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Por Esto!
Prólogo Político
Por Alvaro Cepeda Neri
¿Cuatro gobernadores de izquierda y su pilón defeño?
Posaron para la foto del efímero recuerdo y para sus propios álbumes. Se
presentaron como gobernadores de izquierda a la derecha del centro. El
más locuaz: Graco Ramírez Garrido-Abreu. Tabasqueño, avecindado en
Cuernavaca, Morelos, donde ya es gobernador. Desertor del extinto
Partido Socialista de los Trabajadores. Brincó al Partido Mexicano
Socialista. Y como no vio ningún cargo, pasó al Partido de la Revolución
Democrática. Dos veces ha sido diputado federal (Humberto Musacchio:
Quién es quién en la política mexicana y, Esteban David Rodríguez: Los
dueños del Congreso). Ideológicamente transita de izquierda a derecha y
es jurado enemigo de AMLO, a quien debe su ascenso montado en los 16
millones de votos de quien fue vencido por el IFE y el TRIFE, al
rechazar las denuncias sobre compra de votos y propaganda disfrazada de
publicidad en Televisa.
Gabino Cué, Arturo Núñez y Ángel Aguirre son ex priístas. Y el invitado
de piedra: Miguel Ángel Mancera, ebradorista… hasta antes de su toma de
posesión, pues finta un deslinde si, como dijo, el principal
problema-queja de los defeños es la corrupción que deja como herencia
Ebrard. Ninguno es de izquierda, como Graco Ramírez que estuvo en
partidos socialistas… sin mayor convicción ni principios. Y si es
perredista es porque con Los Chuchos y escoria dados a la traición,
logró la gubernatura. No son de izquierda, pero para quedar bien con el
peñismo y el PRI como aconseja la cohabitación política, nada como un
toma y daca con el nuevo jefe del Grupo Atlacomulco.
Eso de que la “unión hace la fuerza”, no es reprobable. Pues han de
caminar juntos hasta las elecciones intermedias del 2015, ya que el PT,
Movimiento Ciudadano y el por nacer Movimiento de Renovación Nacional,
se cuecen aparte. También tenemos la amenaza de un partido de los
Transas, que “lidera” Manuel Espino, quien no es de aquí ni de allá (lo
echaron del PAN por órdenes de Calderón, ya que se odian mutuamente,
tras una pasajera complicidad y que Espino rompió cuando definió a
Calderón: “chaparrito, de lentes y calvo” con adicción al alcohol). Por
lo pronto, ya vimos a los “góber” de pseudo izquierda. Formaditos, con
Graco pegándose a Peña, quien prefirió estar con Mancera, el rival de
Luis Videgaray, cuando se desate la sucesión peñista.
La ultraderecha (PAN), la derecha (PRD) y el centro (PRI), andan muy
“manitos” hasta que las luchas partidistas los separen. Colaborar para
los arreglos es parte de la política. Y nadie debe asustarse ni
descalificar. Mientras los de abajo, que son la democracia directa,
deben “rascarse con sus propias uñas” y unirse para defender sus
intereses pues ya no son, tras las elecciones (Rousseau dice que los
ciudadanos sólo son libres el día de las urnas), representados por sus
elegidos. La democracia representativa o indirecta choca con la
democracia directa. Y más cuando los gobernadores sólo ven por su causa y
sólo les importa saquear las finanzas públicas. Ya veremos a los Gracos
(no los romanos que fueron auténticos luchadores sociales de
izquierda); los Núñez, los Cué, los Ramírez y los Mancera.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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