¡¡Exijamos lo Imposible!!
Los “fantasmas” de Calderón
La viciada elección del 2006 será uno de los acontecimientos que
perseguirá a Felipe Calderón debido a que no logró afianzar la confianza
de los mexicanos / Otro aspecto negativo de su herencia es el fracaso
de su política de seguridad
MEXICO, D.F., 29 de noviembre.- Para Lorenzo Meyer, la elección de 2006
será uno de los “fantasmas” que perseguirá a Felipe Calderón, debido a
que no logró afianzar la confianza de los mexicanos en las
instituciones, principalmente en las electorales.
El historiador señala que además se sumará la “herencia” de una política
de seguridad de la que no se obtuvieron resultados concretos, así como
la decisión del panista de haber privilegiado una alianza política con
la líder del magisterio Elba Esther Gordillo, en lugar de consolidar la
calidad educativa en el país.
“El fantasma que le debe también de perseguir es que dejó ir la
oportunidad de algo muy difícil que es cambiar la cultura cívica
mexicana, de hacerla una cultura confiada en sus instituciones, en
particular en las electorales de donde nace la legitimidad política.
“Si la elección está viciada, ya la legitimidad tiene un problema desde
antes de que se inicie el gobierno, eso pasó en el 2006 y se vio que
volvió a pasar en el 2012; quizá si en el 2006 se hubiera preferido el
juego limpio a cualquier otra ventaja a lo mejor no pasa lo del 2012
pero el 2012, y eso es Calderón el que tiene que responder en buena
medida, tenemos el regreso del PRI”, indica Meyer en entrevista.
“Y el PRI es un partido, quiéranlo o no, no es algo que alguien diga es
opinión, es un hecho, es un hecho fáctico, es un partido que nació para
mantener el poder no para jugar con elecciones creíbles”, menciona.
Para Meyer, Felipe Calderón debió buscar la Presidencia de la República
sin usar el miedo y sin haber señalado a la izquierda y a su entonces
adversario, Andrés Manuel López Obrador, como un peligro para México.
De acuerdo al también analista político, esa decisión fue fundamental
para el tipo de elección que se dio hace seis años, donde al final de
cuentas la diferencia de votos entre ambos fue mínima lo que ocasionó
que existieran dudas sobre el mismo proceso electoral.
Ante ello, indica Meyer, Calderón ya como mandatario determinó legitimar
su gobierno y enviar un mensaje de ser un líder fuerte mediante la
implementación de la estrategia antinarco.
“Ese punto de partida marcó de manera definitiva todo el resto del
sexenio. Justamente por esa debilidad en la percepción del triunfo es
que Calderón optó desde los primeros días de su gobierno por dar una
muestra de líder fuerte, de líder decidido.
“Y decidió que una lucha frontal, una lucha armada, espectacular contra
los cárteles de la droga, contra esa parte del crimen organizado, era
una buena propuesta, ya que desde tiempo inmemorial el líder que triunfa
en una lucha gana en legitimidad”, señala.
Meyer apunta que debido a la forma en cómo Felipe Calderón llegó a la
Presidencia no se afianzó algo tan débil y que apenas iniciaba con las
elecciones del 2000, como la confianza de los mexicanos en el proceso
electoral.
“Esa es una herencia negativa muy fuerte y en la segunda, es que su
política principal (de seguridad) no tuvo el éxito que prometió en el
inicio y deja al país sin resolver ese problema, y lo deja más
complicado que como lo encontró”, indica.
A decir del historiador, desde el inicio del sexenio fue evidente que el
presidente tuvo que pagar el “favor” que el SNTE, a cargo de Elba
Esther Gordillo, le hizo durante la campaña, y muestra de ello fue darle
la subsecretaría de Educación Básica al yerno de la maestra, Fernando
González.
“Las pruebas que se encuentran en los documentos de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos, por ejemplo, donde México
queda en los peores lugares, nos muestran que la calidad se fue por la
borda, que se prefirió el apoyo político del SNTE a la calidad de la
educación”, menciona
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