¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Sexenio sin soluciones
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
Seguirá devaluación, advierte FMI
Economía crecerá sólo 2.4%: Cepal
“Gobernar es el arte de bien combinar la esperanza y la mentira con el tiempo”. Jorge Saldaña
Cada día la agenda presidencial aumenta, no se resuelve ninguno de los problemas que se presentan a cada momento y los anteriores esperan el juicio de los justos. Así, en tanto crecen y se multiplican los reverses en el terreno económico y financiero, se derrumban las esperanzas presidenciales de entregar las reservas petroleras “a bote pronto” a cualquier precio –ni regalado les parece a las empresas extranjeras que este suelo sea el apropiado para invertir-, el número de muertos incrementa con cifras mayores a las que se registran en guerras y frente a guerrillas en otros puntos del orbe, trascienden las rencillas entre el equipo de EPN y hasta en el entorno familiar, todo ello rodeado por el derroche de recursos; se siguen extendiendo mantos de impunidad para los empresarios “del sexenio” y para cierre con broche de oro se cuenta con expresiones como la de Edgardo Buscaglia: “El corazón de la delincuencia no son los narcos, son los políticos”.
La impunidad ha permanecido y lo mismo la encontramos en las dizque resoluciones que hallaron para lo sucedido en Pasta de Conchos, que ya en este mandato con las contaminaciones y los asuntos que siguen pendientes y que revelan el grado de corrupción y de complicidad que existe con el Grupo México, con Germán Larrea. El incumplimiento a los jornaleros de Baja California, de San Quintín, es otra muestra de la protección que existe para los intereses que arropan campañas presidenciales o que generosamente entregan puntualmente un porcentaje de “protección” para seguir trabajando libremente, sin cumplir con ninguna ley.
Aquella recaptura de Joaquín Guzmán Loera se ve hoy como parte de un acuerdo en el que una de las partes no cumplió y así se dio vida a la certeza de que el gobierno pretendió jugar a la mafia en tanto que la mafia, en la realidad, se convirtió en autoridad gobernante en buena parte del territorio nacional. Y lo mismo sucede con la captura de Vicente Carrillo Fuentes. Ambas muy publicitadas, pero sin alcanzar el impacto de la revelación de un número mucho mayor de muertos, de acribillados, de asesinados durante este mandato que los que se registraron durante el sexenio de Felipe Calderón. Los números, en este caso, no mienten y no lo hacen los que se consiguen extraoficiales, los que se alejan de los tamborazos de un inservible e incapaz gabinete de seguridad.
En lo político sobresalen declaraciones que advierten que la hebra del crimen organizado en México lleva al financiamiento de campañas políticas ilegales a niveles local, estatal o federal, lo cual unido a las versiones de la protección policiaca a estos grupos y todo aquello que convierten en intocables a los mafiosos y que procede de las más altas esferas gubernamentales, conforman un panorama que nos ha hecho lucir ante el mundo entero como un país de maleantes, de corruptos, de narcos, cuando visto desde el número de pobladores, más de 120 millones, es injusto para todos aquellos que nada tienen que ver con estas actividades y que sufren y padecen un gobierno inmerecido.
ECONOMIA EN PICADA
En los próximos meses continuará la devaluación del peso mexicano frente al dólar y la economía nacional seguirá sin desarrollar su potencial, lo que impactará en la extensión de la pobreza en el país. El Fondo Monetario Internacional auguró mayor volatilidad del peso en los próximos meses, ante la probable alza de las tasas de interés en Estados Unidos antes de finales de año. Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) redujo de 3 a 2.4 por ciento su estimación de crecimiento de la economía mexicana en 2015. Christine Lagarde, directora gerente del FMI, advirtió que en los próximos meses “veremos aún más volatilidad de las divisas latinoamericanas, especialmente cuando la Reserva Federal de Estados Unidos eleve las tasas de interés”. En los últimos meses, las monedas latinoamericanas, el peso mexicano incluido, han registrado una notable devaluación respecto al dólar, ante la anticipada alza de los intereses en EEUU y el descenso de los precios de las materias primas, cuya exportación supone el principal motor económico de América Latina.
El peso mexicano ha bajado alrededor del 10 por ciento de su valor respecto al dólar, el real brasileño cerca de 20 por ciento, el peso colombiano alrededor del 16 por ciento, y el sol peruano cerca de 6 por ciento. Janet Yellen, presidenta de la Fed estadounidense, ha señalado que el encarecimiento del precio del dinero se producirá antes de finales de año. Los analistas estiman que este ajuste monetario se producirá en la reunión del banco central estadounidense en septiembre. La directora del FMI descartó que la economía latinoamericana vaya a caer en recesión este año, y señaló que las previsiones del organismo internacional esperan una expansión del 0.5 por ciento para este año y un repunte algo mayor para 2016 del 1.7 por ciento.
Por otro lado, en su último informe, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) explicó que la desaceleración económica se debe a factores externos e internos, como la relantización de China y otras economías emergentes, además de una reducción en la demanda interna. Subrayó que “el comercio mundial se mantendrá estancado en lo que ya se ha transformado en un problema estructural de la economía mundial y que a la menor demanda externa se suma, por un lado, la tendencia a la baja de los precios de los productos básicos, y por otro, la mayor volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros internacionales”.
Por lo que toca a los factores internos, la Cepal reveló que la contracción de la inversión, con la desaceleración del crecimiento del consumo, explican la reducción de la demanda interna, factor que ha sido determinante en el crecimiento de los últimos años. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, expuso que “redinamizar el crecimiento en el corto y largo plazos requiere impulsar las inversiones pública y privada en tiempos complejos. Esto se puede realizar con reglas fiscales que protejan la inversión, recurriendo a asociaciones público-privadas y a nuevas fuentes de financiamiento, como los bancos de inversión e infraestructura de los países BRICS, y mecanismos alternativos como bonos verdes y préstamos triangulares”.
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