¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
Al diablo la oposición; Peña sí cumple
MEXICO, D.F. (apro).- Con el liderazgo más débil de cuantos
presidentes ha tenido el Partido Acción Nacional (PAN) y con el estigma
de haberle devuelto el poder al PRI, Gustavo Madero ha irritado a
panistas por renunciar a ser oposición, pero también por renegar del
lema de la campaña de 2012, “Peña no cumple”, porque para él Enrique
Peña Nieto sí cumple.
“Esquizofrénico”, le llaman algunos, sobre
todo los prosélitos de Felipe Calderón, tras leer la entrevista
publicada esta semana en Proceso (edición 1906), en la que evidencia su
simpatía por Peña, pero se queja de que el PRI y sus autoridades cometen
mapacherías.
“Una cosa es Peña y otra cosa es todo el aparato que
lo rodea, lo que está detrás”, me dijo Madero en la entrevista que
tuvimos en su despacho, el viernes 10, a la que ahora agrego una parte
que, por espacio, omití y que enfurecerá aún más a Calderón y sus
allegados, con los que mantiene una guerra que no tendrá final feliz.
–Tiene usted mejor relación con Peña de la que tuvo con Calderón –le hice ver.
–No está claro, ¿o sí? –respondió con cierta malicia.
–Sí.
–No –rebatió–. Con los dos hablo con mucha franqueza y mucho respeto.
–¿Cuándo fue la última vez que habló con Calderón?
–Hace ya rato, pero hablo igual de franco contigo que con uno y con otro.
Aseguró
que había hablado con Calderón inclusive después de la cena en Los
Pinos, del 28 de agosto, cuando éste llamó “cobarde” al senador Javier
Corral Jurado –que le respondió en los mismos términos–, y su trato
“majadero” hizo que Madero se pusiera de pie y abandonara la reunión.
–¿En qué términos habló con él?
–Igualitos. Mira, aquí no hay nada personal. Al que mete la fibra personal se le cruzan los cables.
Y sí: Si algo caracteriza a Calderón es que suele no tomar decisiones cerebrales, sino inspiradas por la víscera.
Su “guerra” antidelincuencia, con decenas de miles de muertos y desaparecidos, es un ejemplo macabro de ese talante rabioso.
Se
podría pensar que allá los panistas con sus pleitos, pero sin este rudo
conflicto interno en el PAN no se entiende la relación que ha
establecido Madero con Peña, como tampoco se entiende la inclusión del
PRD en el Pacto por México sin la ruptura con Andrés Manuel López
Obrador.
PAN y PRD han apostado al colaboracionismo con Peña para
su sobrevivencia, pero el tema fundamental es si de este esquema, en el
que se inscribe el Pacto por México, surgen realmente bienes públicos
para los ciudadanos.
Hasta ahora, a mi juicio, no hay claridad de
que esto sea así, ni siquiera en el ámbito de la competencia electoral
se han dado garantías para materializar el principio básico de la
democracia: un ciudadano un voto, emitido en condiciones de libertad.
La
apuesta de Madero de no ser oposición –“aunque es un término de la
teoría política, es una trampa en la práctica política porque pierdes
dos veces: Pierdes si apruebas o pierdes si no apruebas”–, sino “fuerza
política democratizadora y modernizadora” tiene su propia lógica:
El
PAN colabora por responsabilidad social porque con el Pacto le va bien a
México; compite ante el PRI por responsabilidad política, porque quiere
terminar la transición democrática, y denuncia por responsabilidad
ética.
Esto, al final, le dará resultados electorales: “Vamos a
ganar muchas elecciones este 7 de julio. Estamos actuando con mucha
congruencia y responsabilidad y haciéndonos cargo de nuestros yerros.”
–De estos resultados dependerá, entonces, si usted busca reelegirse.
–No, son muchos factores, de toda índole, pero es una decisión que no asumiré antes de la elección.
Quién
sabe si se cumpla la predicción de Madero, pero ni a los propios
militantes les gusta un partido subordinado al PRI, o al menos
esquizofrénico, que es así como se ve al PAN.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
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