Desplome económico
En los últimos días se acumulan nuevos datos y estadísticas que ponen de manifiesto que la economía mexicana se encuentra en proceso de desaceleración lo que se refleja, entre otras cosas, en la caída del empleo y la devaluación del peso/ Los temores se cumplen y los capitales golondrinos comienzan a emigrar de la economía mexicana, tan sólo la última semana de mayo cerca de 3 mil millones de dólares de capital extranjero “volaron”
MEXICO, D.F., 21 de junio (Lilia Arellano/Estado de los Estados).- Mientras el peso acumuló un desplome semanal de 5.02% respecto al dólar, lo que la convirtió en la peor desde la terminada el 23 de septiembre de 2011, con lo que perdió desde el pasado 9 de mayo 11.45%, reportes del Banco de México confirmaron que se profundizó la desaceleración de la economía en el segundo trimestre del año, lo que impactó en los niveles de desempleo y de ocupación en el sector informal.
Miembros de la junta de gobierno de Banxico alertan sobre riesgos a la baja para la actividad económica en el país. Hoy por hoy, prevalece la incertidumbre respecto a la evolución del entorno económico, por lo que urge que el gobierno federal regularice el gasto público, y que se combine con una posible consolidación de la recuperación de la economía estadounidense.
En lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto no ha habido ningún tipo de política que busque alentar el mercado interno o que a través del gasto el gobierno estuviera buscando estimular la economía, y todo parece indicar que eso es lo que vamos a observar en los próximos meses.
Actualmente, hay la necesidad de aplicar medidas que incentiven el mercado interno, pero también hay que salir del círculo vicioso de baja creación de empleos y mal pagados que no mejoran en poder adquisitivo de la población y, en consecuencia, no consumen. Por más que se implementen políticas expansivas o por más que se relajen las políticas fiscal y monetaria, sus efectos no se reflejaran en el mercado interno si no hay empleo ni mejora del salario.
Si los mexicanos tienen un trabajo que les permite sólo vivir día a día, pero no más que eso, no tendrán poder de compra, el consumo no se va a reactivar y estaremos condenados a tener una economía con crecimiento mediocre, advierten analistas internacionales.
A lo anterior, con una economía que sigue teniendo las mismas debilidades estructurales del pasado con bajo crecimiento, hay que sumarle los embates del exterior. Este viernes, el dólar alcanzó una cotización a la venta de 13.50 pesos, mientras que la menor a la compra es de 12.80 pesos en sucursales bancarias de la Ciudad de México; el euro se ofreció hasta 17.82 pesos, 14 centavos menos en comparación con el cierre de la víspera, en tanto que el yen se vendió en un precio máximo de 0.139 pesos.
El Banco de México estableció que el tipo de cambio para solventar obligaciones en moneda extranjera pagaderas en el país es de 13.4015 pesos. También ubicó en 4.3108 y 4.3270 por ciento las tasas de Interés Interbancarias de Equilibrio (TIIE) a 28 y 91 días, respectivamente, una de las referencias del mercado en el país.
La devaluación del peso se debió a la falta de confianza en la economía mexicana, pues los inversionistas (nacionales e internacionales) buscaron sacar su dinero del país, con lo que vendieron pesos y compraron moneda extranjera; por el déficit en la balanza comercial, con lo que se debió comprar más moneda extranjera para cubrir ese déficit; por la salida de capitales especulativos ante ofertas más atractivas de inversión.
Normalmente un incremento en tasas de interés extranjeras va acompañada de baja en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), lo que se refleja en devaluación del peso. De hecho, la BMV cerró el viernes con pérdidas por tercera semana consecutiva y acumula una pérdida de 12.97 por ciento en lo que va del año.
Los inversionistas se refugiaron en activos de menor riesgo, lo que disparó al alza el rendimiento del bono líder a 10 años emitido por el tesoro norteamericano, al poner a prueba la barrera de 2.50%; el incremento en la tasa de interés del principal socio comercial de México, le restó competitividad a las inversiones en acciones, y afectó negativamente al peso.
Mayores rendimientos en el exterior moderaron significativamente la entrada de capitales del exterior al mercado de deuda nacional, lo que implicó una menor oferta de dólares.
Los peores temores se cumplieron y los “capitales golondrinos” comenzaron a emigrar de la economía mexicana a la que habían llegado desde 2008 en busca de refugio de tasas de interés superiores a las de Estados Unidos y la estabilidad macroeconómica. Tan sólo durante la última semana de mayo cerca de 3 mil millones de dólares de capital extranjero dejaron sus posiciones de inversión en bonos del gobierno mexicano, en particular los de largo plazo y provocaron una depredación del peso que continúa hasta la fecha.
