¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
De la pena del Borbón
al pulpo narcotelevisa
Por Ricardo Andrade Jardí
“Dan
ganas de llorar, en España todo es una pena” afirma el usurpador rey
Juan Carlos I, al que no le da, quizás por las malformaciones genéticas
del linaje Borbón, para asumir que la mayor parte de esas penas son
producto de que él no es más que un usurpador impuesto por un dictador
sanguinario; el rey sabe que uno de los principales problemas en España
se deriva del hecho de mantener a una “monarquía” de pacotilla y
parasitaria que le cuesta mucho al pueblo español, además de ser el
referente mundial más claro para confirmar que eso a lo que denominan
“democracia” nada tiene que ver en realidad con la voluntad popular.
Al otro lado del charco, una oligarquía igual de parasitaria y criminal
como la del rey Borbón, intenta maquillar la decadencia de sus puercos
negocios que se extienden desde Tampico hasta, donde podemos saber,
Costa Rica.
La nueva “monarquía mexicana”, públicamente conocida como Televisa,
destaca en los últimos días por sus presuntos vínculos con el
narcotráfico; posiblemente de ahí el interés de esa narcoteledictadura
de que nada cambie en el México de costosas inversiones permitidas pese a
que la FEPADE y el IFE no investiguen o no hagan nada contra la falta
de equidad que supuso la construcción mediática del candidato del PRI y
la compra de votos con recursos, presumiblemente, del narcotráfico y
triangulados por empresas como Soriana y Televisa. Lo que el mundo
pensante sabe, porque lo vio con sus propios ojos, para imponer como
jefe del Ejecutivo nacional, de la cada día más bananera república
mexicana, a un analfabeta funcional educado por Chabelo, para que la
nueva dinastía Borbón... perdón quiero decir, Televisa, haga del país lo
que les venga en gana; procuradores que intentan deslindar a la
televisora de presuntos delitos de narcotráfico sin mediar investigación
alguna, embajadores que se ponen al servicio de la televisora y hacen
el ridículo internacional marcando inequívocamente la política nacional e
internacional del desgobierno también impuesto por Televisa y que al
país le ha costado tanto. Es posible que la nada célebre cifra supere
los 100 mil ejecutados en una falsa guerra contra el narcotráfico, que
es en realidad una guerra por el control de las rutas de distribución
entre el crimen organizado institucionalmente y el organizado crimen y
en alguno de esos dos grupos se encuentra el cartel de la telecracia.
Pero el pulpo de Televisa ya no puede ocultar sus tentáculos y la
corrupción como en la antigua Roma se desborda por cada rincón de
nuestra cotidianidad cultural.
La nación presume los nexos de esa televisara con la delincuencia
organizada, con la compra de votos, con los delictivos negocios
electorales al amparo de consejeros “ciudadanos”, de legisladores y
funcionarios electorales y judiciales que cobran o cobraron en la nómina
de la televisora.
México no tendrá salida posible más que la violencia mientras la
narcotelecracia siga dictando la agenda política, económica y cultural
del país.
Pero así como en España donde el tentáculo de Televisa también aparece
de vez en vez entre escándalo y escándalo, la única salida posible,
antes de que las legítimas reivindicaciones autonómicas esquebrajen la
península, es la declinación absoluta del rey Borbón y la monarquía
parasitaria para dar paso a lo que la voluntad popular del pueblo
español manifestó mayoritariamente en las urnas en la primera mitad del
siglo pasado, dejando a España ser lo que desde hace mucho debió ser:
una república; la mayor acción que se puede hacer por lo pronto en
México es apagar de una buena vez la televisión y darnos la oportunidad
de pensar por nosotros mismos. De lo contrarío tendremos que asumir el
“confort” de nuestra ignorancia dictada desde los contenidos basura de
la caja idiota y convertirnos en cómplices de la barbarie que Chabelo y
Chaspirito promueven en beneficio de su patrón, convertido en el monarca
oculto de nuestra falsísima democracia de mercado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario