lunes, 17 de junio de 2013

Ebrio presumido hizo alarde de sus robos

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Granier: el huracán de la corrupción que devastó a Tabasco
Álvaro Cepeda Neri

Conjeturas

A partir del uno de diciembre del año pasado y al cumplimiento del primer semestre del año en curso, no debe caber la menor duda que el peñismo asume las consecuencias del calderonismo y más si no encauza a Felipe Calderón a un Juicio Político ante el Congreso de la Unión, y después a un juicio penal para que responda de sus abusos, indolencias y corrupción. Asimismo, al gobierno y administración federal peñista le corresponde, con el actual gobernador de Tabasco y su Congreso estatal, presentar al ex desgobernador de esa entidad, el tal Andrés Granier Melo, para que dé cuenta y razón de su mal gobierno; de sus raterías, de las de sus hijos (¡ah, los nuevos juniors!) y de sus compinches, que saquearon al pueblo de ese estado y lo dejaron en el desastre total. Granier es del PRI, y por esto con más razón le toca al “nuevo” PRI dar un ejemplo con él y seguir con Fidel Herrera, Sabines, Ulises Ruiz, los ex desgobernadores de Morelos, Michoacán, Jalisco, Colima, etc.

Granier fue un huracán de corrupción. Un ladrón. Raterazo. Tenga o no los miles de trajes, de pares de zapatos o de mansiones de que presumió, es un pillo que debe ser sometido al imperio de la ley penal y de la de Responsabilidades de los funcionarios. Robó hasta hartarse. Y todavía borrachín (como el alcohólico de Calderón), hizo alarde de sus robos y alarde de cuanto se compró en tiendas estadounidenses. Cínicamente confesó su corrupción. El peñismo debe presentar a Granier, por medio de la PGR, pues Arturo Núñez (compadre del ratero y que se tardó en proceder), ya puso la demanda y denuncia de los hechos y las cajas repletas de casi cien millones de pesos.

Andrés Granier no es simplemente presunto responsable de: ejercicio indebido de servicio público, abuso de autoridad, coalición de servidores públicos, uso indebido de atribuciones y facultades, ejercicio abusivo de funciones, peculado y enriquecimiento ilícito, delitos que saltan a la vista pues ha sido sorprendido “in flagrante delicto” o sea con las manos en la masa, y que van más allá de la presunción del delito. Granier y sus compinches se apoderaron del dinero del pueblo de Tabasco y no deben quedar en la impunidad. Si la promesa de combatir la corrupción por la que tanta alharaca hace el peñismo va en serio, con él ha llegado la hora de sentar en el banquillo de los acusados a otros pillos que roban al amparo del poder público.

Ese desgobernador resultó peor que los huracanes que han devastado a Tabasco y mucho peor que las inundaciones que han padecido sus habitantes, pues su saqueo fue infame. Granier es un ratero. Un vil delincuente. Y si no lo encarcelan y lo someten a juicio penal y político, entonces la Nación y con ella Tabasco y sus habitantes, tendrán la palabra constitucional contra todos esos ladrones que, al no haber gobernado en beneficio de los tabasqueños ni del país, tienen el derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno, porque el actual ya traicionó a los mexicanos al interrumpir la observancia constitucional.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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