CRECIMIENTO MEDIOCRE
Un menor dinamismo en la demanda externa, por la debilidad en las exportaciones no petroleras y en particular de las del sector manufacturero, como en la interna, con un consumo desacelerado, dio como resultado que en el primer trimestre de este año, el Producto Interno Bruto (PIB), la medida más amplia del desempeño de la economía, creciera a una tasa anual de 0.8 por ciento, situación que no varió en el segundo trimestre por lo que “existe la posibilidad de que se profundice al desaceleración de la economía” en ese periodo, advierten los integrantes de la junta de gobierno de Banxico.
Análisis del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) esperan que en el segundo trimestre de este año se concrete un crecimiento “raquítico” cercano al 1.0 por ciento, lo que confirmará una desaceleración en el primer semestre, lo que hace sumamente difícil alcanzar un crecimiento de alrededor del 3 por ciento este 2013, a pesar de que en el segundo semestre se dé una mejoría en la actividad económica. Cabe destacar el dato de que luego de la contracción de 6.0 por ciento en 2009, la economía mexicana creció 5.3 por ciento en 2010, y 3.9 por ciento tanto en 2011 como en 2012. Hoy la expectativa de los analistas internacionales es de un crecimiento de 2.5 por ciento de la economía para este año, aunque el Banco de México mantenga su pronóstico de 2.96 por ciento.
La economía se fortalecerá hasta la segunda mitad de 2013, si se recupera la demanda interna y la externa, aunque persisten riesgos a la baja para la actividad económica del país. Los tecnócratas del gabinete económico de Peña Nieto rezan porque se consolide la recuperación de la economía estadounidense, pero poco están haciendo para regularizar el gasto público y para que las reformas estructurales impulsen el crecimiento del país.
El bache que enfrenta la economía mexicana puede superarse con la normalización del gasto público y un mayor crecimiento de la demanda por parte de Estados Unidos, coinciden los economistas.
En el primer trimestre de este año, el gasto ejercido por el sector público fue de 856 mil 365 millones de pesos, cantidad inferior a 44 mil millones de pesos al presupuesto autorizado por el Congreso para ese periodo. El gobierno federal tiene que apurarse a regularizar el ejercicio del presupuesto para que la economía no se siga rezagando. El escenario es difícil para alcanzar el crecimiento programado por el gabinete económico de Peña Nieto, pues la economía tendría que crecer un promedio de 3.7% a 3.8% cada uno de los siguientes trimestres, y no se puede ir más allá porque en los últimos ocho trimestres el nivel de inversión fija ha sido mediocre, de apenas 2.1 por ciento, es decir, el PIB potencial al que hemos crecido.
Estadísticas de la Secretaría de Economía revelan que las 33 secretarías y dependencias del gobierno federal que más compran a las pequeñas y medianas empresas apenas gastaron en el primer cuatrimestre de 2013 un promedio de 2.7 por ciento del presupuesto que tienen programado para tal sector. Lo anterior no obstante que la meta del gobierno federal para este año a fin de impulsar a las PYMES a través de las compras gubernamentales es llegar a los 100 mil millones de pesos y superar así los 93 mil millones de pesos registrados el año pasado.
Es el sector laboral el que más ha resentido esta situación. La tasa de desempleo y la tasa de desocupación en el sector informal continuaron mostrando niveles superiores a los prevalecientes antes de la crisis, que estalló en el otoño de 2008 y que en México causó una caída de la actividad económica de 6.3 por ciento en 2009. La tasa de desocupación en abril pasado fue de 5.04 por ciento de la población económicamente activa, nivel ligeramente superior al de enero de 2009, cuando alcanzó 5.0 por ciento.
No se observan presiones sobre la inflación por la sencilla razón de que los salarios no se han incrementado. En las últimas dos décadas ha habido una pérdida del poder adquisitivo del salario, lo cual debilita al mercado interno. Al no haber estímulos desde el exterior, ni tampoco a partir de la política económica, se presentan crecimientos breves.
La única manera de eliminar los grandes rezagos que existen en el país es logrando un ritmo de crecimiento alto y de manera sostenida, para lo cual hay que estimular la inversión pública y privada, generar más empleos formales, y bien remunerados, incrementar la productividad, y lograr los cambios necesarios en materia hacendaria, energética, de educación, salud y seguridad pública.
PLEITO P0R LOS BILLETES
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