¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Del notable jurista Jorge Madrazo
Jorge Carrillo Olea
En
este momento en que se hacen evidentes añejos vicios de la procuración
de justicia federal, es útil traer a la memoria hechos con los que se
acendró entre las formas “válidas” de procurarla, el modo en que el
titular personalmente clasificaba como conveniente inculpar a un
individuo. Todo ello al margen del dictado de la ley y en perjuicio, por
supuesto, del presunto responsable inventado por el procurador.
Debe destacarse por la vergüenza del hecho, que el paladín de la
práctica del testigo protegido fue el Dr. Jorge Madrazo Cuéllar. Había
sido en su origen prestigiado académico en la rama de las ciencias
jurídicas y uno de los pilares de la fundación del concepto y
estructuras de defensa de los derechos humanos, la propia Comisión
Nacional de la que fue presidente.
En 1987 alcanzó el grado de doctor en Derecho Constitucional. Fue
director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM durante 7
años. Fue comisionado para la paz en Chiapas durante 1994 y 1995,
además fue presidente de la Federación Iberoamericana de Defensores del
Pueblo. Al fundarse la CNDH fue primer visitador y pronto su segundo
presidente después de Jorge Carpizo.
Era titular de la PGR cuando ocurrió la Matanza de Acteal el 22 de
diciembre de 1997, en el que un grupo de indígenas asesinó a 45
tzotziles, Las Abejas, mientras oraban en una ermita de madera en la
comunidad de Acteal, en Chiapas. 79 de los indígenas presuntos asesinos
fueron sentenciados de 28 a 36 años de prisión por la matanza. La SCJN
ordenó la liberación de 51 personas acusadas y sentenciadas en
instancias menores.
Los ministros consideraron que las sentencias se basaron en pruebas
obtenidas de manera ilegal y en testimonios fabricados por la PGR. El
procurador Madrazo rechazó haber recibido presiones políticas en el
transcurso de las investigaciones, lo que fue falso. Ante su pasividad
múltiples organismos internacionales demandaban justicia, la que él
inventó para salir del paso.
También importa recordar, simplemente como antecedente de su ética, que
el procurador Jorge Madrazo, ex-ombudsman, pagó 500 mil dólares en
efectivo a Fernando Rodríguez por una declaración inculpatoria contra
Raúl Salinas de Gortari en una supuesta responsabilidad intelectual por
el asesinato de Francisco Ruiz Massieu, que condujo a diez años de
prisión por un delito no cometido.
Las bajezas de Madrazo no acaban aquí. Ordenó que en la averiguación
sobre el asesinato del Cardenal Posadas se me inculpara como autor
intelectual. Negoció con quien sería un testigo protegido, Marco Enrique
Torres García, el que a cambio de una reducción en su posible sentencia
ante cortes norteamericanas declararía, como lo hizo, que el asesinato
fue planeado en “las oficinas del gobernador Carrillo Olea con un grupo
de militares” y que después para una celebración anticipada, “fueron a
comer y beber durante toda la tarde al restaurante Las Mañanitas”.
El testigo declarante, durante su declaración hecha en una cárcel de
Illinois, no tuvo en cuenta dos cosas: 1. El gobernador del momento era
Antonio Rivapalacio y 2. Del interrogatorio a meseros, cateo y compulsa
contable, efectuados en las cuentas de consumos en Las Mañanitas
realizado por la propia PGR de aquellas fechas, no resultó ni personas
ni cantidades de posible vinculación.
Aquella declaración en Illinois fue procesalmente tomada por un
subprocurador de la PGR Everardo Moreno Cruz, con la presencia del
delegado de esa institución ante Washington y el Obispo de la
Tarahumara, Sr. José Luis Dibildox. Este último para que diera fe
¿notarial? de la eficacia de la operación.
En su momento, la Procuraduría General de la República informó mediante
boletín 173/99 que la diligencia se llevó a cabo el día 21 de mayo de
1999 a las 11:30 horas, en la Ciudad de Chicago, de los Estados Unidos
de Norteamérica (sic).
Terminado su encargo de Procurador General de la República, Madrazo
todavía tuvo arrestos para seguir en la indignidad. Se presentó como
potencial víctima del crimen organizado y por ende acreedor de
protección por parte del gobierno. Este, condescendientemente lo nombró
Cónsul General en la ciudad de Seattle, estado de Washington.
Su miedo ante posibles reclamos por su pérfido pasado fue tal que
consiguió que el propio gobierno de Zedillo le proporcionara, para
custodiarlo por todo ese tiempo, a un par de agentes de la Policía
Judicial Federal a quienes se les acreditó como miembros del consulado,
todo, claro, a costas del erario.
Después de refugiarse seis años en ese cargo y ante la negativa del
siguiente gobierno de seguir con tal pantomima le suspendió cargo y
protección. Incapaz de regresar a México para enfrentar los efectos de
su propia vida, hoy Madrazo, sumido en su vergüenza, conduce un
noticiero radiofónico en Seattle, Estados Unidos, dentro del programa “
Latinos Unidos” o bien participa en el programa de entrevistas “Rico
Amanecer”. Son accesibles en “You Tube Jorge Madrazo o en el dominio
jorgemadrazocuellar.com.
¡Esas son las peculiaridades de este campeón del derecho!
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