Valentín Cárdenas Lerma, fueron citados a declarar por la Procuraduría General de la República. No se concibe este escape sin la participación de algunos, aunque seguramente se tratará de ‘chivos expiatorios’, pues para Anabel Hernández, “El Chapo” Guzmán ha gozado por años de la protección de las esferas más altas del gobierno mexicano.
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